Si de verdad hay algún país que quiera lograr la libertad para Birmania, sólo tiene que iniciar un movimiento de boicot a los Juegos Olímpicos de Pekin.
El Partido Comunista que gobierna China, ante el miedo a un fracaso de sus olimpiadas, concebidas como foco propagandístico para relanzarse como potencia mundial, dejará caer al gobierno militar opresor que ahora apoya con todas sus fuerzas.
El movimiento de protesta birmano contra la dictadura opresora, encabezado por los monjes budistas y secundado por la mayoría de la población, merece la victoria frente a esa sucia casta de militares asesinos que no han dudado en disparar a matar contra un pueblo desarmado.
El boicot a las olimpiadas chinas es el único camino.
El Partido Comunista que gobierna China, ante el miedo a un fracaso de sus olimpiadas, concebidas como foco propagandístico para relanzarse como potencia mundial, dejará caer al gobierno militar opresor que ahora apoya con todas sus fuerzas.
El movimiento de protesta birmano contra la dictadura opresora, encabezado por los monjes budistas y secundado por la mayoría de la población, merece la victoria frente a esa sucia casta de militares asesinos que no han dudado en disparar a matar contra un pueblo desarmado.
El boicot a las olimpiadas chinas es el único camino.
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