España, sin duda, se vuelca en la ayuda y la caridad, es un país solidario en favor de los necesitados; y, a la vez, es el país del bandolerismo, hecho extraordinario de una de nuestras más señaladas tradiciones, la del «bandido generoso» y además, sindicado. Tal forma bandoleril, al asaltar supermercados, bancos, fincas u hoteles, está exhibiendo el Sindicato Andaluz de Trabajadores, con su dirigente M. Sánchez Gordillo a la cabeza, alcalde de Marinaleda y parlamentario de IU, bajo el lema «expropiar a los expropiadores»; las imágenes del saqueo y ocupación nos causan gran perjuicio de país poco serio ante los vecinos europeos y ponen en riesgo los préstamos a nuestra esquilmada economía y la confianza que merecemos, merced a estos bandoleros filántropos, que a diferencia de los de antaño cobran del Estado y reciben subvenciones de aquí y de Bruselas. Invocando el paro y el hambre que campean por Andalucía, aunque ellos andan bien gordotes y de buen aspecto, protestan contra los recortes del Gobierno Central, no contra la Junta Andaluza ni IU; paro y pobreza, que, ya se sabe, son fruto de la herencia dilapidadora de los gobiernos socialistas en sus treinta años de poltrona y mangancia, favoritismos y corruptelas, que, convirtiéndose en aquellos «caciques, señoritos y terratenientes» andaluces tan crticados por ellos, han esquilmado esta Comunidad, como patentizan los ERES, de los que Gordillo y compañía no dicen ni pío, sólo, que ellos llaman “acción sindical”, al asalto y al saqueo y se escudan en los pobres y en el paro según su particular ideología, hoy periclitada. Ahora, con su pañuelo palestino a color, buscando renombre, se lanzan al saqueo sin miramientos, mientras acuden a la televiso populista que los ha convertido en héroes mediáticos.
Pero no andan solos, ello responde a un cambio de mentalidad en que campea el relajo, la indolencia, la ilegalidad, la insumisión... Es el ánimo que empieza a dominar en el País; se subleva Cataluña contra la hacienda pública, se rebelan los médicos contra la cuota de atención a los ilegales, se oponen los cooperantes, porque los sacan del Sahara, los mineros, porque les recortan las subvenciones, se indigna cualquiera por perder su modus vivendi, por hacer su voluntad, por exigir derechos y no deberes. Esta es la imagen de España hoy; una nación irritada, incómoda, que culpa a sus dirigentes, a los mercados, a los bancos, a Alemania, al mundo entero, pero que no dice nada contra los dirigentes del despilfarro, que gastaban más de lo que ingresaban, ni de los préstamos de los mercados, de las hipotecas baratas de los bancos, de que Alemania financiase nuestras autopistas y los fondos de cohesión europeos se distribuyeran alegremente por nuestros campos, ciudades y determinados bolsillos.
Gordillo, el bien comido, se dice comunista, pero no ha leído a Marx, contrario a las revueltas campesinas y de Gandhi sólo ha visto la película, para llamar la atención, se sumerge en lo grotesco y practica lo illegal; el hombre tiene derecho a la verdad, a la justicia y a la libertad, pero no a la anarquía, al mal y al desorden social, como hace este andaluz, que se perpetua en la alcaldía; no se puede nunca bajo ningún concepto dañar la propia sociedad con la intimidación y el robo violento, especialmente contra las cajeras a que vejaron y ofendieron violentadas y agredidas físicamente; este comunista, con sus cortas luces y su escasa moral, da mal ejemplo y convierte la libertad en lidertinaje; parapetado tras su aforamiento político, quiere hacer caridad con el dinero ajeno, mediante el robo, el asalto y la violencia con el camuflaje de la etiqueta de “acción sindical” de “expropiación” para los pobres. Pero no crea un comedor social con los suculentos buenos dineros que cobra –unos 80.000 Euros al año más las subvenciones- del Estado, al que llama ladrón y viaja en preferente con su bufanda palestina para visitar al dictatorzuelo de Venezuela, ni lo entrega a CARITAS, que es más fácil y que bien lo necesita.
