George W. Bush, odiado por la izquierda mundial, acaba de dar una lección al denunciar ante la ONU las tiranías que dominan y humillan al pueblo en Birmania, Irán, Cuba, Corea del Norte, Sudán y Zimbawe, mientras que muchos dirigentes de izquierda guardan un vergonzoso silencio ante el totalitarismo que aplasta a esos países.
Birmania, donde la protesta de los monjes budistas, secundada por la población civil, está siendo reprimida a tiros por los militares, ha sido el detonante, pero la condena de Bush ha incluído a regímenes como Cuba e Irán, que son una especie de iconos intocables para algunos líderes de la izquierda internacional, entre ellos el español Rodríguez Zapatero.
Aunque la Segunda Guerra del Golfo ha demostrado que Bush no es un modelo de respeto a los derechos humanos, su discurso en la ONU sí es todo un manifiesto libertario que, según algunos analistas, como Peggy Noonan, antiguo colaborador de Ronald Reagan, será recordado como “The liberty speech” (El discurso de la Libertad).
"La politica de Estados Unidos pretende apoyar el crecimiento del movimiento democrático en cada nación y en cada cultura, con el objetivo de poner fin a toda tiranía en el mundo", ha dicho Bush.
La prensa internacional ha resaltado el contraste evidente entre el discurso de Bush contra las tiranías y el silencio vergonzoso que mantienen en la ONU, en torno a ese tema y al de los derechos humanos, otros líderes mundiales teóricamente demócratas.
Algunos medios italianos se refieren a Bush como "el presidente de la libertad", mientras recuerdan a sus silenciosos colegas su vergonzoso silencio ante las tiranías que asolan el mundo.
Birmania, donde la protesta de los monjes budistas, secundada por la población civil, está siendo reprimida a tiros por los militares, ha sido el detonante, pero la condena de Bush ha incluído a regímenes como Cuba e Irán, que son una especie de iconos intocables para algunos líderes de la izquierda internacional, entre ellos el español Rodríguez Zapatero.
Aunque la Segunda Guerra del Golfo ha demostrado que Bush no es un modelo de respeto a los derechos humanos, su discurso en la ONU sí es todo un manifiesto libertario que, según algunos analistas, como Peggy Noonan, antiguo colaborador de Ronald Reagan, será recordado como “The liberty speech” (El discurso de la Libertad).
"La politica de Estados Unidos pretende apoyar el crecimiento del movimiento democrático en cada nación y en cada cultura, con el objetivo de poner fin a toda tiranía en el mundo", ha dicho Bush.
La prensa internacional ha resaltado el contraste evidente entre el discurso de Bush contra las tiranías y el silencio vergonzoso que mantienen en la ONU, en torno a ese tema y al de los derechos humanos, otros líderes mundiales teóricamente demócratas.
Algunos medios italianos se refieren a Bush como "el presidente de la libertad", mientras recuerdan a sus silenciosos colegas su vergonzoso silencio ante las tiranías que asolan el mundo.
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