Pedro el gafe. En su mandato, España ha vivido episodios más propios de una película de ciencia ficción, todos malos para los españoles. Sus principales socios han caído en la ruina. Que tenga cuidado con el Falcon.
Pierde todas las elecciones; es el presidente de gobierno más despreciado por el pueblo desde Godoy; tiene investigados por corrupción a su esposa y a su hermano; media España le abuchea cuando lo ve en la calle; millones de electores creen que gobierna porque ha hecho fraude electoral; cada día son más los que le consideran un tirano y una mala persona… ¿Se puede ser más desgraciado y fracasado? El sujeto que padece ese calvario sólo puede ser un gafe empedernido e incurable.
Los colaboradores más cercanos del gafe Sánchez caen como moscas: Pablo Iglesias, Ábalos, Koldo y ahora Yolanda. Sus socios de gobierno se hunden: Podemos, SUMAR y algo parecido le ocurre a sus aliados.
Pero la mayor víctima del gafe Sánchez es España, un país en retroceso, que fue ejemplo de democracia y ahora navega en las fronteras de la dictadura, que fue un portento económico y ahora está en la cola de Europa, junto a Rumania y Bulgaria.
El gafe ha logrado que España tenga enemigos muy peligrosos: Marruecos, Argelia, Israel y otros que sin ser todavía enemigos declarados se sienten cada día más lejos e incómodos con el gafe: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia, Argentina…
Nadie se atreve a decirlo pero Sánchez, un tipo antipático que nos ha hecho perder decenas de miles de millones en los negocios, tiene en contra al poderoso capital judío y ha pedido dinero como un loco a los bancos, elevando la deuda española hasta niveles de quiebra.
Ha arruinado la Monarquía y ha convertido al débil Felipe VI en un rey amortizado. Ha arruinado el prestigio de las instituciones claves del Estado. Ha enfrentado a unas comunidades con otras, convirtiendo a su favorita Cataluña en una región odiosa. Ha domesticado al Ejército, le ha arrebatado el honor y la bravura y le ha limado las uñas y los dientes. Espanta a las empresas, arruina a los autónomos, aterroriza al contribuyente y siembra división y odio para dominar a todo el mundo. Es un mal tipo.
Ha hecho de España un país poco fiable en el mundo, sometido a un tirano caprichoso y falso, una nación que molesta en los grandes foros mundiales del poder.
Bajo el gafe Sánchez, España fue el país del mundo que más ha sufrido con la pandemia del COVID y el que ocupa puestos de liderazgo en casi todas las desgracias: decadencia, avance hacia la pobreza, inflación, despilfarro, deuda, trata de blancas, fracaso escolar, drogas, dinero negro, impuestos abusivos, precios altos de los combustibles y un largo etcétera.
Tantas desgracias juntas son metafísicamente imposibles, salvo que un peligroso gafe ande por medio.
Pedro Sánchez lo es.
Francisco Rubiales
Los colaboradores más cercanos del gafe Sánchez caen como moscas: Pablo Iglesias, Ábalos, Koldo y ahora Yolanda. Sus socios de gobierno se hunden: Podemos, SUMAR y algo parecido le ocurre a sus aliados.
Pero la mayor víctima del gafe Sánchez es España, un país en retroceso, que fue ejemplo de democracia y ahora navega en las fronteras de la dictadura, que fue un portento económico y ahora está en la cola de Europa, junto a Rumania y Bulgaria.
El gafe ha logrado que España tenga enemigos muy peligrosos: Marruecos, Argelia, Israel y otros que sin ser todavía enemigos declarados se sienten cada día más lejos e incómodos con el gafe: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia, Argentina…
Nadie se atreve a decirlo pero Sánchez, un tipo antipático que nos ha hecho perder decenas de miles de millones en los negocios, tiene en contra al poderoso capital judío y ha pedido dinero como un loco a los bancos, elevando la deuda española hasta niveles de quiebra.
Ha arruinado la Monarquía y ha convertido al débil Felipe VI en un rey amortizado. Ha arruinado el prestigio de las instituciones claves del Estado. Ha enfrentado a unas comunidades con otras, convirtiendo a su favorita Cataluña en una región odiosa. Ha domesticado al Ejército, le ha arrebatado el honor y la bravura y le ha limado las uñas y los dientes. Espanta a las empresas, arruina a los autónomos, aterroriza al contribuyente y siembra división y odio para dominar a todo el mundo. Es un mal tipo.
Ha hecho de España un país poco fiable en el mundo, sometido a un tirano caprichoso y falso, una nación que molesta en los grandes foros mundiales del poder.
Bajo el gafe Sánchez, España fue el país del mundo que más ha sufrido con la pandemia del COVID y el que ocupa puestos de liderazgo en casi todas las desgracias: decadencia, avance hacia la pobreza, inflación, despilfarro, deuda, trata de blancas, fracaso escolar, drogas, dinero negro, impuestos abusivos, precios altos de los combustibles y un largo etcétera.
Tantas desgracias juntas son metafísicamente imposibles, salvo que un peligroso gafe ande por medio.
Pedro Sánchez lo es.
Francisco Rubiales
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