A propósito de la recentísima operación llevada a cabo por varios agentes de la Guardia Civil contra el dopaje, me peta un montón acarrear hasta aquí los renglones torcidos, levemente enmendados (no enderezados del todo), que trabé hace dos años y dos meses, aproximadamente, en torno a la fecha de mi cumpleaños, en relación con la denuncia que Jesús Manzano, ex corredor del grupo Kelme-Costa Blanca, presentó en contra de su ex equipo, en lo que se conoció entonces como “caso Manzano”; párrafos que aglutiné bajo el título de “Jesús, nuevamente crucificado” y que decían de esta guisa:
“Pues sí; a Jesús lo hemos crucificado de nuevo. En este caso, el tal Jesús no es el que nació en Belén, creció en Nazaret y, dentro de un par de semanas, por todos nosotros, pecadores contumaces e impenitentes, y por la salvación de nuestras condenadas almas, volverá, como hace cada año, a inmolarse en la Santa Cruz. En el affaire que nos ocupa, el tal Jesús se apellida Manzano, es un ex corredor del equipo Kelme y natural de Zarzalejo (Madrid); quien, por venganza, según unos, por dinero, según otros, por vergüenza torera y/o verdadero arrepentimiento, opinan los menos, ha destapado la caja de los truenos o de Pandora y, enmendándose, se ha enmerdado hasta las cejas, llenando de heces, asimismo, hasta los ojos, a muchos de sus socios de pedal, sillín y manillar, al denunciar el uso generalizado de productos dopantes por parte de sus colegas, corredores profesionales del deporte de las dos ruedas sin motor.
“Manzano se ha liado la manta a la cabeza y a manzanazos con todo “quisque”. Como arma arrojadiza, de filo sutilísimo, ha elegido la manzana de la discordia dentro del mundo del ciclismo, el dopaje. Anteayer, en el Diario Vasco se podía leer lo manifestado el día anterior por el médico de la escuadra de marras, Eufemiano Fuentes: “Si Manzano dice que ha hecho todas esas cosas, las habrá hecho él, a escondidas del equipo. Precisamente por eso fue expulsado. Otra cosa es que lo que cuenta Manzano sea habitual dentro del equipo, que no lo es. No tenemos constancia de que se haga lo que comenta”.
“A raíz del serial (declaraciones por capítulos) de Manzano al diario As, el grupo deportivo Comunidad Valenciana-Kelme ha hecho llegar a los medios un comunicado donde niega en redondo que las prácticas aludidas y denunciadas por su ex corredor sean “realizadas, amparadas o consentidas en nuestro equipo”, prácticas que execra y también a quienes las emplean. Como no podía ser de otro modo, el citado equipo se ofrece para lo que sea menester y se pone a la entera disposición de las autoridades competentes para colaborar y contribuir, porque a él también le interesa, al total esclarecimiento de este turbio asunto, que, amén de dañar al entorno general del ciclismo, perjudica sobremanera, concreta y seriamente, al equipo mentado, pues tanto la calidad personal como la honestidad profesional de sus corredores, directores, médicos y resto del capital humano del equipo ha quedado en entredicho.
“Hay que reconocer que el relato de hechos que hace Manzano es espeluznante. Guarda concomitancias con las escenas espigadas, seleccionadas, de una película de miedo. Anteayer, Sport y Mundo Deportivo recogían declaraciones de Vicente Belda, actual director deportivo del equipo Comunidad Valencia-Kelme, en las que daba cuenta detallada de algunos episodios, si ciertos, reprensibles, y las razones, de peso, del despido de Manzano. Se defendía de las imputaciones de éste aseverando que eran la lógica consecuencia tras haberle rescindido, por comportamiento inapropiado, el contrato.
“Desde Marca, Josu Garai, su experto, pedía que se investigara todo el asunto de cabo a rabo y a fondo, y que cayera el que debiera caer. Coherente y consecuentemente, ya que, según dicen (algo tendrá el agua cuando la bendicen), hay grande fiesta en el Cielo por un arrepentido, Ivano Fanini, patrón del equipo ciclista italiano Amore e Vita, que luce los colores blanco y amarillo del Vaticano y obliga a sus pedalistas a portar un crucifijo en el manillar de sus bicicletas, abrió de par en par las puertas de su formación al corredor arrepentido, al objeto de que también hubiera grande fiesta en la tierra.
“Esto, todo lo sucedido con Manzano, cualquier vidente chiquilicuatre, del montón, de pacotilla o de tres al cuarto, por una simple asociación de ideas, ya debería haber pronosticado hace tiempo que un día u otro, y no tardando mucho, ocurriría.
“Los corredores, cuando van estirados, casi en fila india o de a uno, forman ese símil desgastado por el uso, esa metáfora manida, ese topicazo que es llamar serpiente multicolor al pelotón. Y la serpiente, amén de ser el símbolo que identifica a las farmacias, donde retiran los ciclistas, como todo hijo de vecino, sus medicamentos, es imagen que nos sirve a los católicos para representar al demonio (que no es otra cosa que el ser que Dios ideó para sumar humorismo y/o restar seriedad a su obra y/o el disfraz que Dios decide y gusta ponerse cuando le apetece mofarse y hasta calumniarse a sí mismo); ésa es, consciente y precisamente, la razón por la que ETA, sucursal de Terror SA, la escogió, junto con el hacha, para crear su emblema. Y nadie ignora que el demonio tentó a Eva ofreciéndole una fruta del árbol prohibido, un manzano. Y Manzano se apellida el denunciante. Y, como la manzana podrida pierde a su compañía, no es extraño que la sociedad organizadora de Le Tour haya decidido que este año el Comunidad Valenciana-Kelme no sea el colmo de los gendarmes, sino la calma de los gérmenes de las cárceles francesas”.
