Ante el aluvión de declaraciones hechas por unos y otros (y leídas por el abajo firmante), tras conocerse la resolución de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional (doce votos contra cuatro) de no modificar la situación de prisión preventiva del etarra José Ignacio de Juana Chaos, servidor, E. S. O., un andoba de Cornago, se queda con dos opiniones sensatísimas. La vertida por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien en la conferencia de prensa que siguió al proverbial Consejo de Ministros de los viernes, vino a decir, entre otras cosas, que “cuando la Justicia habla, el Gobierno acata y calla”. Y la que profirió el portavoz de la Confederación Española de Policía (CEP), Rodrigo Gavilán, que consideró la decisión adoptada por la Audiencia Nacional de “lógica”, ya que “lo que no puede suceder es que un asesino esté intentando coaccionar a la democracia y al Estado de derecho, primero con las armas y luego con una huelga de hambre”. Es más, advirtió del pésimo precedente que hubiera supuesto avenirse a lo que solicitaba el fiscal del caso, aduciendo esta razón irrefutable, “imagínese la huelga de hambre generalizada que tendríamos en todas las prisiones”.
Post scríptum
Habiendo tenido conocimiento esta mañana de que Esperanza Chaos, madre de Iñaki de Juana Chaos, finó sus días ayer en San Sebastián a la edad de 83 años, toto corde, quiero hacerle llegar al citado mi más sentido y sincero pésame por tan sensible pérdida. Asimismo, espero que, si ése es el deseo del preso preventivo mencionado (y los médicos que cuidan de su salud no ponen impedimento alguno al respecto), solicite a la Audiencia Nacional permiso para asistir al entierro de su progenitora y el mentado tribunal se lo conceda.
E. S. O., un andoba de Cornago
Post scríptum
Habiendo tenido conocimiento esta mañana de que Esperanza Chaos, madre de Iñaki de Juana Chaos, finó sus días ayer en San Sebastián a la edad de 83 años, toto corde, quiero hacerle llegar al citado mi más sentido y sincero pésame por tan sensible pérdida. Asimismo, espero que, si ése es el deseo del preso preventivo mencionado (y los médicos que cuidan de su salud no ponen impedimento alguno al respecto), solicite a la Audiencia Nacional permiso para asistir al entierro de su progenitora y el mentado tribunal se lo conceda.
E. S. O., un andoba de Cornago