Esa izquierda que llama fascista a todo el que le incomoda, piensa diferente o es un obstáculo para su control del poder está aterrorizada porque vislumbra ya el fin de sus días de poder. Saben que ellos son los verdaderos fascistas y temen que el pueblo, cuando se de cuenta, los repudie y los arroje al basurero, como ya está ocurriendo en muchos países del mundo.
¿Por qué creéis que la izquierda está siendo barrida en todo el mundo y sustituida por esos partidos a los que, para demonizarlos, los llaman "extrema derecha"? Porque la gente se está dando cuenta de que la verdadera extrema derecha fascista es la que gobierna corrompida, engaña, despilfarra y ha dejado de amar a la nación y a sus ciudadanos.
El verdadero fascismo es la arbitrariedad, el abuso de poder, la corrupción, el despilfarro, el endeudamiento enloquecido, el hundimiento de los valoresy un estilo de gobierno que acumula privilegios y ventajas para el partido, mientras olvida al ciudadano y el bien común, vicios todos ellos muy arraigados en la política española. Quizás la prueba del fascismo más atroz sea la naturaleza del actual gobierno de Pedro Sánchez, que ha pactado ventajas, facilidades e injusticias con los partidos golpistas y antiespañoles con tal de mantenerse en el poder. Nada hay más fascista que el poder a toda costa, sin respeto a los valores ni a la Constitución.
Fascismo es eludir el Senado porque no conviene a la izquierda que gobierna, cambiar las leyes porque a ellos les perjudican, cobrar impuestos abusivos como el de Sucesiones y Donaciones, repudiado por el 80 por ciento de la población, según las encuestas, financiar a los partidos políticos con el dinero procedente de los impuestos, recortar servicios vitales como la sanidad y la educación, dejar libres a los políticos que roban, sin obligarles a devolver el botín, hacerse multimillonarios gracias a la política, como ha ocurrido con Felipe González y otros muchos de su cuerda, o dejar a Andalucia sumida en la cola europea del atraso y la pobreza, a pesar de haber recibido de Europa más de cien mil millones de euros en ayudas.
Fascismo es trasladar los presos golpistas catalanes a Cataluña, donde la Generalitat los trata a cuerpo de rey, convirtiendo sus cárceles en hoteles de lujo. Fascismo es dedicar gran parte de los recursos policiales a escoltar y cuidar a los políticos y a sus familias, mientras el pueblo queda desprotegido. Fascismo es llenar las calles y plazas de España de inmigrantes ilegales, sin filtrar, a sabiendas de que entre ellos hay miles de delincuentes y vagos incapaces de trabajar, dispuestos a delinquir y a vivir de los subsidios y ayudas públicas. Fascista es alzar el puño izquierdo en público, como hacen Sánchez, Zapatero y otros muchos socialistas, exaltando con ese gesto el totalitarismo comunista, que es el peor de los fascismos, el más cruel y asesino de la historia,
Histórica y filosóficamente, el fascismo y el nazismo fueron dos formaciones surgidas del socialismo. Tanto Hítler como Musolini comenzaron sus carreras políticas en el socialismo y siempre se declararon socialistas.
Fascismo es resucitar el odio, acabar con el perdón y la reconciliación que se fraguaron en la Transición, convertir la revancha en Ley de Memoria Histórica y pretender no sólo remover los restos del dictador Franco, sino dinamitar la gran cruz del Valle de los Caídos, todo eso en contra de la voluntad popular mayoritaria, que desea que el pasado y los muertos descansen en paz.
Fascismo también es corromper la democracia, dominar desde el Ejecutivo a los poderes Judicial y Legislativo, haber eliminado la democracia interna en la vida de los partidos, comprar medios de comunicación, comprar voluntades con dinero público y pactar con los enemigos de España para mantenerse en el poder.
