José Bono habló anoche en el foro "Diálogos Córdoba" y lo hizo exhibiendo un socialismo atractivo y añorado, que está situado a años luz del que impulsa Zapatero. Sin decirlo y con un estilo elegante y cauto, el exministro de Defensa se postuló como una alternativa socialista diferente, por si el "zapaterismo", como muchos creen, es derrotado por el voto indignado de la sociedad española.
Ante una sala repleta, aunque con ausencias de socialistas relevantes, que aplaudió hasta cansarse, Bono, que se autodefinió como "un político" sincero y autónomo "incluso de los que te apoyan, que es lo más difícil", afirmó que "ser socialista en el siglo XXI es ser solidario, defensor de la igualdad de derechos y moderado" y advirtió que "el intransigente debe buscar otro partido".
"El socialista auténtico escucha al que discrepa, norma de educación e inteligencia, entre otras razones porque el que discrepa puede tener razón", dijo.
Después afirmó que no se puede ser socialista y, al mismo tiempo, nacionalista, porque "el nacionalismo es la búsqueda del privilegio y la ventaja, oponerse a la igualdad".
Fue tajante al afirmar que "los derechos son de las personas, no de los pueblos" y hablo de "la paradoja sangrante y despreciable que significa defender un territorio o un pueblo atenazando a las personas". Como si estuviera advirtiendo a alguien concreto, afirmó: "Nada hay más despreciable que el club de los infalibles, el de los que creen que siempre tienen la razón".
Se presentó ante la audiencia como un "rebelde con causa", pero dijo que la suya es una rebeldía "serena, sin estridencias".
Aludiendo a la memoria histórica y a los odios que desata el analisis político del pasado, afirmo: "Cuando murió el dictador, a muchos se nos acabó la rabia. No creo que este sea el momento de luchar contra una dictadura que ya no existe".
Especialmente claro fue cuando tocó el concepto de Patria: "No soy apátrida; tengo Patria y esa patria es España", afirmo y criticó después con fuerza a los que creen que el concepto de Patria está trasnochado.
Nunca dijo en su conferencia que discrepaba de Zapatero y de su tipo de socialismo, pero nadie dejó de pensarlo cuando escuchaba sus palabras, sobre todo cuando se refería a la Patria, al nacionalismo y a ETA con tesis situadas en las antípodas de las de ZP.
Sobre el nacionalismo afirmó que "lo más contrario a un Estado democrático es el privilegio y la lucha por legalizar las diferencias y ventajas". Tras recordar que algunos son tan ridículos que quieren montar un Estado en torno al factor RH, afirmó que apenas existen diferencias entre los hombres de distintas razas y religiones. En concreto, dijo que el genoma humano demuestra que apenas puede haber un 0,2 por ciento de diferencias entre un homosexual y un hetero o entre uno del PSOE y uno del PP. Después advirtió que "lo que hace grande a España no son las diferencias, sino las semejanzas, que hay muchas". "Juntos podemos más que separados; eso es ser español".
¿Hasta cuando vamos a alimentar las xenofobias y las diferencias?, se preguntó, para afirmar, en el momento más rotundo de la conferencia, que "es política y moralmente obsceno querer tener más derechos y privilegios por pagar más impuestos y tener más riqueza". Se refería, obviamente, al Estatuto de Cataluña, impulsado por Zapatero.
Refiriendose al PP, condenó su reciente utilización del himno y de la bandera como exclusivos, como armas arrojadizas, afirmando que esos símbolos patrios son patrimonio de todos, aunque algunos, lamentablemente, sientan vergüenza de ellos.
En el coloquio le preguntaron por De Juan Chaos y dijo que él estaba con el gobierno porque en un asunto como la lucha antiterrorista siempre hay que estar con el gobierno, aunque se equivoque, pero afirmó que a él no le interesaba la vida del asesino y que habría deseado que hiciera la huelga de hambre hasta el final, pero antes de haber asesinado a 25 personas.
