Oriana Fallaci ha muerto entre un disimulado alivio de varios sectores; al publicar “La rabia y el orgullo”, muchos fervorosos de antaño, la repudiaron y rehuyeron, tachándola de radicalidad. Es bueno, rogando a Dios que la acoja en su misericordia, recordar su objetividad y audacia, en su incisiva sencillez expresiva y su sinceridad. Los visires de izquierda que aprovecharon su decoro y honestidad reaccionan a su muerte con la renuncia del silencio. Su arrojo lo tildaron de trivialidad y torpeza, al analizar la rabia agresiva de los fundamentalistas islámicos y prevenir sobre el apático declive de Occidente, falto de una reacción vigorosa, ante una gente enfurecida que viene a cortar cabezas y colocar mezquitas.
Por eso el Papa alertó que la fe no se impone con las armas, todos los intentos que se han llevado a cabo, a tal fin, en la historia, todos, han fracasado, porque la fe se lleva con la palabra. Por eso, con la comprensión cómplice de mucha progresía europea, siguen las protestas y amenazas de muerte, la Unión Mundial de Ulemas Islámicos insta a los musulmanes a 'expresar su ira el próximo viernes' y el mismo ayatolá Ali Jamenei, guía de la República Islámica de Irán, concluyó que el discurso de Benedicto XVI es "el último eslabón" de una cruzada contra el Islam dirigida por Estados Unidos e Israel. Por eso hombres alejados de la Iglesia, como el señor Robles, expresan: “Agradezco al Papa, yo que soy ateo, que sea la primera personalidad que lanza un mensaje contundente contra la barbarie integrista que amenaza a Occidente. Ahora entiendo que la Iglesia Católica es mucho más que fe y dogmas”; y el señor Ligur afirma: “Sin ser practicante pido a Dios que ilumine al Pata Benedicto y no pida perdón a esa pléyade de fanáticos obnubilados. Se debe pedir perdón cuando se comete un error y esto no ha ocurrido. En cambio, si occidente mantuviese un mínimo de valentía y dignidad debiera empezar sin demora a controlar quiénes se han establecido en nuestra casa”.
Por eso, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, asegurando que las palabras del Sumo Pontífice sobre el Islam y la violencia han sido "malinterpretadas", ha dicho: "Respetamos al Papa y a quienes defienden la paz y la justicia. Pero, subrayando la contradicción entre los valores cristianos de los países occidentales y los conflictos que se han desarrollado en las últimas décadas, añadió:"Todas las guerras del siglo XX han sido causadas por los países europeos y Estados Unidos".
Por eso, la periodista Oriana publicó: “Hoy, sólo me arrepiento de haber dicho menos de lo que habría debido decir y de haber llamado sólo ciegos a los que hoy llamo colaboracionistas. Es decir, traidores. Añado, además, que la rabia y el orgullo se casaron y han dado a luz un hijo robusto: la indignación. Y la indignación ha aumentado la reflexión y ha alimentado la Razón. La Razón ha incendiado la verdad que los sentimientos no habían incendiado y que hoy puedo expresar abierta y claramente. Preguntándome, por ejemplo: ¿Qué tipo de democracia es la que favorece la teocracia, restablece la herejía, amén de torturar y quemar vivos a sus hijos? ¿Qué tipo de democracia es aquella en la que la minoría cuenta más que la mayoría y, en contra de la mayoría, manda y chantajea? Esa es una no-democracia, un embrollo, una mentira. ¿Y qué tipo de libertad es la que impide pensar, hablar, ir contracorriente, rebelarse y oponerse a quienes nos invaden y nos amordazan? ¿Qué tipo de libertad es la que, además de las razones, quiere censurar los sentimientos y, por lo tanto, establecer lo que debo amar, lo que debo odiar y, por consiguiente, si odio a los americanos y a los israelíes voy al Paraíso y si no amo a los musulmanes, voy al Infierno? Una no-libertad, una burla, una farsa. Con indignación y en nombre de la Razón retomo, pues, el discurso que hace más de dos años cerré diciendo basta, basta. Con indignación y en nombre de la Razón grito, mientras Europa se convierte cada vez más en una provincia del Islam, en una colonia del Islam. E Italia (España) en la vanguardia de esa provincia, en su avanzadilla”.
