PASO AL CENTRO

Gran error creer que en la taimada y mal disimulada ambición de Gallardón, quepa ningún tipo de moderación o tendencia a la política útil y eficaz al ciudadano.

Si alguna vez llega al poder, Aznar y Zapatero pasarán a ser simples aficionadillos en su ególatra convencimiento de ser enviados especiales del gran Dios para acaparar la historia y asegurar sus mejores peanas que pregonen sus "gestas" durante el resto de la eternidad. Tanto Aznar como Rajoy prescindieron de él, relegándole a la mínima expresión dentro del partido. Aznar lo hizo cuando aún era “humano mortal”. Rajoy no lo ha recuperado. Tiene su explicación. En honor al grato recuerdo de su padre le salvaron la cara, permitiendo sus escarceos ambiciosos en un cargo menor.

En política suelen ser bastante útiles este tipo de trepas que generalmente suele utilizarse en empresas de “usar y tirar” a modo de kamikaces suicidas. Algunos llegan a trepar disfrazando su "misión" mesiánica" con simpáticos tics de "chico sensato e hiperactivo". Algunos creen que son el líder ideal. Los mismos que creyeron que lo era Felipe González. Los mismos que creyeron que lo serían Aznar o Zapatero. Algunos van escarmentando y aprenden a leer entre líneas, perdiendo la fe en los iluminados.

Gallardón puede ser catalogado de todo lo que se quiera. Par mi solo es un incansable y gran trabajador en pro de sí mismo, que no dudaría ni le temblaría el pulso a la hora de pasar el rodillo para asegurar cualquiera de sus innumerables objetivos faraónicos. El tipo de ambiciosos que al igual que Hitler, Bush, Blair, Barlusconi, Aznar, Zapatero...y tantísimos otros, del presente y del pasado, utilizan las reglas democráticas para medrar y trepar hasta lo más alto, para luego privar a todos de ellas. Eso sí, todo lo haría para salvar a tanto tonto dependiente de él...por la gracia de Dios.

Bono se empeña en dar la misa a la par de repicar las campanas en su propio honor. Muy limitado, incoherente, inconsistente, hueco, huero y vulgar, políticamente, preocupado por contentar a todos y que se hable bien de él, hasta mentir, en lugar de cumplir con su deber sirviendo a la gente decente y disgustando, cuanto más mejor, a sus enemigos y muy especialmente a los que tiene más a mano entre sus colegas políticos y funcionarios. Su presidente incluido. Su torpeza e ineficacia para disimular su falsa modestia o humildad, le delata. Como la mayoría del triste elenco de ocupas anti-España, utiliza su cargo para él, en lugar de por él hacia los demás, haciendo la tradicional piña corporativa.

Sí veo gente moderada, con bastante carga de valores éticos y morales y con mucha política social y ciudadana en sus venas, a Rosa Díez, Nicolás Redondo, Mayor Oreja o a Luis Pimentel sin olvidar al bueno y sincero de Rodríguez Ibarra, algo rijoso y poco diplomático, pero transparente, honesto y claro, algo que se echa de menos en nuestra política.

No me cabe la menor duda de la capacidad de Mariano Rajoy por experiencia, cualidades y consistencia. Ostenta el estigma de ser el útil con el que Aznar se liberó de sus complejos, de manifiesta, inferioridad, con respecto a Rodríguez Rato, quien tanta gloria dio al PP y tan bien sirvió a España -resolviendo la ruina heredada del felipismo- haciéndose el único acreedor a la presidencia del partido, incluso muy por encima del propio Aznar.

Desgraciadamente llega hipotecado y lastrado por su incondicional apoyo y colaboración a una segunda legislatura aznarista nefasta para todos y que nos ha hundido en este cenagal zapateril que ya veremos como salimos de él en el supuesto de que lo consigamos. No olvidemos que Zapatero ocupa la Moncloa gracias, o por culpa, de Aznar.

Inexplicablemente no liquida esa hipoteca ni se desprende del lastre dando ventaja a los insaciables que nos explotan y despedazan, cómoda e impunemente, desde la rara y desesperante situación de que, a pesar de la gran pérdida de apoyo popular de la organización "pesoista", -que, haciéndose pasar por partido de izquierdas se eligió pensando que querían gobernar - el PP no se ha beneficiado de un solo punto. Esto manifiesta, o bien una limitación de libertad de movimientos -motivada por el lastre- o bien un premeditado ahorro de compromiso político ante la evidencia del hundimiento natural del "enemigo" en la certeza de ser únicos herederos, lo que les permitiría gobernar con cierta soltura sin molestos compromisos electorales. Por último podrían estar supeditados a intereses mas particulares que a los generales de España.

La política es única y exclusivamente para servir, contrariamente a lo que refiere Alfonso Guerra, en su afirmación "eso son tonterías, los políticos deben acometer grandes empresas que produzcan cambios en el mundo. Hay mucho para cambiar". Esos cambios que lo hagan los iluminados con sus recursos y arriesgando sus cuellos. Los cambios sociales y estructurales los deben gestionar y procurar los políticos en la forma y tiempo que se los demanda la ciudadanía, a su exclusiva voluntad, para cubrir puntualmente sus necesidades. Es la ciudadanía la que dirige y solicita los cambios. No son los políticos los que se los han de imponer y cobrar a su gusto, a su precio y momento, arriesgando la seguridad, estabilidad y calidad de vida, en la Nación.

Tanto al PP como a la organización ocupa del Estado, les puede chafar los planes la irrupción espontánea de un nuevo partido, con trazas democráticas, que pueda formarse por gente trabajadora de contrastada eficacia, aptitudes y dotes de servicio que refresquen el concepto de la política orientándola hacia el ciudadano como único objetivo de sus esfuerzos. En menos tiempo organizó Suárez la UCD y obtuvo una amplísima mayoría absoluta. Hoy la ciudadanía -exceptuando a nacionalistas y unos amplísimos colectivos de vividores y subvencionados- puede tener unas ansias de cambio similares a las de aquella época en similar situación de desconcertante ausencia de justicia y valores democráticos.

Esperemos que para entonces aún exista España y las mínimas reglas democráticas que permitan al menos legalizar nuevos partidos con acceso a elecciones.

Ojalá que así sea. De no ser así a España no la salva ni Dios, cumpliéndose al fin el gran juramento judío tras el Decreto de expulsión, forzado a los Reyes Católicos por Torquemada. Los juramentos judíos no caducan y son heredados generación tras generación. El juramento consistía en no cejar hasta conseguir la desaparición de España como Nación.

Se dice que Zapatero es masón.

Saludos

Estoy totalmente de acuerdo en la opinión sobre Ruiz Gallardón. Durante su gobierno en la Comunidad de Madrid como en el Ayuntamiento ha demostrado tener una magnifica capacidad de comunicación y de promoción, esto ha producido una impresión de gobierno eficaz, completamente falso, y limpio, cosa que sí creo. Efectivamente en el seno del PP existen personajes moderados respecto al discurso oficial, pero entre ellos no se encuentra Gallardón. Entre esta gente se encuentra Rodrigo Rato, confiemos que algún día vuelva a la politica española, Esperanza Aguirre, aunque sus declaraciones seán generalmente cuanto menos desafortunadas, su politica economica en la Comunidad de Madrid ha demostrado ser muy eficaz, y Manuel Pimentel entre otros.