Acabo de recibir un email de Larry Cox, Executive Director de Amnistía Internacional, en el que me solicita que ayude desde mi blog a concienciar al mundo sobre lo que está ocurriendo en Birmania, donde el brutal ejército opresor está encarcelando y, probablemente, también asesinando a los que se manifestaron por la libertad, ante el silencio cobarde de los líderes demócratas del mundo.
Me averguüenza, sobre todo, el silencio y la inactividad de José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno de mi país, España, insensible a los dramas de los demócratas y cuya desafortunada agenda le ha llevado en días pasados a reunirse con Vladimir Putin, uno de los líderes mundiales que sostienen a la sangrienta dictadura birmana.
Insisto en la idea expuesta en mi artículo publicado en días pasados, en este blog. Allí decía que la única manera de detener el genocidio de los birmanos es promoviendo un boicot a los Juegos Olímpicos de Pekín.
La dictadura china es el principal apoyo de los gorilas birmanos en el mundo y China es, junto con Rusia, la que ha impedido que la comunidad internacional apruebe duras sanciones en la ONU contra Birmania. China, por su crueldad con su propio pueblo y con el birmano, merece el boicot.
¿Dónde están los demócratas?
La triste manada de dirigentes occidentales, demócratas en teoría, es incapaz de arriesgar lo que ellos llaman "el mercado chino" y olvidando que el lideraz conlleva el deber de dar ejemplo a los administrados, permanecen cobardemente en silencio mientras los monjes y los pacifistas birmanos son masacrados.
Sólo Bush, el "diablo" para las izquierdas de todo el mundo, está siendo ejemplar al condenar casi diariamente los abusos del gobierno birmano y al imponer sanciones unilaterales contra los gorilas asesinos.
¡Maldita sea!
Me averguüenza, sobre todo, el silencio y la inactividad de José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno de mi país, España, insensible a los dramas de los demócratas y cuya desafortunada agenda le ha llevado en días pasados a reunirse con Vladimir Putin, uno de los líderes mundiales que sostienen a la sangrienta dictadura birmana.
Insisto en la idea expuesta en mi artículo publicado en días pasados, en este blog. Allí decía que la única manera de detener el genocidio de los birmanos es promoviendo un boicot a los Juegos Olímpicos de Pekín.
La dictadura china es el principal apoyo de los gorilas birmanos en el mundo y China es, junto con Rusia, la que ha impedido que la comunidad internacional apruebe duras sanciones en la ONU contra Birmania. China, por su crueldad con su propio pueblo y con el birmano, merece el boicot.
¿Dónde están los demócratas?
La triste manada de dirigentes occidentales, demócratas en teoría, es incapaz de arriesgar lo que ellos llaman "el mercado chino" y olvidando que el lideraz conlleva el deber de dar ejemplo a los administrados, permanecen cobardemente en silencio mientras los monjes y los pacifistas birmanos son masacrados.
Sólo Bush, el "diablo" para las izquierdas de todo el mundo, está siendo ejemplar al condenar casi diariamente los abusos del gobierno birmano y al imponer sanciones unilaterales contra los gorilas asesinos.
¡Maldita sea!
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