No seamos hipócritas y aceptemos la verdad: España nunca fue una democracia y la Constitución de 1978 fue redactada por politicastros para que la tiranía de los partidos políticos tuviera un disfraz de aparente democracia. Desde la muerte de Franco, España ha sido vejada, violado y prostituida por los políticos y el pueblo no ha sido otra cosa que víctima expoliada.
El Fiscal General del Estado lo ha elegido siempre el gobierno de turno. Por lo tanto, Perro Sánchez no hace nada nuevo al designar Fiscal General a Dolores Delgado, una fiel vasalla que seguirá sus instrucciones al pie de la letra, como otros fiscales generales hicieron antes. La derecha se rasga las vestiduras, pero ella siempre hizo lo mismo, usando al Fiscal General para no juzgar ni condenar a la infanta, para no encarcelar al delincuente Jordi Pujol y para permitir que en Cataluña los nacionalistas violen la Constitución y los derechos humanos desde hace décadas. Tanto la izquierda como la derecha son culpables de engañar al pueblo y de utilizar los recursos del Estado en beneficio propio, como lo demuestra el historial de perdones e indultos a políticos corruptos, la inexistencia de leyes que obliguen a los ladrones a devolver el botín robado a los ciudadanos, el expolio a través de impuestos abusivos y la existencia impune de un Estado irracional, cuyo tamaño enorme y costoso sorprende y resulta incomprensible en Europa. imposible de financiar, salvo que se saquee la nación.
En España nunca hubo separación de poderes, ni democracia, ni decencia. El régimen se creó no para beneficio del pueblo sino de la clase política. Y los españoles, como verdaderos pardillos, nos creímos aquel cuento de la Transición democrática, que no fue otra cosa que la sustitución de una dictadura "franquista" por otra dictadura de partidos.
La tiranía de los políticos fue más o menos encubierta y disimulada en las primeras décadas de la falsa democracia, pero todo cambió con la llegada de Zapatero al poder. Aquel mequetrefe, más malvado que inepto, impregno de izquierdismo intervencionista y ajeno a las libertades todo el aparato del Estado y todos los poderes, incluyendo al Ejército y a la policía y sometiendo hasta la vergüenza al Judicial y al Legislativo, este último rediseñado para que funcione como un gran teatro donde los diputados y senadores recitan lo que el partido les dicta sin ni siquiera disimularlo y donde el voto de conciencia está tan prohibido como tener en cuenta la voluntad popular. Pura tiranía que ya ni siquiera se disimula porque el poder ha perdido el respeto y, sobre todo, el miedo a un pueblo español que ha demostrado ser el más tonto y cobarde del mundo.
Rajoy no fue más que un cobarde que no se atrevió a tocar un ápice de la conspiración antidemocrática de Zapatero, un buen orador que empleo la mayoría absoluta que le entregó el pueblo para colocar a sus amigos, hacer multimillonario al PP y para continuar acentuando el engaño y la explotación del pueblo, que creía ver democracia y lucha entre partidos donde sólo había dictadura de los burócratas y los políticos, que cada vez se hacen millonarios más deprisa y con más impunidad.
Sanchez ha culminado la castración de los españoles, sin otro obstáculo que la rebelión de los catalanes, los únicos que en España se resisten a la tiranía antidemocrática de los grandes partidos, aunque lo hagan por envidia, porque ellos quieren ser dueños de su propia tiranía catalana. Sánchez está logrando cerrar y blindar el dominio absoluto sobre el Estado, sus poderes y sobre el pueblo, tras lograr el sometimiento casi total de los medios de comunicación y convertir la televisión en el ministerio del adoctrinamiento y la imbecilidad inducida a la ciudadanía.
En España no hay ni rastro de democracia, ni respeto alguno a la voluntad popular, a las leyes y normas democráticas y a la Constitución, que es violada constantemente por los partidos políticos y por el propio Estado. España es un cuerpo agonizante que se mantiene vivo en la UVI de la indecencia política para que los políticos parásitos sigan extrayendo sustancias y dinero de ese pobre cuerpo-cadáver.
