“No hay caminos para la paz. La paz es el camino”.
M. K. Gandhi
Tal día como ayer, otro 30 de enero, pero éste de 1948, ergo, hace 59 años cabales, Mohandas Karamchand, más conocido como o por el “Mahatma” (“Alma Grande”), Gandhi, el profeta de la no violencia, cuando se dirigía a una reunión para rezar, murió asesinado por un descerebrado, Nathuram Godse, un radical hindú, de extrema derecha.
Acaso sobre con tres (con la del exergo, cuatro) frases del activista de la desobediencia civil y la resistencia pasiva para que quienes nunca han oído hablar de Gandhi queden prendados para siempre de su arrebatadora personalidad:
“No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores”.
“El esfuerzo continuo hacia la perfección es el deber de todo hombre. El pleno esfuerzo es ya la plena victoria”.
“La no violencia, el Amor, es la fuerza más poderosa del mundo. Si un solo hombre viviera el Amor en su más alto grado, podría neutralizar el odio de millones de hombres”.
Sólo puedo decir: Gracias, maestro, por ayudarme, por devolverme la confianza, que había perdido, en el Hombre. Porque, si tú, débil, tímido, casi insignificante, hiciste lo que hiciste, lograste lo que lograste, ¡qué no podremos conseguir todos los hombres juntos!
E. S. O., un andoba de Cornago
M. K. Gandhi
Tal día como ayer, otro 30 de enero, pero éste de 1948, ergo, hace 59 años cabales, Mohandas Karamchand, más conocido como o por el “Mahatma” (“Alma Grande”), Gandhi, el profeta de la no violencia, cuando se dirigía a una reunión para rezar, murió asesinado por un descerebrado, Nathuram Godse, un radical hindú, de extrema derecha.
Acaso sobre con tres (con la del exergo, cuatro) frases del activista de la desobediencia civil y la resistencia pasiva para que quienes nunca han oído hablar de Gandhi queden prendados para siempre de su arrebatadora personalidad:
“No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores”.
“El esfuerzo continuo hacia la perfección es el deber de todo hombre. El pleno esfuerzo es ya la plena victoria”.
“La no violencia, el Amor, es la fuerza más poderosa del mundo. Si un solo hombre viviera el Amor en su más alto grado, podría neutralizar el odio de millones de hombres”.
Sólo puedo decir: Gracias, maestro, por ayudarme, por devolverme la confianza, que había perdido, en el Hombre. Porque, si tú, débil, tímido, casi insignificante, hiciste lo que hiciste, lograste lo que lograste, ¡qué no podremos conseguir todos los hombres juntos!
E. S. O., un andoba de Cornago