Se puede ser catalán y español al mismo tiempo. Hay mucho ceporro suelto. Hay manía por separar y enemistar. Hay nacionalismo español. Parte de las materias primas procedentes de Cataluña son compradas en España. No es cierto que los españoles quieren segregar a Cataluña.
El estatuto catalán impone a todos los españoles que,a cambio de que Cataluña sea española, le debemos bailar el agua, manteniendo su nivel de vida, muy superior al del resto, a costa de nuestro mayor empobrecimiento.
Además, Cataluña vende a España 23.000 millones de € más de lo que compra. Las ventas de Cataluña a España suman 39.908 millones de €. Sus compras, 16.836 millones de €. Son datos de Indescat (Instituto Catalán de Estadística) El superhábit comercial favorable a Cataluña es abrumador.
Si no consumimos productos catalanes, se consumirán de otras localizaciones radicadas en territorio fiscalmente "legal". Con lo que los productos que no compra Cataluña lo compranrán los nuevos productores-proveedores que los sustituyan. Los impuestos derivados de ese consumo serán pagados a la hacienda de todos. Cataluña deja de percibir una importante tajada del superávit y de los impuestos derivados de ella.
De manera que lo que llaman 'boicot y tonterías' es simple y llanamente justicia. Justicia del pueblo por el pueblo. Nos permite mitigar el efecto del trato bastardo entre Zapatero y la avaricia insaciable de la burguesía catalana.
El pueblo lo da, el pueblo lo quita.
El pueblo catalán puede hacerle el juego a sus verdugos o votar por la convivencia. Según eso, el pueblo español quedará encantado con sus conciudadanos catalanes para siempre. O decidirá las medidas a articular para defenderse, legítimamente, del gran fraude político y fiscal urdido contra él, entre la camarilla monclovita y la catalana, en caso de que sea aceptado por el pueblo catalán en el referendo.
Es en este caso, y solo por esta causa, que los españoles estaríamos obligados a expulsar a Cataluña de España, como mal menor.
Catalanes y españoles, de acuerdo, pero en una absoluta igualdad de condiciones, en absolutamente todos los aspectos. Que cada uno viva todo lo bien que pueda por sus medios y en el respeto a las normas de competencia, en un mercado libre. Claro que esto sería mucho pedir a un catalán ¿verdad?. Mucho menos tieniendo a Zapatero de su parte.
Clandestino
El estatuto catalán impone a todos los españoles que,a cambio de que Cataluña sea española, le debemos bailar el agua, manteniendo su nivel de vida, muy superior al del resto, a costa de nuestro mayor empobrecimiento.
Además, Cataluña vende a España 23.000 millones de € más de lo que compra. Las ventas de Cataluña a España suman 39.908 millones de €. Sus compras, 16.836 millones de €. Son datos de Indescat (Instituto Catalán de Estadística) El superhábit comercial favorable a Cataluña es abrumador.
Si no consumimos productos catalanes, se consumirán de otras localizaciones radicadas en territorio fiscalmente "legal". Con lo que los productos que no compra Cataluña lo compranrán los nuevos productores-proveedores que los sustituyan. Los impuestos derivados de ese consumo serán pagados a la hacienda de todos. Cataluña deja de percibir una importante tajada del superávit y de los impuestos derivados de ella.
De manera que lo que llaman 'boicot y tonterías' es simple y llanamente justicia. Justicia del pueblo por el pueblo. Nos permite mitigar el efecto del trato bastardo entre Zapatero y la avaricia insaciable de la burguesía catalana.
El pueblo lo da, el pueblo lo quita.
El pueblo catalán puede hacerle el juego a sus verdugos o votar por la convivencia. Según eso, el pueblo español quedará encantado con sus conciudadanos catalanes para siempre. O decidirá las medidas a articular para defenderse, legítimamente, del gran fraude político y fiscal urdido contra él, entre la camarilla monclovita y la catalana, en caso de que sea aceptado por el pueblo catalán en el referendo.
Es en este caso, y solo por esta causa, que los españoles estaríamos obligados a expulsar a Cataluña de España, como mal menor.
Catalanes y españoles, de acuerdo, pero en una absoluta igualdad de condiciones, en absolutamente todos los aspectos. Que cada uno viva todo lo bien que pueda por sus medios y en el respeto a las normas de competencia, en un mercado libre. Claro que esto sería mucho pedir a un catalán ¿verdad?. Mucho menos tieniendo a Zapatero de su parte.
Clandestino
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