En Vasconia, surge impulsivo un nuevo partido emanado de las entrañas de la organización Basta Ya. Socialistas hastiados de tejemanejes y personajes cansados de artimañas han levantado sus armas contra la «nefasta política» de Zapatero. Son los descontentos del tinglado, fugitivos del bipartidismo antagónico. Entre ellos, se alza la voz limpia y valiente de Rosa Díez y la contextura filosófica de F. Savater.
La contundente iniciativa con vocación de implantación nacional promueve, en una España federal e igualitaria, entablar el combate firme contra el terror etarra, caminar por vías opuestas al nacionalismo obligatorio y fascista, emprender la "regeneración democrática" de España y la necesaria reforma de la Constitución, para reforzar las libertades ciudadanas y la igualdad, replanteando, con independencia del lugar de residencia, el actual modelo territorial, sólido y compuesto de autonomías "con idénticas competencias". Trata de ofrecer una alternativa al actual sistema de partidos, que puede evitar los pactos obligados con los nacionalistas, para formar mayorías parlamentarias. Pretende, aportando sus propuestas políticas sobre los problemas más acuciantes, definir su programa y concurrir a las próximas elecciones generales.
A fin de incorporar adhesiones, explican, que el partido está «abierto a cualquiera que apoye su programa, objetivos e ideas básicas», por lo que quiere unirse a Ciudadanos de Cataluña, si «comparte sus compromisos y las líneas maestras del proyecto». Apuntan la «ventaja» de que “nace libre de las hipotecas territoriales y clientelares» y que su principal compromiso reside en afrontar «una política de Estado contra los grupos terroristas, sin concesiones políticas, independiente del partido gobernante y de pruritos personales y, por tanto, lejos de las contingencias que han arruinado el eficaz y añorado Pacto Antiterrorista». Se proponen «la reforma de la Ley Electoral para impedir expresamente la carga excesiva de los nacionalismos periféricos y las distorsiones» que «imponen al sistema constitucional y a la voluntad ciudadana expresada en las elecciones, como ha ocurrido con la reforma del Estatuto catalán».
La propuesta ideológica reencarna y resuelve la consistencia del repudio, hartazgo y profundo desencanto arrastrado por la política pronacionalista de R. Zapatero, reflejada fundamentalmente en la quiebra del principio de igualdad de todos los españoles y en el abatimiento del Estado para satisfacción de los nacionalismos soberanistas. Premisa importante es la idea de impulsar, desde un centroizquierda, el cambio esencial en España. Francia acaba de conocer un fenómeno similar que abre la caja de reformas estructurales del Estado y la sociedad francesa. Sarkozy con el apoyo de notables pensadores, ha representado el cambio que necesita Francia.
La oportunidad y necesidad de la opción parece clara. El éxito de su propuesta está en manos del futuro. En todo caso, viene a concienciar de la situación, no sólo con la denuncia, sino instando las medidas para acometer el cambio profundo que necesita España. La encrucijada actual requiere un factor discursivo que actúe de orientación políticosocial y de formación del contingente crítico que fermente el revulsivo transformador.
Más que generar un nuevo partido era preciso revitalizar el espíritu y el proyecto político nacional que suscitó la Modélica Transición.
Camilo Valverde-Mudarra y Carrillo
La contundente iniciativa con vocación de implantación nacional promueve, en una España federal e igualitaria, entablar el combate firme contra el terror etarra, caminar por vías opuestas al nacionalismo obligatorio y fascista, emprender la "regeneración democrática" de España y la necesaria reforma de la Constitución, para reforzar las libertades ciudadanas y la igualdad, replanteando, con independencia del lugar de residencia, el actual modelo territorial, sólido y compuesto de autonomías "con idénticas competencias". Trata de ofrecer una alternativa al actual sistema de partidos, que puede evitar los pactos obligados con los nacionalistas, para formar mayorías parlamentarias. Pretende, aportando sus propuestas políticas sobre los problemas más acuciantes, definir su programa y concurrir a las próximas elecciones generales.
A fin de incorporar adhesiones, explican, que el partido está «abierto a cualquiera que apoye su programa, objetivos e ideas básicas», por lo que quiere unirse a Ciudadanos de Cataluña, si «comparte sus compromisos y las líneas maestras del proyecto». Apuntan la «ventaja» de que “nace libre de las hipotecas territoriales y clientelares» y que su principal compromiso reside en afrontar «una política de Estado contra los grupos terroristas, sin concesiones políticas, independiente del partido gobernante y de pruritos personales y, por tanto, lejos de las contingencias que han arruinado el eficaz y añorado Pacto Antiterrorista». Se proponen «la reforma de la Ley Electoral para impedir expresamente la carga excesiva de los nacionalismos periféricos y las distorsiones» que «imponen al sistema constitucional y a la voluntad ciudadana expresada en las elecciones, como ha ocurrido con la reforma del Estatuto catalán».
La propuesta ideológica reencarna y resuelve la consistencia del repudio, hartazgo y profundo desencanto arrastrado por la política pronacionalista de R. Zapatero, reflejada fundamentalmente en la quiebra del principio de igualdad de todos los españoles y en el abatimiento del Estado para satisfacción de los nacionalismos soberanistas. Premisa importante es la idea de impulsar, desde un centroizquierda, el cambio esencial en España. Francia acaba de conocer un fenómeno similar que abre la caja de reformas estructurales del Estado y la sociedad francesa. Sarkozy con el apoyo de notables pensadores, ha representado el cambio que necesita Francia.
La oportunidad y necesidad de la opción parece clara. El éxito de su propuesta está en manos del futuro. En todo caso, viene a concienciar de la situación, no sólo con la denuncia, sino instando las medidas para acometer el cambio profundo que necesita España. La encrucijada actual requiere un factor discursivo que actúe de orientación políticosocial y de formación del contingente crítico que fermente el revulsivo transformador.
Más que generar un nuevo partido era preciso revitalizar el espíritu y el proyecto político nacional que suscitó la Modélica Transición.
Camilo Valverde-Mudarra y Carrillo
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