España está muy mal. Las luces ámbar se han apagado y se han encendido las rojas en el panel de la decencia. Aunque muchos no lo reconozcan, Felipe González tiene razón cuando dice, desde México, que España vive un clima "pre-belico".
¿Alguien puede seguir creyendo, de manera razonable, que merece la pena seguir rigiéndonos por un sistema que es incapaz de garantizar la paz y la convivencia entre los ciudadanos? Si estamos donde estamos, ¿no es porque el sistema lo ha permitido, porque no existen controles ciudadanos que equilibren el poder del Estado, porque los partidos polítiicos se han hecho demasiado poderosos, arrogantes, insaciables, insensibles y dementes?
¿Qué más hace falta ver para dar el carpetazo a una falsa democracia española vomitiva que genera corruptos a chorros y que amenaza con llevarnos al enfrentamiento, y sustituirla por una democracia auténtica, que garantice la convivencia y la paz?
¿Que el problema no es del sistema, sino de los polítiicos? Vale, pues, entonces, juzguémosles y condenemos a los culpables ¿Qué no es posible juzgarlos proque son impunes? Si el sistema permite la impunidad de los cretinos, entonces es que el sistema está mal diseñado.
¿Quien puede otorgar valor alguno a un sistema que hace posible que lo que era delito hace tres o cuatro años no lo sea hoy o que un terrorista sea tratado por el Estado con más favor y benevolencia que cualquier ciudadano cumplidor y respetuoso? Ni siquiera podemos mirar hacia la oposición con esperanza porque, desgraciadamente, tienen razón los que piensan que todos, más o menos, son iguales.
¿Qué más necesitamos? ¿Acaso estamos esperando a que lleguen los primeros cadáveres?
¿Que coño puede hacer el ciudadano ante esta miseria? ¿Acaso podemos meter en la cárcel a quienes lo merecen cada día por su incompetencia como líderes? ¿Podemos, acaso, obligar a nuestros dirigentes a que sean sensatos? El ciudadano, en esta mal llamada "democracia" española, que no se construyó sino que, simplemente, se superpuso al Franquismo sin crear una nueva cultura, sólo tiene derecho a callar y a contemplar impotente el espectáculo de los políticos bobos e indecentes destruyendo el país.
¿Por qué no comenzamos agrupándonos y cooperando los que todavía no somos "hooligans" descerebrados de ninguno de los partidos políticos, los que todavía mantenemos la independencia y la libertad de pensar, los que no estamos infectados por el virus de la partitocracia? ¿Acaso no es cierto que la política es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos?
Lo primero que debemos hacer es negarnos a otorgarles el nombre y el reconocimiento de "demócratas" a quienes no lo merecen. A partir de hoy nunca llamaré demócrata a ningunoi de nuestros políticos, ni calificaré de "democracia" la basura que nos está llevando a la ruina. Nuestro sistema no es una democracia, sino una partitocracia, quizás de las peores del mundo, y nuestros dirigentes están demostrando ser no demócratas, sino insensatos autoritarios de opereta, capaces de llevarnos a la perdición.
¿Que carajo de democracia es ésta que permite que la mitad del país se pase la vida pensando como aplastar a la otra mitad? ¿Que asco de democracia es ésta que hace posible que los políticos se enfrenten unos contra otros como gallos de pelea, sin demostrar el mínimo valor mortal o humano que les haga merecedores del liderazgo? ¿Que mierda de sistema es éste que permite a un presidente del gobierno ir contra la misma Ley o a un gobierno golpear el Estado de Derecho y que hace impune a quienes ponen en peligro la convivencia? ¿Qué miserable sistema es éste que hace que un delincuente como Otegui se pavonee delante de los españoles, exhibiendo su impunidad? ¿Merece la pena formar parte de una comunidad en la que millones de ciudadanos sometidos siguen a sus políticos "hasta la muerte" y son capaces de secundarlos hasta el abismo, con tal de prevalecer sobre el adversario? ¿Es esto un sistema de convivencia en armonía, como debe ser la democracia, o algún tipo de doctrina bastarda que genera dementes y violentos?
¿Merece la pena defender un sistema que hace posible que medio país esté enfrentado al otro medio y que ni siquiera sea capaz de asegurar la paz entre los ciudadanos? ¿Merece respeto un sistema sin control cívico, que ha pulverizado la independencia de los poderes básicos del Estado y en el que los partidos pugnan por nombrar más jueces y magistrados de su cuerda? ¿Es aceptable una clase política que no siente verguenza en afirmar barbaridades tan indecentes como esas de que "en política vale todo" o que "el fin justifica los medios"?
Miren ustedes: o cambiamos el sistema y sustituimos esta partitocracia de baja estofa por un sistema auténticamente democrático, que asegure la convivencia en paz, o pronto, si no ocurre algo peor, vamos a terminar pidiendo a gritos un nuevo caudillo.