Mientras tanto, las amenazas siguen.
Camilo Valverde Mudarra
Catedrático de Lengua y Literatura Españolas
Por eso el Papa alertó que la fe no se impone con las armas, todos los intentos que se han llevado a cabo, a tal fin, en la historia, todos, han fracasado, porque la fe se lleva con la palabra. Por eso, con la comprensión cómplice de mucha progresía europea, siguen las protestas y amenazas de muerte, la Unión Mundial de Ulemas Islámicos insta a los musulmanes a 'expresar su ira el próximo viernes' y el mismo ayatolá Ali Jamenei, guía de la República Islámica de Irán, concluyó que el discurso de Benedicto XVI es "el último eslabón" de una cruzada contra el Islam dirigida por Estados Unidos e Israel. Por eso hombres alejados de la Iglesia, como el señor Robles, expresan: “Agradezco al Papa, yo que soy ateo, que sea la primera personalidad que lanza un mensaje contundente contra la barbarie integrista que amenaza a Occidente. Ahora entiendo que la Iglesia Católica es mucho más que fe y dogmas”; y el señor Ligur afirma: “Sin ser practicante pido a Dios que ilumine al Pata Benedicto y no pida perdón a esa pléyade de fanáticos obnubilados. Se debe pedir perdón cuando se comete un error y esto no ha ocurrido. En cambio, si occidente mantuviese un mínimo de valentía y dignidad debiera empezar sin demora a controlar quiénes se han establecido en nuestra casa”.
Por eso, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, asegurando que las palabras del Sumo Pontífice sobre el Islam y la violencia han sido "malinterpretadas", ha dicho: "Respetamos al Papa y a quienes defienden la paz y la justicia. Pero, subrayando la contradicción entre los valores cristianos de los países occidentales y los conflictos que se han desarrollado en las últimas décadas, añadió:"Todas las guerras del siglo XX han sido causadas por los países europeos y Estados Unidos".
Por eso, la periodista Oriana publicó: “Hoy, sólo me arrepiento de haber dicho menos de lo que habría debido decir y de haber llamado sólo ciegos a los que hoy llamo colaboracionistas. Es decir, traidores. Añado, además, que la rabia y el orgullo se casaron y han dado a luz un hijo robusto: la indignación. Y la indignación ha aumentado la reflexión y ha alimentado la Razón. La Razón ha incendiado la verdad que los sentimientos no habían incendiado y que hoy puedo expresar abierta y claramente. Preguntándome, por ejemplo: ¿Qué tipo de democracia es la que favorece la teocracia, restablece la herejía, amén de torturar y quemar vivos a sus hijos? ¿Qué tipo de democracia es aquella en la que la minoría cuenta más que la mayoría y, en contra de la mayoría, manda y chantajea? Esa es una no-democracia, un embrollo, una mentira. ¿Y qué tipo de libertad es la que impide pensar, hablar, ir contracorriente, rebelarse y oponerse a quienes nos invaden y nos amordazan? ¿Qué tipo de libertad es la que, además de las razones, quiere censurar los sentimientos y, por lo tanto, establecer lo que debo amar, lo que debo odiar y, por consiguiente, si odio a los americanos y a los israelíes voy al Paraíso y si no amo a los musulmanes, voy al Infierno? Una no-libertad, una burla, una farsa. Con indignación y en nombre de la Razón retomo, pues, el discurso que hace más de dos años cerré diciendo basta, basta. Con indignación y en nombre de la Razón grito, mientras Europa se convierte cada vez más en una provincia del Islam, en una colonia del Islam. E Italia (España) en la vanguardia de esa provincia, en su avanzadilla”.
Mientras tanto, las amenazas siguen.
Camilo Valverde Mudarra
Catedrático de Lengua y Literatura Españolas