Las cárceles españolas están a reventar y la masa de presos está ya impidiendo que funcione la Justicia. En 1978 había en España 10.000 presos, pero hoy sobrepasan los 70.000, todo una paradoja que demuestra como la "democracia" española, un régimen que, en teoría, encarna la libertad, encarcela a muchos más ciudadanos que la dictadura franquista.
El dato, reflejo del incremento de la delincuencia en todas sus facetas, es grave, pero lo es todavía más si se tienen en cuenta dos factores de gran importancia: los jueces dejan en la calle a miles de delincuentes porque no hay espacio para ellos en las atiborradas cárceles y muchos delincuentes de guante blanco o amparados por el poder ni siquiera son investigados y rara vez se enfrentan a la Justicia.
De hecho el ciudadano se sorprende muchas veces, cuando es informado por los medios de que ha sido detenido un delincuente que había sido detenido antes una veintena de veces y otras tantas veces puesto en libertad. La propia policía española, cuando acudes a una comisaría para denunciar un delito, suele disuadir al ciudadano para que no presente denuncia bajo el antidemocrático y corrupto argumento de que no sirve para nada poner una denuncia porque "los jueces los dejan libres al día siguiente de que los detengamos".
Con sus prisiones abarrotadas, a pesar de que se construyen a ritmo casi de vértigo, la España de la "democracia" acumula un nuevo record europeo, el de población encarcelada, el cual se une a otros no menos vergonzantes, como el desempleo, la prostitución, el fracaso escolar, el consumo de drogas, el aborto y las borracheras.
Los medios de comunicación informan que numerosos reclusos preventivos extranjeros son repatriados antes de ser juzgados y que, mientras la población inmigrante en España representa el 12 por ciento, los extranjeros constituyen el 40 por ciento de la población encarcelada. Son datos que revelan que España se ha convertido en un paraíso para delincuentes, al que están emigrando en masa criminales de todo el mundo.
El blog de Antonio Gracia Fuentes recopila estremecedoras informaciones publicadas, como las siguientes: “El juez decano de Córdoba dice con toda contundencia que la Justicia en España está colapsada” y lo difunde una cadena de televisión oficial (Canal Sur 18-12-2008)”… “La masificación de las cárceles andaluzas alcanza en Alhaurín el 247 % y provoca una huelga. Funcionarios denuncian el descontrol del centro en el que faltan personal y sobran presos… etc., etc.” (Diario ABC 17-12-2008). “La ciudad (Jaén) sufre en los últimos días una oleada de delitos que habían dejado de registrarse con asiduidad” (diario Viva Jaén del 06-11-2008)
Pero lo que realmente convierte el panorama en dramático, aunque los medios de comunicación lo silencien, es que el desempleo masivo y el empobrecimiento de la población generados por la crisis están disparando los índices de delincuencia, sin que la Justicia española esté preparada para afrontar el reto, ni la policía cuente con efectivos suficientes para que el Estado cumpla con su obligación constitucional de garantizar la seguridad de los ciudadanos, ni existan cárceles dispuestas para acoger a la masa de delincuentes que se avecina.
El dato, reflejo del incremento de la delincuencia en todas sus facetas, es grave, pero lo es todavía más si se tienen en cuenta dos factores de gran importancia: los jueces dejan en la calle a miles de delincuentes porque no hay espacio para ellos en las atiborradas cárceles y muchos delincuentes de guante blanco o amparados por el poder ni siquiera son investigados y rara vez se enfrentan a la Justicia.
De hecho el ciudadano se sorprende muchas veces, cuando es informado por los medios de que ha sido detenido un delincuente que había sido detenido antes una veintena de veces y otras tantas veces puesto en libertad. La propia policía española, cuando acudes a una comisaría para denunciar un delito, suele disuadir al ciudadano para que no presente denuncia bajo el antidemocrático y corrupto argumento de que no sirve para nada poner una denuncia porque "los jueces los dejan libres al día siguiente de que los detengamos".
Con sus prisiones abarrotadas, a pesar de que se construyen a ritmo casi de vértigo, la España de la "democracia" acumula un nuevo record europeo, el de población encarcelada, el cual se une a otros no menos vergonzantes, como el desempleo, la prostitución, el fracaso escolar, el consumo de drogas, el aborto y las borracheras.
Los medios de comunicación informan que numerosos reclusos preventivos extranjeros son repatriados antes de ser juzgados y que, mientras la población inmigrante en España representa el 12 por ciento, los extranjeros constituyen el 40 por ciento de la población encarcelada. Son datos que revelan que España se ha convertido en un paraíso para delincuentes, al que están emigrando en masa criminales de todo el mundo.
El blog de Antonio Gracia Fuentes recopila estremecedoras informaciones publicadas, como las siguientes: “El juez decano de Córdoba dice con toda contundencia que la Justicia en España está colapsada” y lo difunde una cadena de televisión oficial (Canal Sur 18-12-2008)”… “La masificación de las cárceles andaluzas alcanza en Alhaurín el 247 % y provoca una huelga. Funcionarios denuncian el descontrol del centro en el que faltan personal y sobran presos… etc., etc.” (Diario ABC 17-12-2008). “La ciudad (Jaén) sufre en los últimos días una oleada de delitos que habían dejado de registrarse con asiduidad” (diario Viva Jaén del 06-11-2008)
Pero lo que realmente convierte el panorama en dramático, aunque los medios de comunicación lo silencien, es que el desempleo masivo y el empobrecimiento de la población generados por la crisis están disparando los índices de delincuencia, sin que la Justicia española esté preparada para afrontar el reto, ni la policía cuente con efectivos suficientes para que el Estado cumpla con su obligación constitucional de garantizar la seguridad de los ciudadanos, ni existan cárceles dispuestas para acoger a la masa de delincuentes que se avecina.
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