Algunos escándalos de corrupción y abuso de poder próximos al Ayuntamiento de Sevilla han propiciado el retorno de la palabra "chorizo", famosa en la década de los ochenta y en los tiempos de Juan Guerra y de la corrupción que rodeó a la Expo 92, pero desterrada posteriormente del vocabulario sevillano.
Después de casi una década de ausencia, la palabra vuelve a sonar en Sevilla, aplicada nuevamente a presuntas corrupciones del poder. La recalificación urbanística de la sede del PSOE en la sevillana calle Luis Montoto ha sido, probablemente, el escándalo más culpable del retorno del temible término que, según algunos expertos, fue el que hizo perder las elecciones a Felipe González, en 1996.
Otro escándalo culpable del retorno del "chorizo" fue el de las facturas falsas, también protagonizado por el Ayuntamiento de Sevilla. El asunto está en manos de la Justicia, pero parece probado que algunos amigos del poder cobraron del Ayuntamiento facturas falsas para engrosar sus carteras.
Se han aireado otros escándalos, como el del secreto sueldo del alcalde, muy superior al oficialmente declarado, o la desaparición de la cubierta de un polideportivo, entre otros, pero el que más intensamente está afectando la fama del PSOE es, sin duda, el de la descarada recalificación de su sede en Sevilla. Es el escándalo que tiene peor pinta, el que más indigna a los ciudadanos.
La prensa revela que a los anteriores dueños de la casa que hoy es sede del PSOE y que ha sido recalificada, se le dijo en el Ayuntamiento que no podían construir pisos, ni siquiera en el patio, porque el edificio estaba "catalogado". Pero los socialistas compraron la casa y a ellos sí se les permite construir hasta seis plantas, lo que significa que el ayuntamiento socialista ha regalado a su propio partido una plusvalía, probablemente ilegal, de muchos millones de euros.
"El Ayuntamiento nos dijo que no se podía construir en la casa de Luis Montoto y entonces la vendimos", declaró uno de sus antiguos duelos al diario "El Mundo", que calcula que la casa vendida valia en torno a 550.000 euros, mientras que ahora, recalificada, vale más de seis millones de euros.
El PSOE había logrado quitarse de encima y erradicar ese corrosivo término de "chorizo", pero la imprudencia o la avaricia o quizás la corrupción o tal vez el tiempo demasiado largo de poder en el Ayuntamiento están logrando que la palabra vuelva a escucharse en bares y reuniones de amigos, en restaurantes y hasta en conversaciones callejeras, en voz muy alta.
Muchos socialistas sevillanos están indignados con un Ayuntamiento que apenas controlan, en el que cada día mandan más los "socios" de Izquierda Unida y que se les está convirtiendo en una fuente permanente de descrédito.
Después de casi una década de ausencia, la palabra vuelve a sonar en Sevilla, aplicada nuevamente a presuntas corrupciones del poder. La recalificación urbanística de la sede del PSOE en la sevillana calle Luis Montoto ha sido, probablemente, el escándalo más culpable del retorno del temible término que, según algunos expertos, fue el que hizo perder las elecciones a Felipe González, en 1996.
Otro escándalo culpable del retorno del "chorizo" fue el de las facturas falsas, también protagonizado por el Ayuntamiento de Sevilla. El asunto está en manos de la Justicia, pero parece probado que algunos amigos del poder cobraron del Ayuntamiento facturas falsas para engrosar sus carteras.
Se han aireado otros escándalos, como el del secreto sueldo del alcalde, muy superior al oficialmente declarado, o la desaparición de la cubierta de un polideportivo, entre otros, pero el que más intensamente está afectando la fama del PSOE es, sin duda, el de la descarada recalificación de su sede en Sevilla. Es el escándalo que tiene peor pinta, el que más indigna a los ciudadanos.
La prensa revela que a los anteriores dueños de la casa que hoy es sede del PSOE y que ha sido recalificada, se le dijo en el Ayuntamiento que no podían construir pisos, ni siquiera en el patio, porque el edificio estaba "catalogado". Pero los socialistas compraron la casa y a ellos sí se les permite construir hasta seis plantas, lo que significa que el ayuntamiento socialista ha regalado a su propio partido una plusvalía, probablemente ilegal, de muchos millones de euros.
"El Ayuntamiento nos dijo que no se podía construir en la casa de Luis Montoto y entonces la vendimos", declaró uno de sus antiguos duelos al diario "El Mundo", que calcula que la casa vendida valia en torno a 550.000 euros, mientras que ahora, recalificada, vale más de seis millones de euros.
El PSOE había logrado quitarse de encima y erradicar ese corrosivo término de "chorizo", pero la imprudencia o la avaricia o quizás la corrupción o tal vez el tiempo demasiado largo de poder en el Ayuntamiento están logrando que la palabra vuelva a escucharse en bares y reuniones de amigos, en restaurantes y hasta en conversaciones callejeras, en voz muy alta.
Muchos socialistas sevillanos están indignados con un Ayuntamiento que apenas controlan, en el que cada día mandan más los "socios" de Izquierda Unida y que se les está convirtiendo en una fuente permanente de descrédito.
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