Algunos ilusos todavía creen que ETA es de izquierdas. Otros muchos creen hasta que ETA y su brazo político, Batasuna, pueden adaptarse a la democracia. Muchos de esos crédulos están en la izquierda española e internacional, donde la confusión y la desideologización les lleva a convivir con totalitarismos de tinte izquierdista sin admitir lo que es obvio: que todos los totalitarismos son fascistas, independientemente del color que vistan o defiendan. Pero la mayoría de estos pobres diablos que creen que ETA es una organización revolucionaria de izquierdas militan en los nacionalismos radicales, donde el virus totalitario también corre por las propias venas.
¿Cómo puede ser de izquierdas y parte de un sistema democrático un grupo terrorista, ETA, cuyo principal objetivo es el “restablecimiento”, mediante la violencia ejercida contra una población civil inerme, de una unidad política definida por su homogeneidad racial y cultural? Cualquiera que analice la historia descubrirá que esos eran los objetivos y métodos del partido nazi en la Alemania de los años treinta del siglo XX.
¿Quién sino ETA somete a violencia y terror a más de cuarenta millones de españoles y ha contaminado con sangre la ilusionante experiencia de la joven democracia española, a la que ha contribuido a degradar? ¿Por qué ETA pretende imponer con sangre la independencia del País Vasco y no opta porque se decida democráticamente, mediante un referéndum, como hizo Quebec (Canadá) en 1995?
Algunos líderes osados e imprudentes, como Zapatero, creen poder "domesticar" a la bestia y obligarla a que encuentre un sitipo en la democracia. Tal despropósito sólo es posible cuando se desconocen las reglas, se ignora que la democracia es un complejo sistema de convivencia en paz y armonía y se cree que democracia es sólo votar cada cuatro o cinco años.
Ya va siendo hora de que cambiemos el "chip" decimonónico y admitamos que la verdadera división que separa nuestro mundo en dos bandos no es la de las izquierdas y las derechas, sino la de los demócratas y los totalitarios. ETA es, simplemente, una organización totalitaria y, por desgracia, muchos de los que creen poder "redimirla", también.
Esa parte española que se autodenomina de izquierda y que cultiva amistades tan peligrosas y totalitarias como ETA y los nacionalismos excluyentes, tanto la hipócrita Izquierda Unida, capaz de apoyar el centralismo en Madrid y el independentismo en el País Vasco y Cataluña, como buena parte del PSOE, cuya política de "paz" ha alimentado y revitalizado a una banda terrorista ETA que estaba casi derrotada, está contribuyendo a difundir la peligrosa confusión que identifica al nazismo violento y asesino de ETA con una inexistente izquierda independentista y romántica.
Todos pagaremos de algún modo esa irracional frivolidad ideológica.
FR
¿Cómo puede ser de izquierdas y parte de un sistema democrático un grupo terrorista, ETA, cuyo principal objetivo es el “restablecimiento”, mediante la violencia ejercida contra una población civil inerme, de una unidad política definida por su homogeneidad racial y cultural? Cualquiera que analice la historia descubrirá que esos eran los objetivos y métodos del partido nazi en la Alemania de los años treinta del siglo XX.
¿Quién sino ETA somete a violencia y terror a más de cuarenta millones de españoles y ha contaminado con sangre la ilusionante experiencia de la joven democracia española, a la que ha contribuido a degradar? ¿Por qué ETA pretende imponer con sangre la independencia del País Vasco y no opta porque se decida democráticamente, mediante un referéndum, como hizo Quebec (Canadá) en 1995?
Algunos líderes osados e imprudentes, como Zapatero, creen poder "domesticar" a la bestia y obligarla a que encuentre un sitipo en la democracia. Tal despropósito sólo es posible cuando se desconocen las reglas, se ignora que la democracia es un complejo sistema de convivencia en paz y armonía y se cree que democracia es sólo votar cada cuatro o cinco años.
Ya va siendo hora de que cambiemos el "chip" decimonónico y admitamos que la verdadera división que separa nuestro mundo en dos bandos no es la de las izquierdas y las derechas, sino la de los demócratas y los totalitarios. ETA es, simplemente, una organización totalitaria y, por desgracia, muchos de los que creen poder "redimirla", también.
Esa parte española que se autodenomina de izquierda y que cultiva amistades tan peligrosas y totalitarias como ETA y los nacionalismos excluyentes, tanto la hipócrita Izquierda Unida, capaz de apoyar el centralismo en Madrid y el independentismo en el País Vasco y Cataluña, como buena parte del PSOE, cuya política de "paz" ha alimentado y revitalizado a una banda terrorista ETA que estaba casi derrotada, está contribuyendo a difundir la peligrosa confusión que identifica al nazismo violento y asesino de ETA con una inexistente izquierda independentista y romántica.
Todos pagaremos de algún modo esa irracional frivolidad ideológica.
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