Francisco Rubiales
El Fiscal General del Estado lo ha elegido siempre el gobierno de turno. Por lo tanto, Perro Sánchez no hace nada nuevo al designar Fiscal General a Dolores Delgado, una fiel vasalla que seguirá sus instrucciones al pie de la letra, como otros fiscales generales hicieron antes. La derecha se rasga las vestiduras, pero ella siempre hizo lo mismo, usando al Fiscal General para no juzgar ni condenar a la infanta, para no encarcelar al delincuente Jordi Pujol y para permitir que en Cataluña los nacionalistas violen la Constitución y los derechos humanos desde hace décadas. Tanto la izquierda como la derecha son culpables de engañar al pueblo y de utilizar los recursos del Estado en beneficio propio, como lo demuestra el historial de perdones e indultos a políticos corruptos, la inexistencia de leyes que obliguen a los ladrones a devolver el botín robado a los ciudadanos, el expolio a través de impuestos abusivos y la existencia impune de un Estado irracional, cuyo tamaño enorme y costoso sorprende y resulta incomprensible en Europa. imposible de financiar, salvo que se saquee la nación.
En España nunca hubo separación de poderes, ni democracia, ni decencia. El régimen se creó no para beneficio del pueblo sino de la clase política. Y los españoles, como verdaderos pardillos, nos creímos aquel cuento de la Transición democrática, que no fue otra cosa que la sustitución de una dictadura "franquista" por otra dictadura de partidos.
La tiranía de los políticos fue más o menos encubierta y disimulada en las primeras décadas de la falsa democracia, pero todo cambió con la llegada de Zapatero al poder. Aquel mequetrefe, más malvado que inepto, impregno de izquierdismo intervencionista y ajeno a las libertades todo el aparato del Estado y todos los poderes, incluyendo al Ejército y a la policía y sometiendo hasta la vergüenza al Judicial y al Legislativo, este último rediseñado para que funcione como un gran teatro donde los diputados y senadores recitan lo que el partido les dicta sin ni siquiera disimularlo y donde el voto de conciencia está tan prohibido como tener en cuenta la voluntad popular. Pura tiranía que ya ni siquiera se disimula porque el poder ha perdido el respeto y, sobre todo, el miedo a un pueblo español que ha demostrado ser el más tonto y cobarde del mundo.
Rajoy no fue más que un cobarde que no se atrevió a tocar un ápice de la conspiración antidemocrática de Zapatero, un buen orador que empleo la mayoría absoluta que le entregó el pueblo para colocar a sus amigos, hacer multimillonario al PP y para continuar acentuando el engaño y la explotación del pueblo, que creía ver democracia y lucha entre partidos donde sólo había dictadura de los burócratas y los políticos, que cada vez se hacen millonarios más deprisa y con más impunidad.
Sanchez ha culminado la castración de los españoles, sin otro obstáculo que la rebelión de los catalanes, los únicos que en España se resisten a la tiranía antidemocrática de los grandes partidos, aunque lo hagan por envidia, porque ellos quieren ser dueños de su propia tiranía catalana. Sánchez está logrando cerrar y blindar el dominio absoluto sobre el Estado, sus poderes y sobre el pueblo, tras lograr el sometimiento casi total de los medios de comunicación y convertir la televisión en el ministerio del adoctrinamiento y la imbecilidad inducida a la ciudadanía.
En España no hay ni rastro de democracia, ni respeto alguno a la voluntad popular, a las leyes y normas democráticas y a la Constitución, que es violada constantemente por los partidos políticos y por el propio Estado. España es un cuerpo agonizante que se mantiene vivo en la UVI de la indecencia política para que los políticos parásitos sigan extrayendo sustancias y dinero de ese pobre cuerpo-cadáver.
Francisco Rubiales
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