La fiscalía ha actuado por fin contra las 4 clínicas abortistas ilegales barcelonesas y ha detenido a su responsable. Los abortos que allí se practicaban eran auténticos infanticidios, realizados a madres con hasta siete meses cumplidos de embarazo.
Pero lo que realmente sorprende e indigna es que, para que se haya producido la intervención de la justicia, haya sido necesario que el delito, practicado impunemente durante años, haya tenido que ser denunciado previamente por medios tan diversos como la TV danesa, The Sunday Telegraph, el Centro Tomás Moro, la plataforma Hazte oir, la asociación de víctimas del aborto y últimamente e-cristians.
Tambien produce nauseas la pasividad cobarde de los intelectuales y periodistas "progres" o sometidos al poder dominante, capaces de escandalizarse ante la religión, la inquisición o la violencia fascista, pero practicando el silencio cómplice cuando se asesinan vidas incipientes en los vientres maternos.
España es el país de la UE con mayor incremento de abortos. De nada le ha servido a las autoridades la distribución masiva de píldoras abortivas del "día después" para frenarlos.
A millones de españoles que todavía conservan la conciencia, la decencia y el espíritu de la democracia nos avergüenza que nuestra nación irrespete cada día más los derechos humanos básicos. Es incomprensible el abuso y la violencia con el gestante de seis o siete meses, un ser humano ya prácticamente formado que es impunemente asesinado sin que la autoridad pública los proteja.
¿Dónde están los políticos defensores de los derechos humanos en España? ¿Dónde están las ONGs humanitarias? ¿Estarán pidiendo subvenciones en los ministerios y consejerías?
Lo que está claro es que ni unos ni otras se encontraban en las puertas de las clínicas abortistas.
Pero lo que realmente sorprende e indigna es que, para que se haya producido la intervención de la justicia, haya sido necesario que el delito, practicado impunemente durante años, haya tenido que ser denunciado previamente por medios tan diversos como la TV danesa, The Sunday Telegraph, el Centro Tomás Moro, la plataforma Hazte oir, la asociación de víctimas del aborto y últimamente e-cristians.
Tambien produce nauseas la pasividad cobarde de los intelectuales y periodistas "progres" o sometidos al poder dominante, capaces de escandalizarse ante la religión, la inquisición o la violencia fascista, pero practicando el silencio cómplice cuando se asesinan vidas incipientes en los vientres maternos.
España es el país de la UE con mayor incremento de abortos. De nada le ha servido a las autoridades la distribución masiva de píldoras abortivas del "día después" para frenarlos.
A millones de españoles que todavía conservan la conciencia, la decencia y el espíritu de la democracia nos avergüenza que nuestra nación irrespete cada día más los derechos humanos básicos. Es incomprensible el abuso y la violencia con el gestante de seis o siete meses, un ser humano ya prácticamente formado que es impunemente asesinado sin que la autoridad pública los proteja.
¿Dónde están los políticos defensores de los derechos humanos en España? ¿Dónde están las ONGs humanitarias? ¿Estarán pidiendo subvenciones en los ministerios y consejerías?
Lo que está claro es que ni unos ni otras se encontraban en las puertas de las clínicas abortistas.
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