¿Alguien puede seguir creyendo, de manera razonable, que merece la pena seguir rigiéndonos por un sistema que es incapaz de garantizar la paz y la convivencia entre los ciudadanos? Si estamos donde estamos, ¿no es porque el sistema lo ha permitido, porque no existen controles ciudadanos que equilibren el poder del Estado, porque los partidos polítiicos se han hecho demasiado poderosos, arrogantes, insaciables, insensibles y dementes?
¿Qué más hace falta ver para dar el carpetazo a una falsa democracia española vomitiva que genera corruptos a chorros y que amenaza con llevarnos al enfrentamiento, y sustituirla por una democracia auténtica, que garantice la convivencia y la paz?
¿Que el problema no es del sistema, sino de los polítiicos? Vale, pues, entonces, juzguémosles y condenemos a los culpables ¿Qué no es posible juzgarlos proque son impunes? Si el sistema permite la impunidad de los cretinos, entonces es que el sistema está mal diseñado.
¿Quien puede otorgar valor alguno a un sistema que hace posible que lo que era delito hace tres o cuatro años no lo sea hoy o que un terrorista sea tratado por el Estado con más favor y benevolencia que cualquier ciudadano cumplidor y respetuoso? Ni siquiera podemos mirar hacia la oposición con esperanza porque, desgraciadamente, tienen razón los que piensan que todos, más o menos, son iguales.
¿Qué más necesitamos? ¿Acaso estamos esperando a que lleguen los primeros cadáveres?
¿Que coño puede hacer el ciudadano ante esta miseria? ¿Acaso podemos meter en la cárcel a quienes lo merecen cada día por su incompetencia como líderes? ¿Podemos, acaso, obligar a nuestros dirigentes a que sean sensatos? El ciudadano, en esta mal llamada "democracia" española, que no se construyó sino que, simplemente, se superpuso al Franquismo sin crear una nueva cultura, sólo tiene derecho a callar y a contemplar impotente el espectáculo de los políticos bobos e indecentes destruyendo el país.
¿Por qué no comenzamos agrupándonos y cooperando los que todavía no somos "hooligans" descerebrados de ninguno de los partidos políticos, los que todavía mantenemos la independencia y la libertad de pensar, los que no estamos infectados por el virus de la partitocracia? ¿Acaso no es cierto que la política es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos?
Lo primero que debemos hacer es negarnos a otorgarles el nombre y el reconocimiento de "demócratas" a quienes no lo merecen. A partir de hoy nunca llamaré demócrata a ningunoi de nuestros políticos, ni calificaré de "democracia" la basura que nos está llevando a la ruina. Nuestro sistema no es una democracia, sino una partitocracia, quizás de las peores del mundo, y nuestros dirigentes están demostrando ser no demócratas, sino insensatos autoritarios de opereta, capaces de llevarnos a la perdición.
¿Que carajo de democracia es ésta que permite que la mitad del país se pase la vida pensando como aplastar a la otra mitad? ¿Que asco de democracia es ésta que hace posible que los políticos se enfrenten unos contra otros como gallos de pelea, sin demostrar el mínimo valor mortal o humano que les haga merecedores del liderazgo? ¿Que mierda de sistema es éste que permite a un presidente del gobierno ir contra la misma Ley o a un gobierno golpear el Estado de Derecho y que hace impune a quienes ponen en peligro la convivencia? ¿Qué miserable sistema es éste que hace que un delincuente como Otegui se pavonee delante de los españoles, exhibiendo su impunidad? ¿Merece la pena formar parte de una comunidad en la que millones de ciudadanos sometidos siguen a sus políticos "hasta la muerte" y son capaces de secundarlos hasta el abismo, con tal de prevalecer sobre el adversario? ¿Es esto un sistema de convivencia en armonía, como debe ser la democracia, o algún tipo de doctrina bastarda que genera dementes y violentos?
¿Merece la pena defender un sistema que hace posible que medio país esté enfrentado al otro medio y que ni siquiera sea capaz de asegurar la paz entre los ciudadanos? ¿Merece respeto un sistema sin control cívico, que ha pulverizado la independencia de los poderes básicos del Estado y en el que los partidos pugnan por nombrar más jueces y magistrados de su cuerda? ¿Es aceptable una clase política que no siente verguenza en afirmar barbaridades tan indecentes como esas de que "en política vale todo" o que "el fin justifica los medios"?
Miren ustedes: o cambiamos el sistema y sustituimos esta partitocracia de baja estofa por un sistema auténticamente democrático, que asegure la convivencia en paz, o pronto, si no ocurre algo peor, vamos a terminar pidiendo a gritos un nuevo caudillo.
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