A otra pregunta sobre trasvases y política de aguas dijo que "el agua de España es de todos lo españoles y de ninguno en particular" y criticó a los que aprueban el trasvase Tajo Segura y se niegan a ceder agua del Ebro, agua de la desembocadura, que va al mar.
Ante una sala repleta, aunque con ausencias de socialistas relevantes, que aplaudió hasta cansarse, Bono, que se autodefinió como "un político" sincero y autónomo "incluso de los que te apoyan, que es lo más difícil", afirmó que "ser socialista en el siglo XXI es ser solidario, defensor de la igualdad de derechos y moderado" y advirtió que "el intransigente debe buscar otro partido".
"El socialista auténtico escucha al que discrepa, norma de educación e inteligencia, entre otras razones porque el que discrepa puede tener razón", dijo.
Después afirmó que no se puede ser socialista y, al mismo tiempo, nacionalista, porque "el nacionalismo es la búsqueda del privilegio y la ventaja, oponerse a la igualdad".
Fue tajante al afirmar que "los derechos son de las personas, no de los pueblos" y hablo de "la paradoja sangrante y despreciable que significa defender un territorio o un pueblo atenazando a las personas". Como si estuviera advirtiendo a alguien concreto, afirmó: "Nada hay más despreciable que el club de los infalibles, el de los que creen que siempre tienen la razón".
Se presentó ante la audiencia como un "rebelde con causa", pero dijo que la suya es una rebeldía "serena, sin estridencias".
Aludiendo a la memoria histórica y a los odios que desata el analisis político del pasado, afirmo: "Cuando murió el dictador, a muchos se nos acabó la rabia. No creo que este sea el momento de luchar contra una dictadura que ya no existe".
Especialmente claro fue cuando tocó el concepto de Patria: "No soy apátrida; tengo Patria y esa patria es España", afirmo y criticó después con fuerza a los que creen que el concepto de Patria está trasnochado.
Nunca dijo en su conferencia que discrepaba de Zapatero y de su tipo de socialismo, pero nadie dejó de pensarlo cuando escuchaba sus palabras, sobre todo cuando se refería a la Patria, al nacionalismo y a ETA con tesis situadas en las antípodas de las de ZP.
Sobre el nacionalismo afirmó que "lo más contrario a un Estado democrático es el privilegio y la lucha por legalizar las diferencias y ventajas". Tras recordar que algunos son tan ridículos que quieren montar un Estado en torno al factor RH, afirmó que apenas existen diferencias entre los hombres de distintas razas y religiones. En concreto, dijo que el genoma humano demuestra que apenas puede haber un 0,2 por ciento de diferencias entre un homosexual y un hetero o entre uno del PSOE y uno del PP. Después advirtió que "lo que hace grande a España no son las diferencias, sino las semejanzas, que hay muchas". "Juntos podemos más que separados; eso es ser español".
¿Hasta cuando vamos a alimentar las xenofobias y las diferencias?, se preguntó, para afirmar, en el momento más rotundo de la conferencia, que "es política y moralmente obsceno querer tener más derechos y privilegios por pagar más impuestos y tener más riqueza". Se refería, obviamente, al Estatuto de Cataluña, impulsado por Zapatero.
Refiriendose al PP, condenó su reciente utilización del himno y de la bandera como exclusivos, como armas arrojadizas, afirmando que esos símbolos patrios son patrimonio de todos, aunque algunos, lamentablemente, sientan vergüenza de ellos.
En el coloquio le preguntaron por De Juan Chaos y dijo que él estaba con el gobierno porque en un asunto como la lucha antiterrorista siempre hay que estar con el gobierno, aunque se equivoque, pero afirmó que a él no le interesaba la vida del asesino y que habría deseado que hiciera la huelga de hambre hasta el final, pero antes de haber asesinado a 25 personas.
A otra pregunta sobre trasvases y política de aguas dijo que "el agua de España es de todos lo españoles y de ninguno en particular" y criticó a los que aprueban el trasvase Tajo Segura y se niegan a ceder agua del Ebro, agua de la desembocadura, que va al mar.
Comentarios: