La caída del Imperio Romano tiene curiosas y sorprendentes coincidencias con la actual decadencia de Europa, que merece la pena analizar. Numerosos expertos e intelectuales de Europa y Estados Unidos están estudiando el fenómeno desde la preocupación por la decadencia actual de la hasta hace poco pujante cultura europea.
Uno de los equipos que ponen mayor énfasis en el estudio es el inspirado por El Vaticano, cuyo actual pontífice, Benedicto XVI, es muy sensible al problema de la decadencia de Europa, como ya lo demostró cuando era conocido como el teólogo Ratzinger.
Indro Montanelli, en su famosa "Historia de Roma", dice que él hundimiento del Imperio Romano se debió a razones como la caída de los valores, el egoísmo y la cobardía de los ciudadanos, la irrupción de numerosos vicios que relajaron las costumbres, la descomposición de las familias, que cada día se rompian más fácilmente y que se negaban a tener hijos, y a la infiltración de los extranjeros, que fueron tantos que Roma no pudo absorverlos e integrarlos a tiempo.
Explica Montanelli que las oleadas de inmigrantes orientales pudieron ser asimiladas con más o menos eficacia, pero que no ocurrió lo mismo con las oleadas germánicas y con las procedentes de las estepas del Este, que representaban una cultura muy distinta a la romana y que se resistían a ser integradas.
Es fácil comparar las oleadas de bárbaros germánicos y nórdicos que se resistían a la integración, que invadieron el Imperio y que causaron su caída, con las oleadas de musulmanes que están penetrando en la Europa actual y que, al igual que los germánicos de entonces, son potadores de una cultura tan distinta que se resisten a ser integrados.
También es fácil encontrar similitudes entre la cobardía de los ciudadanos romanos y sus corruptos y débiles emperadores y la debilidad y cobardía de los actuales europeos y de sus ineptas y no menos curruptas clases políticas, más dispuestos a ceder siempre ante el agresor, para conservar sus privilegios y prosperidad, que a defender su cultura y valores.
Uno de los equipos que ponen mayor énfasis en el estudio es el inspirado por El Vaticano, cuyo actual pontífice, Benedicto XVI, es muy sensible al problema de la decadencia de Europa, como ya lo demostró cuando era conocido como el teólogo Ratzinger.
Indro Montanelli, en su famosa "Historia de Roma", dice que él hundimiento del Imperio Romano se debió a razones como la caída de los valores, el egoísmo y la cobardía de los ciudadanos, la irrupción de numerosos vicios que relajaron las costumbres, la descomposición de las familias, que cada día se rompian más fácilmente y que se negaban a tener hijos, y a la infiltración de los extranjeros, que fueron tantos que Roma no pudo absorverlos e integrarlos a tiempo.
Explica Montanelli que las oleadas de inmigrantes orientales pudieron ser asimiladas con más o menos eficacia, pero que no ocurrió lo mismo con las oleadas germánicas y con las procedentes de las estepas del Este, que representaban una cultura muy distinta a la romana y que se resistían a ser integradas.
Es fácil comparar las oleadas de bárbaros germánicos y nórdicos que se resistían a la integración, que invadieron el Imperio y que causaron su caída, con las oleadas de musulmanes que están penetrando en la Europa actual y que, al igual que los germánicos de entonces, son potadores de una cultura tan distinta que se resisten a ser integrados.
También es fácil encontrar similitudes entre la cobardía de los ciudadanos romanos y sus corruptos y débiles emperadores y la debilidad y cobardía de los actuales europeos y de sus ineptas y no menos curruptas clases políticas, más dispuestos a ceder siempre ante el agresor, para conservar sus privilegios y prosperidad, que a defender su cultura y valores.
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