El insólito y nauseabundo proceso de canonización de Luis Companys

Sr Rubiales, espero que en nombre de VOX borre usted el comentario sarraceno anterior.
Arriba don Pelayo
Arriba la edad media

Parece que ayer dolió el artículo y el de hoy empieza doliendo. Lo malo de los troles es que son confusos y difusos, probablemente con toda intención para que nos dediquemos a pensar en qué han querido decir.

Por ejemplo, el comentario 1, que bueno, que demos por buenas las cifras, pero no tiene sentido en esta entrada, que habla de otra cosa y por otra parte, tendremos que analizar unas cuantas cosas más. Por ejemplo, el por qué el número de mujeres muertas, de los hombres muertos nunca se habla, se mantiene constante años y años, a pesar de las campañas, las leyes discriminatorias y el presunto empeño de la casta en bajar las cifras.

El clero catalán ha perdido el oremus y ya no saben si adoran a Dios o a la república catalana. Deben ser muy pocos los curas y monjas que piensen con sensatez y están callados porque al que dice lo que no conviene, lo mandan a estudiar un año muy prorogable. Por supuesto los obispos son los primeros, unos más y otros menos y los menos no se sabe si por convicción o por cobardía.

En este ambiente, no es extraño que se lance cualquier disparate y se acepte como bueno. Abrir siquiera un proceso de reconocimiento de virtudes a un asesino es impensable en cualquier parte del mundo, menos en Cataluña. Porque con este clero catalán no sé si será cierto, peor nos lo creemos posible.
Porque las cosas no importan si son verdad o mentira, lo que importa es que la gente las acepte como posibles.

Y Roma no dice nada. Como es natural, no sabemos las razones que tienen para callar, pero debían haber hablado hace mucho. Claro que también debieron hablar hace mucho los obispos españoles agrupados en la inútil conferencia episcopal y aún no se han puesto de acuerdo en lo que tienen que decir. Y tenían que haber dicho mucho cuando eta se refugiaba en las iglesias con el beneplácito de los obispos vascos de entonces. Pero se ve que como eran luchadores contra la dictadura...

Debo hacer un inciso y decir lo que es una conferencia episcopal. Es un órgano creado tras el Concilio, de tipo consultivo y por tanto no sirve para nada, sólo para redactar comunicados inanes sobre diversos temas. No sirve para nada porque los obispos son soberanos en sus diócesis y responden directamente al Papa. Tienen algún tipo de subordinación al correspondiente arzobispo, pero poca cosa. Por tanto, no puede haber un órgano ejecutivo de los obispos. Así que las conferencias episcopales no son más que unas reuniones para poner ideas en común y poco más. Pero al menos, pudieron condenar a eta y a sus amparadores y ahora el separatismo catalán.

En este ambiente, se lanza un disparate como ese, de canonizar a un perseguidor de la Iglesia y nadie se atreve a poner las cosas en su sitio. También es cierto que a nadie le importa, porque el número de católicos en Cataluña es casi testimonial. Pero esos silencios tienen un precio y es que algunos católicos del resto de España consideran que no merece la pena pertenecer a ese club.

Un proceso de canonización en el fondo es un proceso publicitario. Al canonizado no le añade nada, él ya está en el Cielo y lo que hagan aquí le debe resultas indiferente.

De lo que se trata es de decirle a la comunidad que esa persona tuvo determinadas virtudes y hechos y por eso está en el Cielo. Y hay que insistir en esto. Declarar santo a alguien no es llevarlo al Cielo, es decir al mundo que esa persona, por sus méritos está en el Cielo, porque para mucha gente parece que el Papa el que lleva al Cielo a los santos.

Hay millones de santos y no pensamos en ello, muchos familiares nuestros lo son, lo que pasa es que son santos de vidas normales y claro eso, como lo hace todo el mundo, no aporta nada. Por eso se señalan a personas con vidas excepcionales, para que sirvan de guía a los demás.

Me he extendido un mucho en los prolegómenos, pero creo que son necesarios para comprender lo que pretende esta chusma. En el siguiente comentario tocaré el tema del personaje en sí.

Imposible dejar de lado lo de los Vascos. Ni ellos ni nosotros olvidaremos jamás de los jamases. La cabra tira al monte...que no nos engañen...

Había siniestros en ambos bandos. Los que ganaron y no tuvieron juicio terrenal por lo que hicieron estarán ahora en el infierno, pudriéndose como sus víctimas inocentes, como por ejemplo Queipo de Llano, el cuál la historia lo ha tratado mucho mejor de lo que se mereció, al igual que Companys.