Le ha asegurado a Casado que ella sabe como derrotar al sanchismo y que Madrid seá el gan escaparate que deslumbre a España y expulse del poder al sanchismo cutre
En de su batalla general contra el sanchismo, Isabel Díaz Ayuso ha desafiado a Sánchez anunciando una rebaja urgente del IRPF, de 300 millones, uniéndose a la España que quiere crecer en libertad y con impuestos bajos, justo lo contrario de lo que proclama el programa del PSOE contaminado por el sanchismo. Con esa rebaja de impuestos, la presidenta de Madrid lanza el mensaje de que el sanchismo es despilfarrador y codicioso porque el gobierno de España podría vivir perfectamente con menos ingresos fiscales.
Su bajada de impuestos es una patada al sanchismo donde más le duele y el primer golpe de una escalada que quiere finalizar en la ruina de Sánchez y sus métodos, entre los que destacan aliados indeseables, amistad con los enemigos de España y una España asfixiada por los impuestos donde el Estado sea cada día más poderoso y la empresa retroceda.
Ayuso quiere convertir a Madrid primero en un muro para contener al socialismo y después en una plataforma deslumbrante de desarrollo y libertad que convenza a los españoles que el sanchismo es un cutrerío ruinoso que sólo conduce a la esclavitud, la disgregación y la pobreza.
Ella sostiene que la austeridad debe empezar por los políticos y, en consecuencia, ha eliminado las vicepresidencias y reducido el número de consejerías. En su primera etapa, aprobará ayudas a la maternidad, bajará todavía más los impuestos, demostrando que España puede vivir con menos dinero del que el gobierno despilfarra, y ayuda a los jóvenes.
Su estilo de gobierno es justo el lado opuesto de lo que hace el sanchismo, que impone sus ideas contra viento y marea, despreciando la voluntad popular. Las que aprueba Ayuso son, precisamente, aquellas medidas que el pueblo de Madrid desea.
El espíritu de Ayuso es respetar la voluntad popular, no forzarla con medidas contrarias, como hacen los socialistas indultando a delincuentes golpistas catalanes, en contra de casi dos tercios de los españoles, comprando medios de comunicación y periodistas, despilfarrando, endeudando a España sin medida, mintiendo, engañando y subiendo los impuestos hasta lograr que los ciudadanos se sientan expoliados.
Ayuso está copiando o adaptando en parte el estilo que ha hecho de VOX un partido de crecimiento fulgurante: recoger en su programa los sentimientos y deseos de la mayoría ciudadana.
Ella explica que el PSOE ha cosechado en Madrid una derrota imponente, que le relega al tercer puesto, por gobernar contra la voluntad popular imponiendo medidas que el pueblo rechaza, como el recorte de libertades y derechos y la subida de impuestos. Ella explica en sus conversaciones que la derrota del socialismo en Madrid ha sido la derrota de la soberbia y la arrogancia de un partido que se cree con derecho a doblegar al pueblo.
En un momento de su intervención de investidura expreso su intención de blindar las competencias fiscales de la comunidad de Madrid frente a los asaltos que proyecta el sanchismo y afirmó: "Nuestra fiscalidad es la más parecida a la del resto de Europa, donde no existen ni el impuesto al patrimonio ni el de sucesiones y donaciones".
Finalmente, cree firmemente que la misma receta que sirvió para humillar al PSOE sanchista en Madrid servirá para expulsarlo de la Moncloa. También cree que Pedro Sánchez es un tipo tan rechazado y hasta odiado por los españoles, incluso por muchos de sus antiguos votantes socialistas, que basta denunciar sus abusos y fracasos, esos que oculta gracias a su control de la prensa comprada, y hacerle frente con dureza y entereza para derrotarle.
Francisco Rubiales
Su bajada de impuestos es una patada al sanchismo donde más le duele y el primer golpe de una escalada que quiere finalizar en la ruina de Sánchez y sus métodos, entre los que destacan aliados indeseables, amistad con los enemigos de España y una España asfixiada por los impuestos donde el Estado sea cada día más poderoso y la empresa retroceda.
Ayuso quiere convertir a Madrid primero en un muro para contener al socialismo y después en una plataforma deslumbrante de desarrollo y libertad que convenza a los españoles que el sanchismo es un cutrerío ruinoso que sólo conduce a la esclavitud, la disgregación y la pobreza.
Ella sostiene que la austeridad debe empezar por los políticos y, en consecuencia, ha eliminado las vicepresidencias y reducido el número de consejerías. En su primera etapa, aprobará ayudas a la maternidad, bajará todavía más los impuestos, demostrando que España puede vivir con menos dinero del que el gobierno despilfarra, y ayuda a los jóvenes.
Su estilo de gobierno es justo el lado opuesto de lo que hace el sanchismo, que impone sus ideas contra viento y marea, despreciando la voluntad popular. Las que aprueba Ayuso son, precisamente, aquellas medidas que el pueblo de Madrid desea.
El espíritu de Ayuso es respetar la voluntad popular, no forzarla con medidas contrarias, como hacen los socialistas indultando a delincuentes golpistas catalanes, en contra de casi dos tercios de los españoles, comprando medios de comunicación y periodistas, despilfarrando, endeudando a España sin medida, mintiendo, engañando y subiendo los impuestos hasta lograr que los ciudadanos se sientan expoliados.
Ayuso está copiando o adaptando en parte el estilo que ha hecho de VOX un partido de crecimiento fulgurante: recoger en su programa los sentimientos y deseos de la mayoría ciudadana.
Ella explica que el PSOE ha cosechado en Madrid una derrota imponente, que le relega al tercer puesto, por gobernar contra la voluntad popular imponiendo medidas que el pueblo rechaza, como el recorte de libertades y derechos y la subida de impuestos. Ella explica en sus conversaciones que la derrota del socialismo en Madrid ha sido la derrota de la soberbia y la arrogancia de un partido que se cree con derecho a doblegar al pueblo.
En un momento de su intervención de investidura expreso su intención de blindar las competencias fiscales de la comunidad de Madrid frente a los asaltos que proyecta el sanchismo y afirmó: "Nuestra fiscalidad es la más parecida a la del resto de Europa, donde no existen ni el impuesto al patrimonio ni el de sucesiones y donaciones".
Finalmente, cree firmemente que la misma receta que sirvió para humillar al PSOE sanchista en Madrid servirá para expulsarlo de la Moncloa. También cree que Pedro Sánchez es un tipo tan rechazado y hasta odiado por los españoles, incluso por muchos de sus antiguos votantes socialistas, que basta denunciar sus abusos y fracasos, esos que oculta gracias a su control de la prensa comprada, y hacerle frente con dureza y entereza para derrotarle.
Francisco Rubiales
Comentarios: