La gran debilidad de manifestación del próximo sábado, bajo el lema "España por la libertad. No más cesiones a ETA", es que ha sido convocada por el Partido Popular. Es lastimoso que el necesario protagonismo de la sociedad civil en esa protesta cívica haya sido suplantado por el de un partido político que, cuando ha gobernado, ha demostrado que comparte con el PSOE la misma concepción "profesional" y autoritaria del poder y de la política.
Razones para manifestarse hay, y muy sólidas, porque el gobierno y sus aliados nacionalistas extremos están poniendo en peligro la paz, la unidad, la Constitución y la convivencia, pero esa manifestación del sábado debería haber sido una respuesta puramente ciudadana a los desmanes del poder pólítico y al mal gobierno en España, libre de la contaminación que representa el protagonismo de un partido político, sea el que sea.
Convocada por el PP, el éxito de la manifestación será capitalizado, sin duda, por un partido que, durante el cuatrienio 2000-04, demostró compartir con el PSOE los grandes males que están arruinando la democracia española: políticos profesionales voraces, obsesión enfermiza por el poder, marginación del ciudadano, liquidación de la independencia de los poderes básicos del Estado (Ejecutivo, Judicial y Legislativo) acoso a la sociedad civil, control de los medios de comunicación, incapacidad para dialogar con el adversario y utilización de la crispación y de la demonización como métodos de dominio.
Razones para manifestarse hay, y muy sólidas, porque el gobierno y sus aliados nacionalistas extremos están poniendo en peligro la paz, la unidad, la Constitución y la convivencia, pero esa manifestación del sábado debería haber sido una respuesta puramente ciudadana a los desmanes del poder pólítico y al mal gobierno en España, libre de la contaminación que representa el protagonismo de un partido político, sea el que sea.
Convocada por el PP, el éxito de la manifestación será capitalizado, sin duda, por un partido que, durante el cuatrienio 2000-04, demostró compartir con el PSOE los grandes males que están arruinando la democracia española: políticos profesionales voraces, obsesión enfermiza por el poder, marginación del ciudadano, liquidación de la independencia de los poderes básicos del Estado (Ejecutivo, Judicial y Legislativo) acoso a la sociedad civil, control de los medios de comunicación, incapacidad para dialogar con el adversario y utilización de la crispación y de la demonización como métodos de dominio.