Nicolás Sarkozy ha ganado las elecciones francesas y será presidente de la república porque ha conectado con el deseo de resurrección y regeneración de los ciudadanos, franceses, cansados de la corrupción que encarnaba Mitterrand y de la mediocridad difusa, encarnada por el actual presidente. La sociedad francesa ha preferido recuperar el orgullo y la dignidad antes que penetrar más en el galimatías de reformas y nuevas leyes que planteaba la izquierda, con Ségolène Royal.
Con Sarkozy, los franceses han elegido el retorno a los viejos valores seguros de la patria: la seguridad y el valor del trabajo, el control en materia de inmigración y la defensa de la identidad nacional, pero también un plan viable y preciso para sacar al país de la crisis económica.
Dos afirmaciones de Sarkozy le dieron la victoria: La primera fue "Francia es una gran nación de la que los franceses han de sentirse orgullosos"; la segunda tocó el corazón del país: "Quiero una Francia donde los alumnos se pongan de pie cuando entra el maestro en la escuela".
En Voto en Blanco no nos cabe duda de que ese deseo victorioso de resurrección, experimentado por el electorado francés, hará escuela en Europa y se extenderá como una mancha de aceite. Los ciudadanos quieren dignidad y solvencia y están cansados de corrupción, dictadura camuflada de los políticos demócratas, decadencia y de cobardía. En los países donde no exista un Sarkozy, ganará la abstención, pero donde surja un candidato que encarne la dignidad y la decencia, él obtendrá la victoria.
Quetomen nota Rajoy y Zapatero.
Con Sarkozy, los franceses han elegido el retorno a los viejos valores seguros de la patria: la seguridad y el valor del trabajo, el control en materia de inmigración y la defensa de la identidad nacional, pero también un plan viable y preciso para sacar al país de la crisis económica.
Dos afirmaciones de Sarkozy le dieron la victoria: La primera fue "Francia es una gran nación de la que los franceses han de sentirse orgullosos"; la segunda tocó el corazón del país: "Quiero una Francia donde los alumnos se pongan de pie cuando entra el maestro en la escuela".
En Voto en Blanco no nos cabe duda de que ese deseo victorioso de resurrección, experimentado por el electorado francés, hará escuela en Europa y se extenderá como una mancha de aceite. Los ciudadanos quieren dignidad y solvencia y están cansados de corrupción, dictadura camuflada de los políticos demócratas, decadencia y de cobardía. En los países donde no exista un Sarkozy, ganará la abstención, pero donde surja un candidato que encarne la dignidad y la decencia, él obtendrá la victoria.
Quetomen nota Rajoy y Zapatero.
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