En el pasado, el pucherazo español se lograba haciendo votar a los muertos. Hoy se consigue, de manera más fácil y creíble, procesando los resultados con sistemas informáticos trucados.
Mentalmente, uno de los comentaristas habituales del blog Voto en Blanco, acaba de publicar lo siguiente:
"Dije que la victoria de Sánchez no me la creía. Han pasado varios años y sigo pensando lo mismo. Es más, nadie intenta aclarar de dónde salió ese resultado, en el que tenía los números justos para formar gobierno pactando con separatistas. Como si alguien quisiera excusar el motivo para que un gobierno nacional haga cosas excepcionales con la excusa de necesitar pactar con gente extraña. Y vuelvo a recordar detalles sospechosos como:
- Elección a dedo de la multinacional Indra para el recuento de votos. Por parte de Sánchez como presidente en funciones.
- Indra también contaba los votos en Venezuela, y ganaba Chávez a pesar de la ruina en la que metió Venezuela.
- El asunto del rescate con dinero público español a la aerolínea chavista Plus Ultra.
- El asunto de la recepción de maletas de Venezuela, entre el ex-ministro de Sánchez Ábalos y Delcy Rodríguez, segunda del régimen de Maduro.
- Sánchez amañando votos dentro de su partido, el PSOE, con una urna detrás de una cortina.
- Sánchez nombra a Juan Manuel Serrano Quintana presidente de Correos. Correos se encarga de tramitar el voto por correo. Un mecanismo inseguro de votación por la pérdida de la custodia del
voto."
Si a estos datos sospechosos se agregan otros indicios, como la publicación reiterada, por parte del gubernamental Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de encuestas falsas, que otorgan al PSOE resultados imposibles y opuestos a los del resto de los institutos demoscópicos, la sospecha crece. No son pocos los que piensan que esos resultados están destinados a hacer creíbles resultados victoriosos para Sánchez en las próximas elecciones.
El gobierno acaba de encargar a la empresa INDRA, al frente de la cual hay un sanchista entusiasta, que procese los votos en las próximas elecciones, lo que introduce mas dosis de sospecha y miedo a la trampa.
Correos, encargada de procesar el voto postal, también está en manos de un sanchista entusiasta, lo que agrega inseguridad y sospecha en el proceso de recuento electoral.
El mismo proceso de recuento español tiene carencias que lo convierten en inseguro. Las actas de los resultados en los distintos colegios electorales, que según la ley deben publicarse y someterse a la ciudadanía para que compruebe la limpieza de las elecciones, son destruidas y nunca se publican, quedando como única constancia los datos introducidos en el sistema informático.
Pero el mayor argumento que sostiene la sospecha es el mismo Pedro Sánchez, un tipo moralmente poco fiable porque ha mentido y engañado hasta la saciedad durante su carrera política y que fue descubierto amañando votos dentro de su partido, el PSOE, con una urna ilegal, detrás de una cortina, motivo que le eliminó temporalmente de la lucha por el control del socialismo español.
El pucherazo tiene una larga y sólida tradición en España. Era uno de los métodos de fraude electoral usados principalmente durante el periodo de la Restauración borbónica para permitir la alternancia, pactada previamente, entre el Partido Liberal y el Partido Conservador.
El posible "pucherazo" de Pedro Sánchez se ha convertido ya en un tema recurrente en los mensajes que circulan por las redes y en las conversaciones de los ciudadanos en los hogares, puestos de trabajo, bares y restaurantes. Pocos dudan de que esa barbaridad antidemocrática y anticonstitucional, verdadero crimen contra la ciudadanía y la nación, pueda perpetrarse en el corrupto y sucio panorama político español actual.
Francisco Rubiales
"Dije que la victoria de Sánchez no me la creía. Han pasado varios años y sigo pensando lo mismo. Es más, nadie intenta aclarar de dónde salió ese resultado, en el que tenía los números justos para formar gobierno pactando con separatistas. Como si alguien quisiera excusar el motivo para que un gobierno nacional haga cosas excepcionales con la excusa de necesitar pactar con gente extraña. Y vuelvo a recordar detalles sospechosos como:
- Elección a dedo de la multinacional Indra para el recuento de votos. Por parte de Sánchez como presidente en funciones.
- Indra también contaba los votos en Venezuela, y ganaba Chávez a pesar de la ruina en la que metió Venezuela.
- El asunto del rescate con dinero público español a la aerolínea chavista Plus Ultra.
- El asunto de la recepción de maletas de Venezuela, entre el ex-ministro de Sánchez Ábalos y Delcy Rodríguez, segunda del régimen de Maduro.
- Sánchez amañando votos dentro de su partido, el PSOE, con una urna detrás de una cortina.
- Sánchez nombra a Juan Manuel Serrano Quintana presidente de Correos. Correos se encarga de tramitar el voto por correo. Un mecanismo inseguro de votación por la pérdida de la custodia del
voto."
Si a estos datos sospechosos se agregan otros indicios, como la publicación reiterada, por parte del gubernamental Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de encuestas falsas, que otorgan al PSOE resultados imposibles y opuestos a los del resto de los institutos demoscópicos, la sospecha crece. No son pocos los que piensan que esos resultados están destinados a hacer creíbles resultados victoriosos para Sánchez en las próximas elecciones.
El gobierno acaba de encargar a la empresa INDRA, al frente de la cual hay un sanchista entusiasta, que procese los votos en las próximas elecciones, lo que introduce mas dosis de sospecha y miedo a la trampa.
Correos, encargada de procesar el voto postal, también está en manos de un sanchista entusiasta, lo que agrega inseguridad y sospecha en el proceso de recuento electoral.
El mismo proceso de recuento español tiene carencias que lo convierten en inseguro. Las actas de los resultados en los distintos colegios electorales, que según la ley deben publicarse y someterse a la ciudadanía para que compruebe la limpieza de las elecciones, son destruidas y nunca se publican, quedando como única constancia los datos introducidos en el sistema informático.
Pero el mayor argumento que sostiene la sospecha es el mismo Pedro Sánchez, un tipo moralmente poco fiable porque ha mentido y engañado hasta la saciedad durante su carrera política y que fue descubierto amañando votos dentro de su partido, el PSOE, con una urna ilegal, detrás de una cortina, motivo que le eliminó temporalmente de la lucha por el control del socialismo español.
El pucherazo tiene una larga y sólida tradición en España. Era uno de los métodos de fraude electoral usados principalmente durante el periodo de la Restauración borbónica para permitir la alternancia, pactada previamente, entre el Partido Liberal y el Partido Conservador.
El posible "pucherazo" de Pedro Sánchez se ha convertido ya en un tema recurrente en los mensajes que circulan por las redes y en las conversaciones de los ciudadanos en los hogares, puestos de trabajo, bares y restaurantes. Pocos dudan de que esa barbaridad antidemocrática y anticonstitucional, verdadero crimen contra la ciudadanía y la nación, pueda perpetrarse en el corrupto y sucio panorama político español actual.
Francisco Rubiales
Comentarios: