Todos los barones (en la imagen faltan Susana, Vara y Ximo Puig) se han doblegado y humillado ante el sanchismo
¿Dónde está la rebelde Susana Díaz y los amenazantes Lambán, Fernández Vara y García Page? Todos sometidos y mendicantes, felices de haber resuelto su futuro en el poder y agradecidos a un Pedro Sánchez que les ha perdonado la vida y que ha convencido al socialismo español en masa de que lo importante es gobernar y repartirse las prebendas, el dinero y los privilegios. En términos reales, Sánchez ha envilecido al PSOE sin oposición alguna y lo ha convertido en un ejército disciplinado en busca de botín, capaz de hacer cualquier cosa con tal de mantenerse en el poder.
La andaluza Susana, cabecilla de la revuelta anterior que logró destronar al Secretario General, es hoy la más sumisa y humillada, dedicada más a rendir pleitesía al líder que a defender los intereses andaluces y a hacer una oposición seria. Sus pretensiones de liderar el PSOE han muerto y han dejado paso a una sumisión humillante que sólo pretende la supervivencia y que le permitan seguir disfrutando del poder, que en España es una auténtico estado de bienestar y privilegios para los políticos.
Algo parecido ocurre con los demás barones socialistas, ahora en silencio y dispuestos a aguantarlo todo con tal de conservar su poder y su fastuosa vida de dirigentes regionales, auténticos sátrapas del viciado sistema político español. Aquellas amenazas de que no permitirían un pacto con los comunistas y concesiones a los catalanes que rompieran la igualdad quedaron enterradas en aras del egoísmo, la rapiña y la bajeza.
El sometimiento a Pedro Sánchez no sólo se debe a la cobardía y falta de patriotismo y rigor ideológico del partido y sus barones, sino a que el nuevo estilo impuesto por Sánchez en el PSOE les fascina y enamora. Éste consiste en una nueva edición de aquel "quien se mueva no sale en la foto", ahora aliñado con la convicción de los propios cuadros, dispuestos a someterse lo que sea necesario con tal de no perder lo que han conseguido con Sánchez: mantener cargos no sólo en las administraciones autonómicas, sino también en las nacionales, bien regados con dinero y privilegios y contar también con más fondos del partido para sus puestos.
Tada la vida del PSOE se desarrolla ahora a la sombra de un líder intocable que ejerce de "Gran Timonel", como lo fue Mao Tsé tung en los inicios del comunismo chino. Te doy y me das, esa es la clave nada ejemplar y nula en decencia.
El PSOE de Sánchez se parece cada día más al viejo PRI mexicano, una maquinaria para ganar elecciones, someter al pueblo y repartirse poderes y privilegios, y también al chavismo, un tipo de gobierno pragmático y sin ética, en el que cabe todo con tal de mantenerse en el poder. Las viejas obsesiones socialistas por la igualdad, los servicios sociales y el bien del pueblo sólo han quedado como pilares de la propaganda del partido, la cual, tras haber logrado comprar o someter a muchos medios de comunicación, está ahora mejor engrasada y es más eficaz.
Francisco Rubiales
La andaluza Susana, cabecilla de la revuelta anterior que logró destronar al Secretario General, es hoy la más sumisa y humillada, dedicada más a rendir pleitesía al líder que a defender los intereses andaluces y a hacer una oposición seria. Sus pretensiones de liderar el PSOE han muerto y han dejado paso a una sumisión humillante que sólo pretende la supervivencia y que le permitan seguir disfrutando del poder, que en España es una auténtico estado de bienestar y privilegios para los políticos.
Algo parecido ocurre con los demás barones socialistas, ahora en silencio y dispuestos a aguantarlo todo con tal de conservar su poder y su fastuosa vida de dirigentes regionales, auténticos sátrapas del viciado sistema político español. Aquellas amenazas de que no permitirían un pacto con los comunistas y concesiones a los catalanes que rompieran la igualdad quedaron enterradas en aras del egoísmo, la rapiña y la bajeza.
El sometimiento a Pedro Sánchez no sólo se debe a la cobardía y falta de patriotismo y rigor ideológico del partido y sus barones, sino a que el nuevo estilo impuesto por Sánchez en el PSOE les fascina y enamora. Éste consiste en una nueva edición de aquel "quien se mueva no sale en la foto", ahora aliñado con la convicción de los propios cuadros, dispuestos a someterse lo que sea necesario con tal de no perder lo que han conseguido con Sánchez: mantener cargos no sólo en las administraciones autonómicas, sino también en las nacionales, bien regados con dinero y privilegios y contar también con más fondos del partido para sus puestos.
Tada la vida del PSOE se desarrolla ahora a la sombra de un líder intocable que ejerce de "Gran Timonel", como lo fue Mao Tsé tung en los inicios del comunismo chino. Te doy y me das, esa es la clave nada ejemplar y nula en decencia.
El PSOE de Sánchez se parece cada día más al viejo PRI mexicano, una maquinaria para ganar elecciones, someter al pueblo y repartirse poderes y privilegios, y también al chavismo, un tipo de gobierno pragmático y sin ética, en el que cabe todo con tal de mantenerse en el poder. Las viejas obsesiones socialistas por la igualdad, los servicios sociales y el bien del pueblo sólo han quedado como pilares de la propaganda del partido, la cual, tras haber logrado comprar o someter a muchos medios de comunicación, está ahora mejor engrasada y es más eficaz.
Francisco Rubiales
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