España anda aturdida y agazapada a la espera de qué otras novedades y desvíos, entre los estatutos independentistas y los procesos verificables contrarios al sentir de la inmensa mayoría, impondrá este gobierno que sigue afirmando que va orientado por el buen sentido. Y el mundo atónito asiste a la imparable subida del petróleo, el crudo marcó un máximo histórico de más de 75 dólares por barril la semana pasada, porque Irán continúa desafiando la presión mundial por detener su programa nuclear, porque un cuarto de la producción de Nigeria está paralizado por ataques de rebeldes y porque declinó en crisis aquella, que una vez fue fuerte, la industria petrolera de Irak. Atónito sigue asistiendo a tenebroso panorama: la arrogante postura de Irán, la amenaza belicista de Bush, el periódico bufido del tal Ladeen, los ríos sangrientos de Irak, de Hamas, de África, y…
La disputa nuclear entre Occidente e Irán hace tambalear la esperanza de esta humanidad sumida en el peligro y atenazada por las guerras, los desastres y las catástrofes. La OPEP se declara impotente para detener la escalada de los precios del crudo, que amaga las economías de los países consumidores y puede provocar un colapso de la demanda que sería desastroso para las naciones productoras. Las tarifas de empresas y gasolinas suben por segundos a la semana, por el alza del petróleo. La economía se resiente y ennegrece. Las gasolineras apuntan, como solución, que las petroleras reduzcan beneficios. El IPC de Estados Unidos aumentó un 0,4% en marzo por el coste de la gasolina y, aquí, Solbes dice que si persiste la actual subida del crudo habrá que revisar el crecimiento y la inflación.
Para colmo, los ministros del grupo petrolero, que ya produce tanta cantidad de crudo como la que pueden procesar sus refinerías, sostienen en Doha que aumentar su techo de producción de 28 millones de barriles por día no frenaría los desbocados niveles del petróleo. "El mercado determina el precio del crudo", dijo el ministro del Petróleo de Arabia Saudí, Ali Al-Naimi, el hombre más influyente de la Organización del Petróleo. Se teme un síncope en los precios. El mundo consumidor, desde Estados Unidos, hasta la pobre África, recela que los altos costos energéticos paralicen el crecimiento económico.
Los observadores piensan que la escasez actual de combustible en Estados Unidos, que consume más del 40 por ciento de la gasolina mundial y su política exterior son la causa del alza de los precios y de esta peligrosa situación. ¿No hay nadie que ponga cordura? No se ven dirigentes de altura; el mundo camina en la mediocridad y en el error; no puede seguir dependiendo del petróleo, hay que ir a otras alternativas. ¿No hay nadie que lo vea y entable las vías sustitutivas?
Camilo Valverde Mudarra
La disputa nuclear entre Occidente e Irán hace tambalear la esperanza de esta humanidad sumida en el peligro y atenazada por las guerras, los desastres y las catástrofes. La OPEP se declara impotente para detener la escalada de los precios del crudo, que amaga las economías de los países consumidores y puede provocar un colapso de la demanda que sería desastroso para las naciones productoras. Las tarifas de empresas y gasolinas suben por segundos a la semana, por el alza del petróleo. La economía se resiente y ennegrece. Las gasolineras apuntan, como solución, que las petroleras reduzcan beneficios. El IPC de Estados Unidos aumentó un 0,4% en marzo por el coste de la gasolina y, aquí, Solbes dice que si persiste la actual subida del crudo habrá que revisar el crecimiento y la inflación.
Para colmo, los ministros del grupo petrolero, que ya produce tanta cantidad de crudo como la que pueden procesar sus refinerías, sostienen en Doha que aumentar su techo de producción de 28 millones de barriles por día no frenaría los desbocados niveles del petróleo. "El mercado determina el precio del crudo", dijo el ministro del Petróleo de Arabia Saudí, Ali Al-Naimi, el hombre más influyente de la Organización del Petróleo. Se teme un síncope en los precios. El mundo consumidor, desde Estados Unidos, hasta la pobre África, recela que los altos costos energéticos paralicen el crecimiento económico.
Los observadores piensan que la escasez actual de combustible en Estados Unidos, que consume más del 40 por ciento de la gasolina mundial y su política exterior son la causa del alza de los precios y de esta peligrosa situación. ¿No hay nadie que ponga cordura? No se ven dirigentes de altura; el mundo camina en la mediocridad y en el error; no puede seguir dependiendo del petróleo, hay que ir a otras alternativas. ¿No hay nadie que lo vea y entable las vías sustitutivas?
Camilo Valverde Mudarra