Muchos demócratas de todo el mundo tienen los ojos y las esperanza puestos en México, donde el próximo domingo tiene cita con las urnas el país de habla hispana mas poblado del planeta, en el que los ciudadanos están experimentando una formidable y digna reacción contra la política degradada, corrupta e ineficiente que conduce a la nación mexicana hacia el fracaso desde hace demasiadas décadas.
El cansancio frente a la política degradada, en México, se ha convertido en indignación, la impotencia se ha transformado en lucha activa y lo que antes era indiferencia y sometimiento, hoy es un movimiento ciudadano ejemplar y esperanzador que lucha para liberar a México de su casta política mediocre, corrupta e indigna de dirigir esa gran nación.
Integrado principalmente por jóvenes, pero con el apoyo de intelectuales, pensadores y algunos de los pocos periodistas libres y no comprados que quedan en el país, el movimiento ha convertido el voto en blanco, el voto nulo y la protesta expresa ante las urnas (voto anulado con mensaje explícito) en caballos de batalla contra un sistema que ha sido incapaz de renovarse, que no está a la altura de sus ciudadanos y que parece inspirarse siempre en los abusos y comportamientos antidemocráticos del viejo PRI.
La creatividad se ha disparado en México y la frescura y potencia de las protestas populares democráticas se manifiestan en argumentos, frases, eslóganes e imágenes llenas de brio y de decencia.
Muchos demócratas en todo el mundo, especialmente en la comunidad de habla hispana, tienen los ojos y la esperanza puestos en un México que el próximo domingo quiere expresar en las urnas su decisión de no seguir sometido a una casta de políticos que, incapaces de aportar calidad alguna a la democracia, ni siquiera merecen respeto de sus administrados.
El cansancio frente a la política degradada, en México, se ha convertido en indignación, la impotencia se ha transformado en lucha activa y lo que antes era indiferencia y sometimiento, hoy es un movimiento ciudadano ejemplar y esperanzador que lucha para liberar a México de su casta política mediocre, corrupta e indigna de dirigir esa gran nación.
Integrado principalmente por jóvenes, pero con el apoyo de intelectuales, pensadores y algunos de los pocos periodistas libres y no comprados que quedan en el país, el movimiento ha convertido el voto en blanco, el voto nulo y la protesta expresa ante las urnas (voto anulado con mensaje explícito) en caballos de batalla contra un sistema que ha sido incapaz de renovarse, que no está a la altura de sus ciudadanos y que parece inspirarse siempre en los abusos y comportamientos antidemocráticos del viejo PRI.
La creatividad se ha disparado en México y la frescura y potencia de las protestas populares democráticas se manifiestan en argumentos, frases, eslóganes e imágenes llenas de brio y de decencia.
Muchos demócratas en todo el mundo, especialmente en la comunidad de habla hispana, tienen los ojos y la esperanza puestos en un México que el próximo domingo quiere expresar en las urnas su decisión de no seguir sometido a una casta de políticos que, incapaces de aportar calidad alguna a la democracia, ni siquiera merecen respeto de sus administrados.
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