¿Es posible en democracia que un partido político se convierta en invencible y que gane una elección tras otra, impidiendo a la oposición el acceso al poder?
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero cree que "si" es posible y está empeñado en convertir al PSOE en el eterno ganador y en el único partido político capaz de gobernar en España, todo un experimento políticamente apasionante que la izquierda de todo el mundo está siguiendo con atención.
Zapatero, quiere convertir al PSOE en un "Partido Invencible", una innovación política que se inspira en lo que el PSOE ha logrado en Andalucía, donde gana unas elecciones tras otras, tras haber aislado y debilitado al PP y creado, desde el poder de la Junta de Andalucía, una red de clientelismo y de intereses tan densa, tupida, sólida y apoyada por medios de comunicación dominantes y controlados, que le lleva a la victoria cada vez que se abren las urnas.
Sin haber violado formalmente las leyes democráticas, el PSOE de Andalucía cree haber conseguido un dominio y un control suficientes para ganar siempre las elecciones. Su sistema "invencible" se basa en tres columnas: El enorme poder que controla desde la Junta de Andalucía; el acoso al Partido Popular, el único partido importante de la oposición, al que desgasta y desmoraliza constantemente; y una política pragmática de alianzas y captaciones que le permite lograr, cuando lo necesita, el apoyo parlamentario de los partidos débiles (Izquierda Unida y el Partido Andalucista) y de los transfugas, siempre a cambio de poder y de privilegios.
La red clientelar y de intereses creada por el socialismo andaluz es tan densa que, con las matemáticas en la mano, le impide perder las elecciones. Si votan socialista los que deben favores y privilegios al socialismo andaluz, junto con la base sociológica natural de la izquierda, se alcanza más del 40 por ciento dE los votantes, una masa que, en la práctica, garantiza el poder.
Lo que el PSOE andaluz cree haber logrado ha sido durante décadas, el gran sueño de la izquierda mundial: alcanzar y mantener el poder sin tener que recurrir a métodos tan cruentos y traumáticos como el golpe de Estado o la revolución.
Ese "Partido Invencible" que los socialistas quieren instaurar en España, extrapolando el modelo andaluz, entierra al leninismo como métodología (aunque no su espíritu) y jubila a la revolución, que ya aparece como obsoleta e innecesaria. El método consiste en utilizar las reglas de la democracia para ganar siempre las elecciones y conservar el poder, sin alternancia. En la práctica, es gobernar con un partido único sin ser un partido único. También representa eliminar la alternancia sin que puedan acusarle de hacerlo por la fuerza.
Analizada con detalle, la actual política que despliega el gobierno que preside Zapatero está orientada a convertir al PSOE en un "partido invencible": aislar, acosar y debilitar al Partido Popular; cerrar alianzas de hierro con los restantes partidos políticos, incluso con aquellos que son nacionalistas extremos y con otros de dudosa fe democrática, para garantizarse las alianzas necesarias y para impedir al PP los apoyos qe siempre necesitaría para gobernar; crear una red clientelar que transforme los favores y privilegios otorgados desde el poder en votos que garanticen la victoria; y crear, por último, una poderosa y hegemónica estructura mediática que de apoyo y cobertura a la estrategia.
El único problema para el PSOE es que ese camino, aunque en apariencia no viole las reglas, representa una verdadera perversión del sistema porque elimina, de golpe, valores y normas que son vitales para la democracia. En el momento que alguién domina el poder e impide la alternancia, es porque ha eliminado la competencia y la libertad de elegir, lo que convierte al sistema en una oligarquía pura o, quizás mejor, en una dictadura de partido.
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero cree que "si" es posible y está empeñado en convertir al PSOE en el eterno ganador y en el único partido político capaz de gobernar en España, todo un experimento políticamente apasionante que la izquierda de todo el mundo está siguiendo con atención.
Zapatero, quiere convertir al PSOE en un "Partido Invencible", una innovación política que se inspira en lo que el PSOE ha logrado en Andalucía, donde gana unas elecciones tras otras, tras haber aislado y debilitado al PP y creado, desde el poder de la Junta de Andalucía, una red de clientelismo y de intereses tan densa, tupida, sólida y apoyada por medios de comunicación dominantes y controlados, que le lleva a la victoria cada vez que se abren las urnas.
Sin haber violado formalmente las leyes democráticas, el PSOE de Andalucía cree haber conseguido un dominio y un control suficientes para ganar siempre las elecciones. Su sistema "invencible" se basa en tres columnas: El enorme poder que controla desde la Junta de Andalucía; el acoso al Partido Popular, el único partido importante de la oposición, al que desgasta y desmoraliza constantemente; y una política pragmática de alianzas y captaciones que le permite lograr, cuando lo necesita, el apoyo parlamentario de los partidos débiles (Izquierda Unida y el Partido Andalucista) y de los transfugas, siempre a cambio de poder y de privilegios.
La red clientelar y de intereses creada por el socialismo andaluz es tan densa que, con las matemáticas en la mano, le impide perder las elecciones. Si votan socialista los que deben favores y privilegios al socialismo andaluz, junto con la base sociológica natural de la izquierda, se alcanza más del 40 por ciento dE los votantes, una masa que, en la práctica, garantiza el poder.
Lo que el PSOE andaluz cree haber logrado ha sido durante décadas, el gran sueño de la izquierda mundial: alcanzar y mantener el poder sin tener que recurrir a métodos tan cruentos y traumáticos como el golpe de Estado o la revolución.
Ese "Partido Invencible" que los socialistas quieren instaurar en España, extrapolando el modelo andaluz, entierra al leninismo como métodología (aunque no su espíritu) y jubila a la revolución, que ya aparece como obsoleta e innecesaria. El método consiste en utilizar las reglas de la democracia para ganar siempre las elecciones y conservar el poder, sin alternancia. En la práctica, es gobernar con un partido único sin ser un partido único. También representa eliminar la alternancia sin que puedan acusarle de hacerlo por la fuerza.
Analizada con detalle, la actual política que despliega el gobierno que preside Zapatero está orientada a convertir al PSOE en un "partido invencible": aislar, acosar y debilitar al Partido Popular; cerrar alianzas de hierro con los restantes partidos políticos, incluso con aquellos que son nacionalistas extremos y con otros de dudosa fe democrática, para garantizarse las alianzas necesarias y para impedir al PP los apoyos qe siempre necesitaría para gobernar; crear una red clientelar que transforme los favores y privilegios otorgados desde el poder en votos que garanticen la victoria; y crear, por último, una poderosa y hegemónica estructura mediática que de apoyo y cobertura a la estrategia.
El único problema para el PSOE es que ese camino, aunque en apariencia no viole las reglas, representa una verdadera perversión del sistema porque elimina, de golpe, valores y normas que son vitales para la democracia. En el momento que alguién domina el poder e impide la alternancia, es porque ha eliminado la competencia y la libertad de elegir, lo que convierte al sistema en una oligarquía pura o, quizás mejor, en una dictadura de partido.
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