Aquel grito espontáneo de ¡¡¡Vosotros socialistas sois los fascistas!!!, acuñado en el pasado por los ciudadanos españoles frustrados, es la auténtica verdad, cuidadosamente ocultada por la izquierda en el poder y por sus medios sometidos.
Francisco Rubiales
¿Por qué creéis que la izquierda está siendo barrida en todo el mundo y sustituida por esos partidos a los que, para demonizarlos, los llaman "extrema derecha"? Porque la gente se está dando cuenta de que la verdadera extrema derecha fascista es la que gobierna corrompida, engaña, despilfarra y ha dejado de amar a la nación y a sus ciudadanos.
El verdadero fascismo es la arbitrariedad, el abuso de poder, la corrupción, el despilfarro, el endeudamiento enloquecido, el hundimiento de los valoresy un estilo de gobierno que acumula privilegios y ventajas para el partido, mientras olvida al ciudadano y el bien común, vicios todos ellos muy arraigados en la política española. Quizás la prueba del fascismo más atroz sea la naturaleza del actual gobierno de Pedro Sánchez, que ha pactado ventajas, facilidades e injusticias con los partidos golpistas y antiespañoles con tal de mantenerse en el poder. Nada hay más fascista que el poder a toda costa, sin respeto a los valores ni a la Constitución.
Fascismo es eludir el Senado porque no conviene a la izquierda que gobierna, cambiar las leyes porque a ellos les perjudican, cobrar impuestos abusivos como el de Sucesiones y Donaciones, repudiado por el 80 por ciento de la población, según las encuestas, financiar a los partidos políticos con el dinero procedente de los impuestos, recortar servicios vitales como la sanidad y la educación, dejar libres a los políticos que roban, sin obligarles a devolver el botín, hacerse multimillonarios gracias a la política, como ha ocurrido con Felipe González y otros muchos de su cuerda, o dejar a Andalucia sumida en la cola europea del atraso y la pobreza, a pesar de haber recibido de Europa más de cien mil millones de euros en ayudas.
Fascismo es trasladar los presos golpistas catalanes a Cataluña, donde la Generalitat los trata a cuerpo de rey, convirtiendo sus cárceles en hoteles de lujo. Fascismo es dedicar gran parte de los recursos policiales a escoltar y cuidar a los políticos y a sus familias, mientras el pueblo queda desprotegido. Fascismo es llenar las calles y plazas de España de inmigrantes ilegales, sin filtrar, a sabiendas de que entre ellos hay miles de delincuentes y vagos incapaces de trabajar, dispuestos a delinquir y a vivir de los subsidios y ayudas públicas. Fascista es alzar el puño izquierdo en público, como hacen Sánchez, Zapatero y otros muchos socialistas, exaltando con ese gesto el totalitarismo comunista, que es el peor de los fascismos, el más cruel y asesino de la historia,
Histórica y filosóficamente, el fascismo y el nazismo fueron dos formaciones surgidas del socialismo. Tanto Hítler como Musolini comenzaron sus carreras políticas en el socialismo y siempre se declararon socialistas.
Fascismo es resucitar el odio, acabar con el perdón y la reconciliación que se fraguaron en la Transición, convertir la revancha en Ley de Memoria Histórica y pretender no sólo remover los restos del dictador Franco, sino dinamitar la gran cruz del Valle de los Caídos, todo eso en contra de la voluntad popular mayoritaria, que desea que el pasado y los muertos descansen en paz.
Fascismo también es corromper la democracia, dominar desde el Ejecutivo a los poderes Judicial y Legislativo, haber eliminado la democracia interna en la vida de los partidos, comprar medios de comunicación, comprar voluntades con dinero público y pactar con los enemigos de España para mantenerse en el poder.
Aquel grito espontáneo de ¡¡¡Vosotros socialistas sois los fascistas!!!, acuñado en el pasado por los ciudadanos españoles frustrados, es la auténtica verdad, cuidadosamente ocultada por la izquierda en el poder y por sus medios sometidos.
Francisco Rubiales
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