En Andalucía, una encuesta de la propia Junta pronostica por primera vez, en varios años, la victoria del PP. El cambio se acerca a Andalucía después de treinta años de socialismo hegemónico.
El Partido Popular parece que tiene, a su alcance ahora, la posibilidad de obtener el triunfo en las elecciones autonómicas a la Junta de Andalucía; la Prensa de hoy informa que los populares obtendrían el 43,2% de los votos, frente al 41,6% del PSOE. El Barómetro de Opinión Pública elaborado por el Instituto de Estudios Sociales de Andalucía añade aún otro dato muy significativo: el 61% de los encuestados considera oportuno y deseable el cambio de poderes en esta Comunidad Autónoma.
Es consecuente y lógico el posible acto de alternancia política en unos momentos de crueles efectos de esta dura recesión económica y de deterioro propio de una gestión autonómica que ha revelado su ineficacia y su parcela de corrupción; adobado todo ello por la creación una red clientelar que le ofreció la oportunidad de asegurarse, por largo tiempo, el poder. Andalucía no ha prosperado, se encuentra en los últimos lugares de la lista de Europa, está en la misma situación que tenía cuando los socialistas tomaron su gobernación; se cifra en casi un millón el número de parados, que ronda el 23% de la población activa y se habla de una previsión, para 2010, que roza el 30% de paro; tal situación es insostenible para los andaluces. No es de extrañar que el futuro gobierno de la Junta dependa de cómo evolucionen los hechos en estos dos próximos años.
Más de un tercio cree que la Junta no defiende los intereses de la región andaluza ante el Gobierno Nacional, que, por cierto, tampoco es bien valorado en el sondeo; más de la mitad de los encuestados piensan que las medidas anticrisis que han introducido son nulas, muy malas; la causa de esta recesión incumbe para los andaluces al Gobierno de Zapatero, los bancos y al sector de la construcción; en gran parte, el 55% critica y reprueba la acción gubernamental del Ejecutivo Central. Un 61,7%, cansado, se decanta por un cambio de Gobierno también en España.
El secretario andaluz del PP denunció presiones de la Junta al Instituto de Estudios Avanzados, para modificar los malos resultados de la encuesta que perjudican al socialismo andaluz. Arenas cree que la hora del relavo ha sonado, que su partido es más de Gobierno que de oposición, que el cambio es muy posible. Sin embargo, la encuesta parece estar hecha para evitar que el PP gane las elecciones; no tiene lógica que IESA, organismo oficial vaticine los favorables augurios para el PP, no acostumbra a mostrar tanta solicitud. Es más bien otra la razón; lanza un aviso a simpatizantes socialistas y a sus amigos de IU, para que se movilicen en las próximas elecciones y no se distraigan; les envían el mensaje de que el PP está ahí y puede quitarle el momio.
No obstante, el PP debe aprovechar la coyuntura y presentar un proyecto ilusionante y real que convenza a los andaluces que empiezan a desconfiar del modelo socialista y de la debilidad de las medidas tomadas contra el paro y la situación económica. Andalucía no necesita un cambio de Gobierno, sino una visión, una mentalidad social nueva y un rumbo nuevo en la estructura económica, un rodeo total de los personajes sociales y un rechazo de los prejuicios ideológicos. El PP debe sacudirse los señoritingos andaluces, acercarse al pueblo y sufrir sus avatares; llevar la ilusión y entusiasmo convincente a todas las gentes y atraerse a los independientes y a las mayorías andaluzas.
Andalucía ha de zafarse de las formas que la domeñan y convertirse en el emporio del Sur.
C. Mudarra
El Partido Popular parece que tiene, a su alcance ahora, la posibilidad de obtener el triunfo en las elecciones autonómicas a la Junta de Andalucía; la Prensa de hoy informa que los populares obtendrían el 43,2% de los votos, frente al 41,6% del PSOE. El Barómetro de Opinión Pública elaborado por el Instituto de Estudios Sociales de Andalucía añade aún otro dato muy significativo: el 61% de los encuestados considera oportuno y deseable el cambio de poderes en esta Comunidad Autónoma.
Es consecuente y lógico el posible acto de alternancia política en unos momentos de crueles efectos de esta dura recesión económica y de deterioro propio de una gestión autonómica que ha revelado su ineficacia y su parcela de corrupción; adobado todo ello por la creación una red clientelar que le ofreció la oportunidad de asegurarse, por largo tiempo, el poder. Andalucía no ha prosperado, se encuentra en los últimos lugares de la lista de Europa, está en la misma situación que tenía cuando los socialistas tomaron su gobernación; se cifra en casi un millón el número de parados, que ronda el 23% de la población activa y se habla de una previsión, para 2010, que roza el 30% de paro; tal situación es insostenible para los andaluces. No es de extrañar que el futuro gobierno de la Junta dependa de cómo evolucionen los hechos en estos dos próximos años.
Más de un tercio cree que la Junta no defiende los intereses de la región andaluza ante el Gobierno Nacional, que, por cierto, tampoco es bien valorado en el sondeo; más de la mitad de los encuestados piensan que las medidas anticrisis que han introducido son nulas, muy malas; la causa de esta recesión incumbe para los andaluces al Gobierno de Zapatero, los bancos y al sector de la construcción; en gran parte, el 55% critica y reprueba la acción gubernamental del Ejecutivo Central. Un 61,7%, cansado, se decanta por un cambio de Gobierno también en España.
El secretario andaluz del PP denunció presiones de la Junta al Instituto de Estudios Avanzados, para modificar los malos resultados de la encuesta que perjudican al socialismo andaluz. Arenas cree que la hora del relavo ha sonado, que su partido es más de Gobierno que de oposición, que el cambio es muy posible. Sin embargo, la encuesta parece estar hecha para evitar que el PP gane las elecciones; no tiene lógica que IESA, organismo oficial vaticine los favorables augurios para el PP, no acostumbra a mostrar tanta solicitud. Es más bien otra la razón; lanza un aviso a simpatizantes socialistas y a sus amigos de IU, para que se movilicen en las próximas elecciones y no se distraigan; les envían el mensaje de que el PP está ahí y puede quitarle el momio.
No obstante, el PP debe aprovechar la coyuntura y presentar un proyecto ilusionante y real que convenza a los andaluces que empiezan a desconfiar del modelo socialista y de la debilidad de las medidas tomadas contra el paro y la situación económica. Andalucía no necesita un cambio de Gobierno, sino una visión, una mentalidad social nueva y un rumbo nuevo en la estructura económica, un rodeo total de los personajes sociales y un rechazo de los prejuicios ideológicos. El PP debe sacudirse los señoritingos andaluces, acercarse al pueblo y sufrir sus avatares; llevar la ilusión y entusiasmo convincente a todas las gentes y atraerse a los independientes y a las mayorías andaluzas.
Andalucía ha de zafarse de las formas que la domeñan y convertirse en el emporio del Sur.
C. Mudarra
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