Recuperación de Al Andalus
El número 2 de Al Qaeda acaba de llamar a la liquidación de la presencia de España y Francia en el Magreb y exige la recuperación de Al Andalus, mensajes que anticipan un incremento del terrorismo islamista en España y contra los intereses españoles. El mensaje incluye un balance de las guerras de Irak y Afganistán, donde los islamistas creen que están ganando.
Sin embargo, en Occidente seguimos dormidos y sin prestar suficiente atención a una guerra que ciertamente no estamos ganando y que puede acabar con nuestra civilización.
Aunque luchemos creyéndonos superiores, confiando en nuestros enormes recursos y en nuestro mayor desarrollo científico y tecnológico, lo cierto es que Occidente y la democracia estamos perdiendo la guerra con el Islám.
Gobernado por una casta política débil, engañosa, autocomplaciente y profundamente ineficiente, Occidente se autoengaña y cree que está venciendo esta guerra porque se autoconvence de que el adversario envidia nuestra democracia y nuestro sistema de libertades, cuando la realidad es que los musulmanes consideran la democracia y las libertades como debilidades y claros síntoma de decadencia.
Occdente se sienta frente al tablero de ajedrez confiado, con conciencia de campeón, jugando varias partidas a la vez, creyenndo que practica un deporte, sin prestar demasiada atención al Islam, olvidando temerariamente que ellos son los inventores del ajedrez. Para ellos no es una partido de ajedrez, sino una guerra a muerte.
Ellos tienen un único punto flaco: pronto se les acabará el petroleo y cuando se les agote sufrirán un profundo trauma, al tener que cambiar su economía y sistema de vida. Antes de que eso llegue, saben que tienen que tener la guerra ganada.
Pero nostros tenemos una marea de debilidades, tantas y tan profundas que, seguramente, nos harán perder una guerra que ya estamos perdiendo:
1.- Ellos están dispuestos a morir en la batalla y nosotros no.
2.- Ellos están jerarquizados y ordenados para defender al rey con disciplina y sacrificio, mientras que nosotros somos el desorden personificado, sin peones, alfiles ni torres, sin defender al rey, creyéndonos todos reyezuelos.
3.- Ellos extraen la energía del odio y nosotros aspiramos debilidad de nuestra conciencia de ricos y de occidentales privilegiados.
4.- Ellos quieren conquistar nuestro mundo y nosotros sólo conservarlo.
5.- Ellos son pobres y austeros y creen que tienen poco que perder en la batalla, mientras que nosotros, ricos y opulentos, no estamos dispuestos a jugarnos nada en la batalla porque tenemos demasiado que perder.
6.- La droga es para ellos su "caballo de Troya", ya dentro de nuestras filas y minando a nuestros guerreros. El mundo islámico produce, sobre todo en Afganistán, más de la mitad de la droga mundial.
7.- Ellos tienen una nutrida "quinta columna" infiltrada en los paises occidentales, donde existen cientos de células combativas dormidas, en espera de ser activadas.
8.- Nuestras mujeres tienen pocos hijos y carecemos de futuras generaciones que reemplacen a los jóvenes que perdemos. Nuestros niños caen a millones en los cubos de basura, antes de nacer, víctimas del aborto, mientras que ellos consideran el vientre de sus mujeres como un arma de guerra y cuentan con niños suficientes para ofrecer al mundo occidental el reemplazo generacional.
9.- Nuestro adversario posee una estrategia global, pero nosotros no.
10.- Nosotros creemos que el problema es religioso, cuando es un asunto de poder. Los califas de Damasco y Bagdad no tenían demasiado interés en que los pueblos que conquistaban se convirtieran porque lo importante era someterlos y cobrarles impuestos, más a los no conversos que a los creyentes.
Sin embargo, en Occidente seguimos dormidos y sin prestar suficiente atención a una guerra que ciertamente no estamos ganando y que puede acabar con nuestra civilización.
Aunque luchemos creyéndonos superiores, confiando en nuestros enormes recursos y en nuestro mayor desarrollo científico y tecnológico, lo cierto es que Occidente y la democracia estamos perdiendo la guerra con el Islám.
Gobernado por una casta política débil, engañosa, autocomplaciente y profundamente ineficiente, Occidente se autoengaña y cree que está venciendo esta guerra porque se autoconvence de que el adversario envidia nuestra democracia y nuestro sistema de libertades, cuando la realidad es que los musulmanes consideran la democracia y las libertades como debilidades y claros síntoma de decadencia.
Occdente se sienta frente al tablero de ajedrez confiado, con conciencia de campeón, jugando varias partidas a la vez, creyenndo que practica un deporte, sin prestar demasiada atención al Islam, olvidando temerariamente que ellos son los inventores del ajedrez. Para ellos no es una partido de ajedrez, sino una guerra a muerte.
Ellos tienen un único punto flaco: pronto se les acabará el petroleo y cuando se les agote sufrirán un profundo trauma, al tener que cambiar su economía y sistema de vida. Antes de que eso llegue, saben que tienen que tener la guerra ganada.
Pero nostros tenemos una marea de debilidades, tantas y tan profundas que, seguramente, nos harán perder una guerra que ya estamos perdiendo:
1.- Ellos están dispuestos a morir en la batalla y nosotros no.
2.- Ellos están jerarquizados y ordenados para defender al rey con disciplina y sacrificio, mientras que nosotros somos el desorden personificado, sin peones, alfiles ni torres, sin defender al rey, creyéndonos todos reyezuelos.
3.- Ellos extraen la energía del odio y nosotros aspiramos debilidad de nuestra conciencia de ricos y de occidentales privilegiados.
4.- Ellos quieren conquistar nuestro mundo y nosotros sólo conservarlo.
5.- Ellos son pobres y austeros y creen que tienen poco que perder en la batalla, mientras que nosotros, ricos y opulentos, no estamos dispuestos a jugarnos nada en la batalla porque tenemos demasiado que perder.
6.- La droga es para ellos su "caballo de Troya", ya dentro de nuestras filas y minando a nuestros guerreros. El mundo islámico produce, sobre todo en Afganistán, más de la mitad de la droga mundial.
7.- Ellos tienen una nutrida "quinta columna" infiltrada en los paises occidentales, donde existen cientos de células combativas dormidas, en espera de ser activadas.
8.- Nuestras mujeres tienen pocos hijos y carecemos de futuras generaciones que reemplacen a los jóvenes que perdemos. Nuestros niños caen a millones en los cubos de basura, antes de nacer, víctimas del aborto, mientras que ellos consideran el vientre de sus mujeres como un arma de guerra y cuentan con niños suficientes para ofrecer al mundo occidental el reemplazo generacional.
9.- Nuestro adversario posee una estrategia global, pero nosotros no.
10.- Nosotros creemos que el problema es religioso, cuando es un asunto de poder. Los califas de Damasco y Bagdad no tenían demasiado interés en que los pueblos que conquistaban se convirtieran porque lo importante era someterlos y cobrarles impuestos, más a los no conversos que a los creyentes.
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