El gran error del "mundo democrático occidental" es precisamente que antepone la cantidad a la calidad. Y ese gran error acabará por engullirnos.
Nuestra "civilizada sociedad actual" está anteponiendo "democráticamente" la riqueza y la abundancia material a la riqueza y abundancia espiritual, siendo esta última la única que importa en la vida de todos los seres.
Voy a poner dos ejemplos muy significativos: dejamos a los niños abandonados en guarderías, desde la más tierna infancia, para poder trabajar ambos padres y conseguir tener más coches, más ropa, más lujosos muebles, más electrodomésticos a la última... Abandonamos a nuestros mayores en asilos porque
ya no nos son útiles, porque son un estorbo no productivo.
Anteponemos a los derechos humanos el poder consumir tres o cuatro ves por encima de lo necesario. Callamos ante el genocidio probado que está cometiendo China contra Tibet porque tememos la represión económica por parte de China, es decir, tememos que nuestra tele sea más pequeña, que tengamos menos vestidos, no poder cambiar el coche cada cuatro años por uno más lujoso...
Todos sabemos que en China no se respetan los derechos humanos, que las jornadas laborales son de 24 horas, que los trabajadores son esclavos sin derechos.
Las mafias explotan a los seres humanos como esclavos hacinándolos en péquenos bunkers a lo lago y ancho del planeta. ¿A esto es a lo que queremos llegar?. Los productos chinos son baratos porque los trabajadores son más esclavos ¿A esto es a lo que aspiramos como seres civilizados?. Nuestros empresarios se llevan las empresas a países tercermundistas, entre otros a China, para poder explotar a
esclavos sin derechos ¿Esto es por lo que se ha luchado a lo largo de la historia?. ¿Estos son nuestro principios occidentales?, ¿Es a lo que aspiramos como herencia para nuestros hijos?.¿Este es el mundo al que damos la bienvenida?.
Más nos valiera no solo condenar los graves hechos de la invasión ilegal del Tíbet y la violación de los derechos humanos que allí está ocurriendo, sino también todo lo que representa ese sistema inhumano de explotación del hombre por el hombre.
Y una pregunta para reflexionar:
¿Qué haríamos si el gigante asiático nos invadiera y nos impusiera sus aberrantes " normas humanas"?, ¿Nos rebelaríamos?. ¿Si eso ocurriera, debería el mundo solidarizarse con nuestra desgracia o mirar hacia otro lado para poder seguir comprando y vendiendo barato, barato..?
Como se suele decir, en el pecado va la penitencia.
Ciudadana
Nuestra "civilizada sociedad actual" está anteponiendo "democráticamente" la riqueza y la abundancia material a la riqueza y abundancia espiritual, siendo esta última la única que importa en la vida de todos los seres.
Voy a poner dos ejemplos muy significativos: dejamos a los niños abandonados en guarderías, desde la más tierna infancia, para poder trabajar ambos padres y conseguir tener más coches, más ropa, más lujosos muebles, más electrodomésticos a la última... Abandonamos a nuestros mayores en asilos porque
ya no nos son útiles, porque son un estorbo no productivo.
Anteponemos a los derechos humanos el poder consumir tres o cuatro ves por encima de lo necesario. Callamos ante el genocidio probado que está cometiendo China contra Tibet porque tememos la represión económica por parte de China, es decir, tememos que nuestra tele sea más pequeña, que tengamos menos vestidos, no poder cambiar el coche cada cuatro años por uno más lujoso...
Todos sabemos que en China no se respetan los derechos humanos, que las jornadas laborales son de 24 horas, que los trabajadores son esclavos sin derechos.
Las mafias explotan a los seres humanos como esclavos hacinándolos en péquenos bunkers a lo lago y ancho del planeta. ¿A esto es a lo que queremos llegar?. Los productos chinos son baratos porque los trabajadores son más esclavos ¿A esto es a lo que aspiramos como seres civilizados?. Nuestros empresarios se llevan las empresas a países tercermundistas, entre otros a China, para poder explotar a
esclavos sin derechos ¿Esto es por lo que se ha luchado a lo largo de la historia?. ¿Estos son nuestro principios occidentales?, ¿Es a lo que aspiramos como herencia para nuestros hijos?.¿Este es el mundo al que damos la bienvenida?.
Más nos valiera no solo condenar los graves hechos de la invasión ilegal del Tíbet y la violación de los derechos humanos que allí está ocurriendo, sino también todo lo que representa ese sistema inhumano de explotación del hombre por el hombre.
Y una pregunta para reflexionar:
¿Qué haríamos si el gigante asiático nos invadiera y nos impusiera sus aberrantes " normas humanas"?, ¿Nos rebelaríamos?. ¿Si eso ocurriera, debería el mundo solidarizarse con nuestra desgracia o mirar hacia otro lado para poder seguir comprando y vendiendo barato, barato..?
Como se suele decir, en el pecado va la penitencia.
Ciudadana
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