Si es absoluta e incontrovertiblemente necesario que los malos y aun pésimos jefes (distingo entre mal jefe y patrono o empresario; porque hay patronos o empresarios que son estupendísimas personas) y políticos existan en las sociedades modernas, actuales, que pueblan el orbe entero, tal vez sea, porque sólo he hallado esta sola razón de peso para apoyar dicha tesis, por esto, para persuadir a la opinión pública (dícese de la que tiene en cuenta la opinión publicada) de que hay ciertos energúmenos u ogros y oficios que sirven para bien poco, sí, pero incluso éstos es oportuno y aun imprescindible que los haya, pues semejan dianas estupendas, óptimas, pintiparadas, para despacharse a gusto, quiero decir para jugar con ellas como si se trataran de muñecos del pimpampum, que tanto relajo deparan, reportan y traen a las mentes y los ánimos de los sufridos trabajadores, anónimos ciudadanos de a pie.
E. S. O., un andoba de Cornago
E. S. O., un andoba de Cornago