La defensa de un "cordón sanitario" contra VOX le costó a Rivera el fracaso de su partido y su retirada de la política. Lo mismo le ocurrirá a Sánchez y al comunista Iglesias. Los cordones sanitarios son fascistas y antidemocráticos.
La ruptura del PSOE de Sánchez con el constitucionalismo y la democracia es el acontecimiento más dramático ocurrido en la política española desde la muerte de Franco. Lo grave no es que el PSOE tenga hoy un dirigente indeseable y maligno, sino que todo el PSOE le está acompañando en su siniestra e indecente aventura. Algunos socialistas le critican y cuestionan, pero lo hacen con la boca chica, sin plantarle cara abiertamente y sin abandonar el partido.
Mientras que España se resiste y tiene millones de ciudadanos que rechazan el sanchismo, el PSOE ya ha sido conquistado por el virus sanchista, que tiene capacidad suficiente para destruir por completo al mas que centenario socialismo español.
Millones de españoles no se han rehecho todavía de la inmensa sorpresa que les representa el envilecimiento del socialismo y su deriva hacia el radicalismo, el comunismo y la antidemocracia. El partido había cometido antes errores graves, como el terrorismo de Estado y la corrupción galopante, pero se consideraba que eran accidentes y que el núcleo permanecía estable y relativamente limpio. Con el sanchismo, el núcleo ha quedado infectado y la podredumbre y la traición a los viejos valores de la izquierda ha quedado consumada.
Todas las cautelas, frenos, controles y salvaguardiass de la democracia están siendo violadas por Pedro Sánchez y su piara de aliados, integrada por socialistas mercenarios, comunistas, pro terroristas y nacionalistas adictos al odio que luchan contra la Constitución y por la destrucción de España. Sanchez y los suyos han agredido la separación de poderes, han politizado la Justicia, han violado sus alianzas y compromisos internacionales, apoyan a regímenes totalitarios y asesinos como el de Venezuela, han violado la Constitución en varios de sus frentes, sobre todo premiando a sus desleales y violentos aliados con dinero abundante que sustrae de las otras autonomías leales y más necesitadas, rompiendo la igualdad, engañando a sus electores, incumpliendo sus promesas, castrando a la sociedad civil, envileciendo la convivencia y causando escándalo y dolor en el grueso de la sociedad española.
Si se analiza el comportamiento del actual gobierno cerrando los ojos y los oídos a la propaganda manipuladora del poder y de los medios comprados, uno llega fácilmente a la conclusión de que el sistema está siendo dinamitado y que ese crimen está siendo ocultado a la ciudadanía. Los desleales vascos y catalanes son los que mandan, deciden y obtienen más beneficios en el reparto de los recursos; los delincuentes condenados por sedición y malversación están prácticamente libres; los fugados de la Justicia que se dedican a denigra España son eurodiputados y abofetean a España con su impunidad; el odio a España sigue inundando las calles y plazas de Cataluña, impulsado desde la Generalitat; las leyes están siendo adaptadas para que el gobierno gane votos; el feminismo se transforma, poco a poco, en una cacería del varón; las decisiones no se inspiran en el bien común, sino en el electoralismo y las fechorías que se comenten, duras e insoportables en cualquier democracia de nuestro entorno, gozan en España de completa impunidad y ni siquiera desgastan a un gobierno que carece de fronteras morales, como lo demuestran el robo de los ERES, la prostitución de las niñas tuteladas por el Estado, el incidente de los encapuchados del gobierno enviados a Bolivia, la mafiosa entrevista del ministro Ábalos con la vicepresidenta narcorégimen de Venezuela, las indecentes concesiones al independentismo, la marginación y castigo de los enemigos políticos, etc., etc.
Francisco Rubiales
Mientras que España se resiste y tiene millones de ciudadanos que rechazan el sanchismo, el PSOE ya ha sido conquistado por el virus sanchista, que tiene capacidad suficiente para destruir por completo al mas que centenario socialismo español.
Millones de españoles no se han rehecho todavía de la inmensa sorpresa que les representa el envilecimiento del socialismo y su deriva hacia el radicalismo, el comunismo y la antidemocracia. El partido había cometido antes errores graves, como el terrorismo de Estado y la corrupción galopante, pero se consideraba que eran accidentes y que el núcleo permanecía estable y relativamente limpio. Con el sanchismo, el núcleo ha quedado infectado y la podredumbre y la traición a los viejos valores de la izquierda ha quedado consumada.
Todas las cautelas, frenos, controles y salvaguardiass de la democracia están siendo violadas por Pedro Sánchez y su piara de aliados, integrada por socialistas mercenarios, comunistas, pro terroristas y nacionalistas adictos al odio que luchan contra la Constitución y por la destrucción de España. Sanchez y los suyos han agredido la separación de poderes, han politizado la Justicia, han violado sus alianzas y compromisos internacionales, apoyan a regímenes totalitarios y asesinos como el de Venezuela, han violado la Constitución en varios de sus frentes, sobre todo premiando a sus desleales y violentos aliados con dinero abundante que sustrae de las otras autonomías leales y más necesitadas, rompiendo la igualdad, engañando a sus electores, incumpliendo sus promesas, castrando a la sociedad civil, envileciendo la convivencia y causando escándalo y dolor en el grueso de la sociedad española.
Si se analiza el comportamiento del actual gobierno cerrando los ojos y los oídos a la propaganda manipuladora del poder y de los medios comprados, uno llega fácilmente a la conclusión de que el sistema está siendo dinamitado y que ese crimen está siendo ocultado a la ciudadanía. Los desleales vascos y catalanes son los que mandan, deciden y obtienen más beneficios en el reparto de los recursos; los delincuentes condenados por sedición y malversación están prácticamente libres; los fugados de la Justicia que se dedican a denigra España son eurodiputados y abofetean a España con su impunidad; el odio a España sigue inundando las calles y plazas de Cataluña, impulsado desde la Generalitat; las leyes están siendo adaptadas para que el gobierno gane votos; el feminismo se transforma, poco a poco, en una cacería del varón; las decisiones no se inspiran en el bien común, sino en el electoralismo y las fechorías que se comenten, duras e insoportables en cualquier democracia de nuestro entorno, gozan en España de completa impunidad y ni siquiera desgastan a un gobierno que carece de fronteras morales, como lo demuestran el robo de los ERES, la prostitución de las niñas tuteladas por el Estado, el incidente de los encapuchados del gobierno enviados a Bolivia, la mafiosa entrevista del ministro Ábalos con la vicepresidenta narcorégimen de Venezuela, las indecentes concesiones al independentismo, la marginación y castigo de los enemigos políticos, etc., etc.
Francisco Rubiales
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