Ángel Sáez García
“Pues sí; a Jesús lo hemos crucificado de nuevo. En este caso, el tal Jesús no es el que nació en Belén, creció en Nazaret y, dentro de un par de semanas, por todos nosotros, pecadores contumaces e impenitentes, y por la salvación de nuestras condenadas almas, volverá, como hace cada año, a inmolarse en la Santa Cruz. En el affaire que nos ocupa, el tal Jesús se apellida Manzano, es un ex corredor del equipo Kelme y natural de Zarzalejo (Madrid); quien, por venganza, según unos, por dinero, según otros, por vergüenza torera y/o verdadero arrepentimiento, opinan los menos, ha destapado la caja de los truenos o de Pandora y, enmendándose, se ha enmerdado hasta las cejas, llenando de heces, asimismo, hasta los ojos, a muchos de sus socios de pedal, sillín y manillar, al denunciar el uso generalizado de productos dopantes por parte de sus colegas, corredores profesionales del deporte de las dos ruedas sin motor.
“Manzano se ha liado la manta a la cabeza y a manzanazos con todo “quisque”. Como arma arrojadiza, de filo sutilísimo, ha elegido la manzana de la discordia dentro del mundo del ciclismo, el dopaje. Anteayer, en el Diario Vasco se podía leer lo manifestado el día anterior por el médico de la escuadra de marras, Eufemiano Fuentes: “Si Manzano dice que ha hecho todas esas cosas, las habrá hecho él, a escondidas del equipo. Precisamente por eso fue expulsado. Otra cosa es que lo que cuenta Manzano sea habitual dentro del equipo, que no lo es. No tenemos constancia de que se haga lo que comenta”.
“A raíz del serial (declaraciones por capítulos) de Manzano al diario As, el grupo deportivo Comunidad Valenciana-Kelme ha hecho llegar a los medios un comunicado donde niega en redondo que las prácticas aludidas y denunciadas por su ex corredor sean “realizadas, amparadas o consentidas en nuestro equipo”, prácticas que execra y también a quienes las emplean. Como no podía ser de otro modo, el citado equipo se ofrece para lo que sea menester y se pone a la entera disposición de las autoridades competentes para colaborar y contribuir, porque a él también le interesa, al total esclarecimiento de este turbio asunto, que, amén de dañar al entorno general del ciclismo, perjudica sobremanera, concreta y seriamente, al equipo mentado, pues tanto la calidad personal como la honestidad profesional de sus corredores, directores, médicos y resto del capital humano del equipo ha quedado en entredicho.
“Hay que reconocer que el relato de hechos que hace Manzano es espeluznante. Guarda concomitancias con las escenas espigadas, seleccionadas, de una película de miedo. Anteayer, Sport y Mundo Deportivo recogían declaraciones de Vicente Belda, actual director deportivo del equipo Comunidad Valencia-Kelme, en las que daba cuenta detallada de algunos episodios, si ciertos, reprensibles, y las razones, de peso, del despido de Manzano. Se defendía de las imputaciones de éste aseverando que eran la lógica consecuencia tras haberle rescindido, por comportamiento inapropiado, el contrato.
“Desde Marca, Josu Garai, su experto, pedía que se investigara todo el asunto de cabo a rabo y a fondo, y que cayera el que debiera caer. Coherente y consecuentemente, ya que, según dicen (algo tendrá el agua cuando la bendicen), hay grande fiesta en el Cielo por un arrepentido, Ivano Fanini, patrón del equipo ciclista italiano Amore e Vita, que luce los colores blanco y amarillo del Vaticano y obliga a sus pedalistas a portar un crucifijo en el manillar de sus bicicletas, abrió de par en par las puertas de su formación al corredor arrepentido, al objeto de que también hubiera grande fiesta en la tierra.
“Esto, todo lo sucedido con Manzano, cualquier vidente chiquilicuatre, del montón, de pacotilla o de tres al cuarto, por una simple asociación de ideas, ya debería haber pronosticado hace tiempo que un día u otro, y no tardando mucho, ocurriría.
“Los corredores, cuando van estirados, casi en fila india o de a uno, forman ese símil desgastado por el uso, esa metáfora manida, ese topicazo que es llamar serpiente multicolor al pelotón. Y la serpiente, amén de ser el símbolo que identifica a las farmacias, donde retiran los ciclistas, como todo hijo de vecino, sus medicamentos, es imagen que nos sirve a los católicos para representar al demonio (que no es otra cosa que el ser que Dios ideó para sumar humorismo y/o restar seriedad a su obra y/o el disfraz que Dios decide y gusta ponerse cuando le apetece mofarse y hasta calumniarse a sí mismo); ésa es, consciente y precisamente, la razón por la que ETA, sucursal de Terror SA, la escogió, junto con el hacha, para crear su emblema. Y nadie ignora que el demonio tentó a Eva ofreciéndole una fruta del árbol prohibido, un manzano. Y Manzano se apellida el denunciante. Y, como la manzana podrida pierde a su compañía, no es extraño que la sociedad organizadora de Le Tour haya decidido que este año el Comunidad Valenciana-Kelme no sea el colmo de los gendarmes, sino la calma de los gérmenes de las cárceles francesas”.
Ángel Sáez García