Gotzone Mora, destacada socialista y presidenta del Foro regional para la Inmigración de Madrid, nombrada para ocupar la Secretaría autonómica de Inmigración de la Comunidad Valenciana desde principios de julio, ha declarado que la división política derecha - izquierda está superada y que hay que apostar por gobiernos que busquen lo mejor para la ciudadanía.
Voto en Blanco lleva diciendo lo mismo desde que nació, hace tres años, pero agregando un matiz: mientras que la dicotomía izquierda-derecha se diluye, crece la separación entre demócratas y autoritarios.
La noticia de la incorporación de Gotzone al gobierno de la Comunidad Valenciana, presidido por el popular Camps, ha causado sorpresa y desasosiego en las filas del PSOE, donde temen que las disidencias y deserciones desgasten y desacrediten al partido en vísperas de las elecciones generales.
La ex concejal socialista en el ayuntamiento vasco de Guetxo ha comparado el gobierno valenciano de Francisco Camps en el modelo Sarkozy, que también ha incorporado a socialistas porque “busca el perfil idóneo para desempeñar la gestión en cada puesto sin que la adscripción ideológica sea una condición”.
Gotzone Mora ha recordado a los socialistas que critican su entrada en el gobierno valenciano que el Partido Popular está apostando por un modelo integrador, como el de Camps, en toda España. Considera también que el actual discurso político de enfrentamiento está caducado y que “tal como exponen Giddens, Baumann y otros autores, en el siglo XXI tenemos que superar la dicotomía izquierda derecha y apostar ya por gobiernos que busquen lo mejor para la ciudadanía”.
Gotzone Mora compatibilizará la Secretaría de Inmigración con su actividad docente en el País Vasco, donde se ha destacado por su denuncia de los pactos entre el socialismo y el nacionalismo y por su lucha contra el terrorismo etarra.
Desde Voto en Blanco saludamos el paso dado por Camps, importante porque rompe el cierre estanco de los partidos y la sucia dinámica de enfrentamiento a muerte entre partidos a los que no les separa ya la ideología sino la simple competencia por el poder. Es un paso positivo para la democracia que aclara el panorama y ayudará a los ciudadanos a comprender que, en adelante, deben elegir no entre políticos que se dicen de derechas o de izquierdas, sino entre auténticos demócratas, que hay pocos, y entre totalitarios, que hay muchos.
FR
Voto en Blanco lleva diciendo lo mismo desde que nació, hace tres años, pero agregando un matiz: mientras que la dicotomía izquierda-derecha se diluye, crece la separación entre demócratas y autoritarios.
La noticia de la incorporación de Gotzone al gobierno de la Comunidad Valenciana, presidido por el popular Camps, ha causado sorpresa y desasosiego en las filas del PSOE, donde temen que las disidencias y deserciones desgasten y desacrediten al partido en vísperas de las elecciones generales.
La ex concejal socialista en el ayuntamiento vasco de Guetxo ha comparado el gobierno valenciano de Francisco Camps en el modelo Sarkozy, que también ha incorporado a socialistas porque “busca el perfil idóneo para desempeñar la gestión en cada puesto sin que la adscripción ideológica sea una condición”.
Gotzone Mora ha recordado a los socialistas que critican su entrada en el gobierno valenciano que el Partido Popular está apostando por un modelo integrador, como el de Camps, en toda España. Considera también que el actual discurso político de enfrentamiento está caducado y que “tal como exponen Giddens, Baumann y otros autores, en el siglo XXI tenemos que superar la dicotomía izquierda derecha y apostar ya por gobiernos que busquen lo mejor para la ciudadanía”.
Gotzone Mora compatibilizará la Secretaría de Inmigración con su actividad docente en el País Vasco, donde se ha destacado por su denuncia de los pactos entre el socialismo y el nacionalismo y por su lucha contra el terrorismo etarra.
Desde Voto en Blanco saludamos el paso dado por Camps, importante porque rompe el cierre estanco de los partidos y la sucia dinámica de enfrentamiento a muerte entre partidos a los que no les separa ya la ideología sino la simple competencia por el poder. Es un paso positivo para la democracia que aclara el panorama y ayudará a los ciudadanos a comprender que, en adelante, deben elegir no entre políticos que se dicen de derechas o de izquierdas, sino entre auténticos demócratas, que hay pocos, y entre totalitarios, que hay muchos.
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