Mengistu Haile Mariam, sanguinario dictador marxista de Etiopia, ha sido condenado a cadena perpetua por genocidio.
En la actualidad, el dictador etiope condenado vive protegido por el también izquierdista Robert Mugabe, en el poder en la vecina Zimbabwe, antigua Rhodesia.
Mengitsu instauró un régimen marxista en Etiopía el 3 de febrero de 1977, en un sangriento golpe de Estado que contó con la ayuda de Fidel Castro y que estuvo marcado por miles de detenciones y asesinatos en todo el país. En 1991, su régimen marxista fue desalojado del poder.
Las tropas cubanas tuvieron gran protagonismo en la dictadura etiope. Los muchachos de Fidel, pagados por Moscú, entrenaron al ejercito etiope y a sus servicios de inteligencia y seguridad, poniendo especial énfasis en la creación de redes represoras internas.
Mengistu ha sido condenado por los crímenes cometidos durante el "Terror Rojo" y debía responder, junto con sus colaboradores, a 211 cargos, entre los que figuraban torturas, los asesinatos del emperador Haile Selassie y del patriarca ortodoxo Abuna Tefelows, secuestros, expoliaciones y ejecuciones sumarias que costaron la vida a millares de etíopes.
Los cargos se agruparon en cuatro expedientes: "genocidio, homicidio, confiscación de bienes y encarcelamiento abusivo y tortura".
Mengistu y once de sus colaboradores podían haber sido condenados a muerte, pero la Alta Corte Federal de Etiopía, decidió condenar a los culpables a la prisión perpetua.
Culpable también de corrupción por apropiarse de la ayuda alimentaria que el mundo enviaba a Etiopía para combatir la gran hambruna de los años 80, resulta injusto e insultante que la prensa "progresista" mundial, donde se cobijan muchos profesionales de la información que todavía añoran el derrotado marxismo, haya silenciado las condenas y, sobre todo, los crimenes cometidos por el dictador de izquierda y su banda de asesinos corruptos.
En la actualidad, el dictador etiope condenado vive protegido por el también izquierdista Robert Mugabe, en el poder en la vecina Zimbabwe, antigua Rhodesia.
Mengitsu instauró un régimen marxista en Etiopía el 3 de febrero de 1977, en un sangriento golpe de Estado que contó con la ayuda de Fidel Castro y que estuvo marcado por miles de detenciones y asesinatos en todo el país. En 1991, su régimen marxista fue desalojado del poder.
Las tropas cubanas tuvieron gran protagonismo en la dictadura etiope. Los muchachos de Fidel, pagados por Moscú, entrenaron al ejercito etiope y a sus servicios de inteligencia y seguridad, poniendo especial énfasis en la creación de redes represoras internas.
Mengistu ha sido condenado por los crímenes cometidos durante el "Terror Rojo" y debía responder, junto con sus colaboradores, a 211 cargos, entre los que figuraban torturas, los asesinatos del emperador Haile Selassie y del patriarca ortodoxo Abuna Tefelows, secuestros, expoliaciones y ejecuciones sumarias que costaron la vida a millares de etíopes.
Los cargos se agruparon en cuatro expedientes: "genocidio, homicidio, confiscación de bienes y encarcelamiento abusivo y tortura".
Mengistu y once de sus colaboradores podían haber sido condenados a muerte, pero la Alta Corte Federal de Etiopía, decidió condenar a los culpables a la prisión perpetua.
Culpable también de corrupción por apropiarse de la ayuda alimentaria que el mundo enviaba a Etiopía para combatir la gran hambruna de los años 80, resulta injusto e insultante que la prensa "progresista" mundial, donde se cobijan muchos profesionales de la información que todavía añoran el derrotado marxismo, haya silenciado las condenas y, sobre todo, los crimenes cometidos por el dictador de izquierda y su banda de asesinos corruptos.