Pedro, además, es el responsable de que el impresentable Pablo esté en la vicepresidencia del gobierno, imponiendo criterios totalitarios con la tutela personal del presidente.
Pedro ha traicionado demasiadas cosas demasiadas veces: a la verdad, a sus votantes, a su partido, a la democracia y a la decencia, entre otras, pero sobre todo ha traicionado a España, a la que tiene envuelta en el engaño, la ruina y el caos.
La hemeroteca de Pedro Sánchez escupe contra él acusaciones que en cualquier país serio le llevarían a los tribunales y, por supuesto, le expulsarían del gobierno. La mentira a los electores en campaña electoral y hacer después de ganar lo que prometió que no haría son dos "delitos" contra la democracia y la decencia que por lo menos merecen inhabilitación perpetua para ocupar un cargo público. Pero en España no sólo vale todo, sino que los rufianes y forajidos son admirados y reciben ríos de votos.
Dijo que convocaría elecciones inmediatamente después de la moción de censura y no lo hizo; prometió que nunca pactaría con Podemos y con BILDU y después lo ha hecho, elevando al líder comunista de Podemos nada meno que a la Vicepresidencia de su gobierno. Dijo a los españoles que él era un demócrata y está demostrando que de eso no tiene ni un pelo.
Miente de manera compulsiva y se empeña en mantener la mentira vigente, siguiendo la estela de los nazis, que sabían que una mentira, mil veces repetida, se convertiría en verdad. Pedro no sólo soporta sino que estimula y tutela la destrucción de España y de su prosperidad que impulsa directamente Pablo Iglesias, causante de estragos terribles al amenazar con confiscar propiedades privadas y provocando una silenciosa y continua fuga de capitales sobre la que el gobierno socialista-comunista guarda un indecente silencio.
Pedro es el gran fabricante de las mentiras, el que abre las líneas estratégicas y tácticas de su gobierno, salvo raras excepciones, y el que teje la gran madeja de la falsedad. Su última línea es reclamar al PP y a la oposición unidad y alianzas, cuando él es quien las destruye y las rechaza. Es, como muchas otras, una linea hipócrita creada para engañar a los ciudadanos y ganar votos. Acusa, por ejemplo, a la oposición y a los miles de españoles que están enviando cartas y peticiones a la Unión Europea de estorbar y obstaculizar la ayuda europea a España, una mentira gigantesca porque lo que la oposición y los miles de españoles demócratas piden a Europa es que no le entreguen a un irresponsable mentiroso como Sánchez el dinero de la ayuda sin controlar ese gasto, que Sánchez emplearía, con toda seguridad, en reforzar su poder y en políticas electorales, más que en acelerar la reconstrucción de España.
Soy uno de los miles de españoles que ha escrito cartas a la Unión Europa y a las principales instituciones y cancillerías de Europa, pero en esa carta lo que se dice es que Europa se asegure que ayuda al pueblo español, no a Pedro Sánchez y que los fondos que lleguen a España deben estar vigilados y controlados para que no se roben o malgasten en políticas que no benefician a los ciudadanos ni a la economía.
Quien quiera leer la carta, en versión española e inglesa, que pulse AQUÍ.
Francisco Rubiales
Pedro ha traicionado demasiadas cosas demasiadas veces: a la verdad, a sus votantes, a su partido, a la democracia y a la decencia, entre otras, pero sobre todo ha traicionado a España, a la que tiene envuelta en el engaño, la ruina y el caos.
La hemeroteca de Pedro Sánchez escupe contra él acusaciones que en cualquier país serio le llevarían a los tribunales y, por supuesto, le expulsarían del gobierno. La mentira a los electores en campaña electoral y hacer después de ganar lo que prometió que no haría son dos "delitos" contra la democracia y la decencia que por lo menos merecen inhabilitación perpetua para ocupar un cargo público. Pero en España no sólo vale todo, sino que los rufianes y forajidos son admirados y reciben ríos de votos.
Dijo que convocaría elecciones inmediatamente después de la moción de censura y no lo hizo; prometió que nunca pactaría con Podemos y con BILDU y después lo ha hecho, elevando al líder comunista de Podemos nada meno que a la Vicepresidencia de su gobierno. Dijo a los españoles que él era un demócrata y está demostrando que de eso no tiene ni un pelo.
Miente de manera compulsiva y se empeña en mantener la mentira vigente, siguiendo la estela de los nazis, que sabían que una mentira, mil veces repetida, se convertiría en verdad. Pedro no sólo soporta sino que estimula y tutela la destrucción de España y de su prosperidad que impulsa directamente Pablo Iglesias, causante de estragos terribles al amenazar con confiscar propiedades privadas y provocando una silenciosa y continua fuga de capitales sobre la que el gobierno socialista-comunista guarda un indecente silencio.
Pedro es el gran fabricante de las mentiras, el que abre las líneas estratégicas y tácticas de su gobierno, salvo raras excepciones, y el que teje la gran madeja de la falsedad. Su última línea es reclamar al PP y a la oposición unidad y alianzas, cuando él es quien las destruye y las rechaza. Es, como muchas otras, una linea hipócrita creada para engañar a los ciudadanos y ganar votos. Acusa, por ejemplo, a la oposición y a los miles de españoles que están enviando cartas y peticiones a la Unión Europea de estorbar y obstaculizar la ayuda europea a España, una mentira gigantesca porque lo que la oposición y los miles de españoles demócratas piden a Europa es que no le entreguen a un irresponsable mentiroso como Sánchez el dinero de la ayuda sin controlar ese gasto, que Sánchez emplearía, con toda seguridad, en reforzar su poder y en políticas electorales, más que en acelerar la reconstrucción de España.
Soy uno de los miles de españoles que ha escrito cartas a la Unión Europa y a las principales instituciones y cancillerías de Europa, pero en esa carta lo que se dice es que Europa se asegure que ayuda al pueblo español, no a Pedro Sánchez y que los fondos que lleguen a España deben estar vigilados y controlados para que no se roben o malgasten en políticas que no benefician a los ciudadanos ni a la economía.
Quien quiera leer la carta, en versión española e inglesa, que pulse AQUÍ.
Francisco Rubiales
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