La venganza de los perdedores

Pasen y vean:
http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276290424.html

Bueno, ¿empezamos a ver claro por donde van los tiros?. Impresionantes los argumentos de Gaspar (y Basaltar) esa alfombra del Psoe, para recusar a Múgica, puro cinismo, desvergüenza e impunidad política. El caso es que supongo que el TC no se ve afectado técnicamente, aunque sí políticamente en la medida de que si hace algo “mal” destituirán “democráticamente” tan alta “institución”. Un nuevo aviso a navegantes.

Y esto no son suposiciones, ni acertijos, se desprende de la lógica de los acontecimientos. La democracia es un acuerdo, un pacto entre fuerzas sociales y políticas que contienen dispares intereses. Cuando unos intereses concretos deciden, por las razones que sean, saltarse el pacto, los demás no tienen donde agarrarse, no pueden invocar la “neutralidad” de instituciones que son las estructuras del pacto, la materialización de la Constitución en este caso. Lo mismo que los nacionalistas han aprovechado el “marco legal” para hacer lo que les ha dado la gana, saltándoselo y poniéndolo en cuestión, igualmente parte del Estado y el Gobierno actual están usando y aprovecharán todo tipo de artimañas e instituciones para hacer lo propio: decir que obran en nombre de ellas aunque sea evidente que las está conculcando a través de ellas mismas. Esto es la “interpretación elástica, que se puede cambiar, etc.” El caso es que le han dado a la Generalitat mayor cuota de recursos sin haberlo aprobado “constitucionalmente” y así con otras cosas. Y cuando la otra parte también reivindica el pacto, es evidente que algo pasa.

Si este asunto no se tiene claro desde su raíz, no se comprende adecuadamente el desenvolvimiento de los hechos. Por eso digo que cuando las reglas están rotas y las instituciones partidas, no se las puede invocar sin hacer el ignorante, sin sucumbir a los cantos de una de las partes, es necesario comprender que se necesitan nuevas reglas aceptadas por todos. Y esto es lo difícil, porque los protagonistas habituales ya han demostrado con creces que no son capaces de acordar nada. Y al menos una parte se las salta, o las dos. España sufrirá una convulsión (política y jurídica ya está, falta la social) va irremisiblemente hacia unas Cortes Constituyentes por lo menos, antes o después, la historia no encuentra otra solución para este tipo de problemas, por lo demás bastante conocidos aunque aquí se presente de forma peculiar, que por algo somos “diferentes”.