(RODRÍGUEZ ZAPATERO, “PRÍNCIPE DE LA PAZ”)
Ahora mismo no recuerdo quién dijo y dejó escrito que se puede engañar a todos alguna vez y a algunos bastantes veces, pero no se puede engañar a todos siempre.
A los primeros espadas del Gobierno de España les han jugado una mala pasada (y tal vez hasta traicionado) sus respectivos inconscientes o subconscientes.
No sé si por “concurso o contagio” (doble razón de la tesis que sostengo en la reciente urdidura que así titulé), a la vicepresidenta primera, Fernández de la Vega, se le escapó en el Congreso aquello de que “todos compartimos el rechazo que lleva la decisión”; y al mandamás del Ejecutivo (que acaso mande alguna vez mal) le dio por soltar por su mui o airear que “no es la primera vez que el Gobierno ha cedido a un chantaje de ETA”. Espero que, a la mayor brevedad, salga a la palestra a explicarse y aclararlo. Ahora bien, me temo que se refiere al presidido por él mismo, obsesionado como está y vive con hacerse digno acreedor, quiero decir merecer, recibir y pasar a la historia con el sobrenombre de “Príncipe de la Paz”. Si hubiera estudiado a conciencia Historia de España, habría aprendido qué le ocurrió y cómo murió en París un personaje de mal fario, Manuel Godoy Álvarez de Faria, quien mereciera dos largos siglos atrás tal título o distinción.
E. S. O., un andoba de Cornago
Ahora mismo no recuerdo quién dijo y dejó escrito que se puede engañar a todos alguna vez y a algunos bastantes veces, pero no se puede engañar a todos siempre.
A los primeros espadas del Gobierno de España les han jugado una mala pasada (y tal vez hasta traicionado) sus respectivos inconscientes o subconscientes.
No sé si por “concurso o contagio” (doble razón de la tesis que sostengo en la reciente urdidura que así titulé), a la vicepresidenta primera, Fernández de la Vega, se le escapó en el Congreso aquello de que “todos compartimos el rechazo que lleva la decisión”; y al mandamás del Ejecutivo (que acaso mande alguna vez mal) le dio por soltar por su mui o airear que “no es la primera vez que el Gobierno ha cedido a un chantaje de ETA”. Espero que, a la mayor brevedad, salga a la palestra a explicarse y aclararlo. Ahora bien, me temo que se refiere al presidido por él mismo, obsesionado como está y vive con hacerse digno acreedor, quiero decir merecer, recibir y pasar a la historia con el sobrenombre de “Príncipe de la Paz”. Si hubiera estudiado a conciencia Historia de España, habría aprendido qué le ocurrió y cómo murió en París un personaje de mal fario, Manuel Godoy Álvarez de Faria, quien mereciera dos largos siglos atrás tal título o distinción.
E. S. O., un andoba de Cornago
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