El próximo 18 de febrero los andaluces irán a las urnas para aceptar o rechazar el nuevo estatuto, un documento negociado por las fuerzas políticas andaluzas, sin participación de los ciudadanos, que incrementa notablemente el poder y las competencias de los políticos y del gobierno andaluz.
No es un estatuto anticonstitucional e insolidario, como el catalán, pero tiene un gran déficit democrático porque ha sido impulsado, negociado y redactado sólo por los políticos, sin participación alguna de la ciudadanía, sin que las opiniones de la escuálida sociedad civil andaluza hayan sido escuchadas e incorporadas al texto.
Es, también, un estatuto innecesario, que no responde a un deseo o a una demanda ciudadana, sino a la iniciativa y a los intereses de los políticos profesionales y sus partidos, que con el nuevo texto ven incrementadas sus competencias y poderes.
Cuenta con el apoyo de todos los partidos presentes en el Parlamento andaluz, salvo el Partido Andalucista.
El apoyo del Partido Popular de Andalucía al documento, negociado en su etapa final, ha sorprendido a la opinión pública y ha generado recelos dentro de la militancia popular española, donde no se entiende que se haya recurrido el Estatuto de Cataluña ante el Tribunal Constitucional y no el andaluz, que tiene algunas coincidencias con el catalán, aunque salva principios tan importantes como la solidaridad y la defensa de la unidad nacional.
El nuevo partido Ciudadanos de Andalucía, emanación de aquel "Ciutadans" que sorprendió en las pasadas elecciones catalanas, también solicita el "NO", aunque por razones muy distintas a las que esgrime el Andalucísmo, y se dispone a realizar una campaña basada en la reflexión y el debate sobre el documento sometido a referendum.
Este blog opina que lo más democrático es votar en blanco en la cita del 18 de febrero. El nuevo Estatuto no responde a demandas populares sino a intereses políticos y beneficia, sobre todo, al gobierno y al sistema político, que gana competencias y poder. No es un estatuto, como el catalán, claramente insolidario, autoritario e inconstitucional, pero el andaluz comparte con el catalán algunos graves déficits democráticos. Concretamente, según un estudio de la universidad Pompeu Fabra de Barcelona, hay 34 párrafos en el Estatuto andaluz que son prácticamente idénticos a otros tantos en el Estatuto catalán, impugnados por inconstitucionalidad.
Andalucía, para salir adelante y abandonar, de una vez, su atraso y la cola de España, no necesita precisamente ese incremento del gobierno y del poder de los políticos que aporta el Estatuto, sino todo lo contrario: menos peso de lo público, menos subvenciones, más estímulo a la iniciativa individual y privada, más sociedad civil y más independencia de la ciudadanía con respecto a los grandes poderes.
Creemos que, en las presentes circunstancias, lo más democrático es votar en blanco. El argumento báse, además de las reflexiones plasmadas en los anteriores párrafos es el siguiente: "Si el nuevo Estatuto es una iniciativa de los políticos profesionales, si ha sido discutido y redactado por los políticos profesionales y es a esos políticos a quienes más beneficia, porque aumenta sus competencias y poderes, que lo voten ellos".
Si alguien desea más argumentos para el "NO", la abstención o el voto en blanco, que lea el artículo Lo que Andalucía necesita es una perestroika, publicado en este mismo blog.
No es un estatuto anticonstitucional e insolidario, como el catalán, pero tiene un gran déficit democrático porque ha sido impulsado, negociado y redactado sólo por los políticos, sin participación alguna de la ciudadanía, sin que las opiniones de la escuálida sociedad civil andaluza hayan sido escuchadas e incorporadas al texto.
Es, también, un estatuto innecesario, que no responde a un deseo o a una demanda ciudadana, sino a la iniciativa y a los intereses de los políticos profesionales y sus partidos, que con el nuevo texto ven incrementadas sus competencias y poderes.
Cuenta con el apoyo de todos los partidos presentes en el Parlamento andaluz, salvo el Partido Andalucista.
El apoyo del Partido Popular de Andalucía al documento, negociado en su etapa final, ha sorprendido a la opinión pública y ha generado recelos dentro de la militancia popular española, donde no se entiende que se haya recurrido el Estatuto de Cataluña ante el Tribunal Constitucional y no el andaluz, que tiene algunas coincidencias con el catalán, aunque salva principios tan importantes como la solidaridad y la defensa de la unidad nacional.
El nuevo partido Ciudadanos de Andalucía, emanación de aquel "Ciutadans" que sorprendió en las pasadas elecciones catalanas, también solicita el "NO", aunque por razones muy distintas a las que esgrime el Andalucísmo, y se dispone a realizar una campaña basada en la reflexión y el debate sobre el documento sometido a referendum.
Este blog opina que lo más democrático es votar en blanco en la cita del 18 de febrero. El nuevo Estatuto no responde a demandas populares sino a intereses políticos y beneficia, sobre todo, al gobierno y al sistema político, que gana competencias y poder. No es un estatuto, como el catalán, claramente insolidario, autoritario e inconstitucional, pero el andaluz comparte con el catalán algunos graves déficits democráticos. Concretamente, según un estudio de la universidad Pompeu Fabra de Barcelona, hay 34 párrafos en el Estatuto andaluz que son prácticamente idénticos a otros tantos en el Estatuto catalán, impugnados por inconstitucionalidad.
Andalucía, para salir adelante y abandonar, de una vez, su atraso y la cola de España, no necesita precisamente ese incremento del gobierno y del poder de los políticos que aporta el Estatuto, sino todo lo contrario: menos peso de lo público, menos subvenciones, más estímulo a la iniciativa individual y privada, más sociedad civil y más independencia de la ciudadanía con respecto a los grandes poderes.
Creemos que, en las presentes circunstancias, lo más democrático es votar en blanco. El argumento báse, además de las reflexiones plasmadas en los anteriores párrafos es el siguiente: "Si el nuevo Estatuto es una iniciativa de los políticos profesionales, si ha sido discutido y redactado por los políticos profesionales y es a esos políticos a quienes más beneficia, porque aumenta sus competencias y poderes, que lo voten ellos".
Si alguien desea más argumentos para el "NO", la abstención o el voto en blanco, que lea el artículo Lo que Andalucía necesita es una perestroika, publicado en este mismo blog.
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