La Guardia Civil ha entregado a la Justicia un elocuente vídeo que muestra las coacciones del alcalde Gordillo al gerente de un supermercado de Estepa, al que amenaza con derribar los estantes y enviarle a sus piquetes a “comprar sin dinero”, que es llenar y llevarse los carritos sin pasar por caja. Es el agitador dedicado a la extorsión; no se entiende que el Ministerio del Interior consienta actos como estos y que el PSOE se niegue a reprobarlos, es un silencio cómplice. No se puede consentir el atropellar las leyes, es un mal camino y un mal precedente, además del desprestigio enorme para esta castigada España; es una vergüenza, si tan honrado es, debe dimitir ipso facto. Es ya hora de que aquí alguien sea juzgado y se paguen las tropelías.
C. Mudarra
Pero no andan solos, ello responde a un cambio de mentalidad en que campea el relajo, la indolencia, la ilegalidad, la insumisión... Es el ánimo que empieza a dominar en el País; se subleva Cataluña contra la hacienda pública, se rebelan los médicos contra la cuota de atención a los ilegales, se oponen los cooperantes, porque los sacan del Sahara, los mineros, porque les recortan las subvenciones, se indigna cualquiera por perder su modus vivendi, por hacer su voluntad, por exigir derechos y no deberes. Esta es la imagen de España hoy; una nación irritada, incómoda, que culpa a sus dirigentes, a los mercados, a los bancos, a Alemania, al mundo entero, pero que no dice nada contra los dirigentes del despilfarro, que gastaban más de lo que ingresaban, ni de los préstamos de los mercados, de las hipotecas baratas de los bancos, de que Alemania financiase nuestras autopistas y los fondos de cohesión europeos se distribuyeran alegremente por nuestros campos, ciudades y determinados bolsillos.
Gordillo, el bien comido, se dice comunista, pero no ha leído a Marx, contrario a las revueltas campesinas y de Gandhi sólo ha visto la película, para llamar la atención, se sumerge en lo grotesco y practica lo illegal; el hombre tiene derecho a la verdad, a la justicia y a la libertad, pero no a la anarquía, al mal y al desorden social, como hace este andaluz, que se perpetua en la alcaldía; no se puede nunca bajo ningún concepto dañar la propia sociedad con la intimidación y el robo violento, especialmente contra las cajeras a que vejaron y ofendieron violentadas y agredidas físicamente; este comunista, con sus cortas luces y su escasa moral, da mal ejemplo y convierte la libertad en lidertinaje; parapetado tras su aforamiento político, quiere hacer caridad con el dinero ajeno, mediante el robo, el asalto y la violencia con el camuflaje de la etiqueta de “acción sindical” de “expropiación” para los pobres. Pero no crea un comedor social con los suculentos buenos dineros que cobra –unos 80.000 Euros al año más las subvenciones- del Estado, al que llama ladrón y viaja en preferente con su bufanda palestina para visitar al dictatorzuelo de Venezuela, ni lo entrega a CARITAS, que es más fácil y que bien lo necesita.
La Guardia Civil ha entregado a la Justicia un elocuente vídeo que muestra las coacciones del alcalde Gordillo al gerente de un supermercado de Estepa, al que amenaza con derribar los estantes y enviarle a sus piquetes a “comprar sin dinero”, que es llenar y llevarse los carritos sin pasar por caja. Es el agitador dedicado a la extorsión; no se entiende que el Ministerio del Interior consienta actos como estos y que el PSOE se niegue a reprobarlos, es un silencio cómplice. No se puede consentir el atropellar las leyes, es un mal camino y un mal precedente, además del desprestigio enorme para esta castigada España; es una vergüenza, si tan honrado es, debe dimitir ipso facto. Es ya hora de que aquí alguien sea juzgado y se paguen las tropelías.
C. Mudarra
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