La mentira campea y nos envuelve. El español se encuentra constreñido por la falacia; la banda etarra engaña al Gobierno; y ZP y los suyos nos mienten a los ciudadanos. De vez en cuando, la ETA salta a las páginas de ese su periódico Gara, con sus dientes y garras afiladas, para lanzar míseras coartadas e insostenibles justificaciones de su permanencia en la cloaca de la pistola y los explosivos, que hace aparecer y maniobrar por cualquier esquina de la Península, para asombro y desconcierto de unas gentes que viven el fragor de sus vidas atareadas y ajenas a reivindicaciones trasnochadas de soberanías y antiguallas totalitarias.
Dos años, Banda y Gobierno se han estado reuniendo inútilmente. La cuestión sigue en el mismo punto. La banda impone su exigencia de la territorialidad vasco-navarra y la autodeterminación; y, como no lo consigue, en su macabra lógica, rompe la tregua, “queda libre de los compromisos adquiridos en el 2005”. Ya lo decíamos, lo primero no es negociación, sino entrega de las armas. Todos los gobiernos lo han intentado, pero llegados a este punto, cerraron la puerta, con la excepción del Gal. Sólo que este de ZP, negocia sin ese requisito primario y aún ahora en el fracaso continúa erre que erre. La banda evidentemente ha engañado al gobierno al interpretar de modo falaz y doloso el llamado proceso, y el gobierno se ha dejado engañar, por ir a una negociación política y ello in oculto, al no explicar a los españoles su real alcance y naturaleza.
ETA nunca ha dicho ni tenido intención de soltar las armas. Y el Gobierno lo sabía. Eso de la “oportunidad histórica” era una falacia, como lo de que no se pagaría precio político. Zapatero sabía que la banda no aceptaba ni el mínimo de “primero la paz y luego la política”. Pero, en su obsesión de ser el provincial salvador, se introdujo en las tenebrosas fauces del “final dialogado” y quiso vendernos tan tremendo error, como factible.
Jordi Pujol, olfato de viejo político, ha dicho que Zapatero no es de fiar; no ha visto decente su comportamiento con CIU. En ese mismo tono, se expresa J. A. Durán: “La credibilidad y la confianza en Zapatero, que nunca fue excesiva, se ha fundido por muchas razones, pero, sobretodo, porque ha engañado a los catalanes; prometió el castillo de Montjuic, no retocar el Estatuto, adjudicar la nueva terminal, impulsar la inversión pública, y … todo llegó tarde y mal o no se hizo. Con él no se puede pactar por su engaños y por su “tacticismo”, demostrado en este tiempo de mandato; él funciona a través de tácticas, así no se pude gobernar. Los socialistas están huérfanos de liderazgo e, incluso de socialismo”.
Zapatero atrapado en sus tejemanejes obsesivos y prisionero de sus empeños y ambiciones, se ha dejado llevar por sus prisas e improvisaciones, y enredar en una madeja de diálogo que carece de interlocutor. No se ha dado cuenta ni se da de que enfrente no tiene más, que la tenebrosa exigencia de imposibles concesiones.
C. V. Mudarra
Dos años, Banda y Gobierno se han estado reuniendo inútilmente. La cuestión sigue en el mismo punto. La banda impone su exigencia de la territorialidad vasco-navarra y la autodeterminación; y, como no lo consigue, en su macabra lógica, rompe la tregua, “queda libre de los compromisos adquiridos en el 2005”. Ya lo decíamos, lo primero no es negociación, sino entrega de las armas. Todos los gobiernos lo han intentado, pero llegados a este punto, cerraron la puerta, con la excepción del Gal. Sólo que este de ZP, negocia sin ese requisito primario y aún ahora en el fracaso continúa erre que erre. La banda evidentemente ha engañado al gobierno al interpretar de modo falaz y doloso el llamado proceso, y el gobierno se ha dejado engañar, por ir a una negociación política y ello in oculto, al no explicar a los españoles su real alcance y naturaleza.
ETA nunca ha dicho ni tenido intención de soltar las armas. Y el Gobierno lo sabía. Eso de la “oportunidad histórica” era una falacia, como lo de que no se pagaría precio político. Zapatero sabía que la banda no aceptaba ni el mínimo de “primero la paz y luego la política”. Pero, en su obsesión de ser el provincial salvador, se introdujo en las tenebrosas fauces del “final dialogado” y quiso vendernos tan tremendo error, como factible.
Jordi Pujol, olfato de viejo político, ha dicho que Zapatero no es de fiar; no ha visto decente su comportamiento con CIU. En ese mismo tono, se expresa J. A. Durán: “La credibilidad y la confianza en Zapatero, que nunca fue excesiva, se ha fundido por muchas razones, pero, sobretodo, porque ha engañado a los catalanes; prometió el castillo de Montjuic, no retocar el Estatuto, adjudicar la nueva terminal, impulsar la inversión pública, y … todo llegó tarde y mal o no se hizo. Con él no se puede pactar por su engaños y por su “tacticismo”, demostrado en este tiempo de mandato; él funciona a través de tácticas, así no se pude gobernar. Los socialistas están huérfanos de liderazgo e, incluso de socialismo”.
Zapatero atrapado en sus tejemanejes obsesivos y prisionero de sus empeños y ambiciones, se ha dejado llevar por sus prisas e improvisaciones, y enredar en una madeja de diálogo que carece de interlocutor. No se ha dado cuenta ni se da de que enfrente no tiene más, que la tenebrosa exigencia de imposibles concesiones.
C. V. Mudarra
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