Está claro lo de Epicteto; como también lo está esto otro, que Abraham Lincoln no escribió las palabras que siguen para Hugo Chávez, pero a éste le vienen o van como alianza al anular: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.
Como acaeciera anteayer, muchos venezolanos, muchísimos, volvieron a recorrer ayer las calles del centro capitalino, caraqueño, para protestar por la negativa gubernativa, chavista, a renovar la concesión de la licencia de transmisión al canal Radio Caracas Televisión (RCTV), tras 53 años de emisiones ininterrumpidas y encabezando los índices de audiencia. Quizá, si agregamos al último motivo aducido este otro, que el susodicho operador es muy crítico con el máximo mandatario venezolano, hallemos la razón que explique la mentada y lamentable negativa de Chávez.
Las consignas de “no al cierre” y sí a la “libertad de expresión” no lograron ablandar el corazón ni persuadir el pesquis del dirigente bolivariano, que no reconsiderará su medida ruin de poner fin a la concesión de la licencia, que venció a las 00 horas de hoy, lunes, 28 de mayo de 2007.
Para RCTV el fallo del Tribunal Supremo de Justicia, que permite al Gobierno ocupar su red y hacer uso del equipo y las infraestructuras a la nueva televisión concesionaria, Televisión Venezolana Social (TVES), que está en la cuerda de Chávez, es eso, un fallo morrocotudo, una resolución torticera. Según el director general de RCTV, Marcel Granier, “consideramos que esta medida es anticonstitucional e ilegal, pues violenta nuestros derechos a la defensa, al debido proceso, a la propiedad y a la libertad de expresión”.
Servidor se solidariza de buen grado con quienes han protestado y no callan ante la evidente injusticia o atropello. Y es que, si queremos aprender la lección, la sabia Historia nos abastece, nutre y/o suministra innumerables ejemplos o anécdotas que, reunidas, juntadas, fundidas, conforman una categoría, ésta: cuánto puede perjudicar la falta de empatía y la indolencia o dejadez a quienes no se rebelaron a su debido tiempo u hora, porque quienes hoy prefieren hacer la vista gorda, los oídos sordos y/o enmudecer, sin darse cuenta, están abriendo de par en par las puertas y las ventanas para ser los mejores candidatos para padecer excesos similares mañana.
En verdad, resulta imposible hacer ver a un cafre su crueldad, mientras en su fuero interno o conciencia se tenga por digno.
E. S. O., un andoba de Cornago
Como acaeciera anteayer, muchos venezolanos, muchísimos, volvieron a recorrer ayer las calles del centro capitalino, caraqueño, para protestar por la negativa gubernativa, chavista, a renovar la concesión de la licencia de transmisión al canal Radio Caracas Televisión (RCTV), tras 53 años de emisiones ininterrumpidas y encabezando los índices de audiencia. Quizá, si agregamos al último motivo aducido este otro, que el susodicho operador es muy crítico con el máximo mandatario venezolano, hallemos la razón que explique la mentada y lamentable negativa de Chávez.
Las consignas de “no al cierre” y sí a la “libertad de expresión” no lograron ablandar el corazón ni persuadir el pesquis del dirigente bolivariano, que no reconsiderará su medida ruin de poner fin a la concesión de la licencia, que venció a las 00 horas de hoy, lunes, 28 de mayo de 2007.
Para RCTV el fallo del Tribunal Supremo de Justicia, que permite al Gobierno ocupar su red y hacer uso del equipo y las infraestructuras a la nueva televisión concesionaria, Televisión Venezolana Social (TVES), que está en la cuerda de Chávez, es eso, un fallo morrocotudo, una resolución torticera. Según el director general de RCTV, Marcel Granier, “consideramos que esta medida es anticonstitucional e ilegal, pues violenta nuestros derechos a la defensa, al debido proceso, a la propiedad y a la libertad de expresión”.
Servidor se solidariza de buen grado con quienes han protestado y no callan ante la evidente injusticia o atropello. Y es que, si queremos aprender la lección, la sabia Historia nos abastece, nutre y/o suministra innumerables ejemplos o anécdotas que, reunidas, juntadas, fundidas, conforman una categoría, ésta: cuánto puede perjudicar la falta de empatía y la indolencia o dejadez a quienes no se rebelaron a su debido tiempo u hora, porque quienes hoy prefieren hacer la vista gorda, los oídos sordos y/o enmudecer, sin darse cuenta, están abriendo de par en par las puertas y las ventanas para ser los mejores candidatos para padecer excesos similares mañana.
En verdad, resulta imposible hacer ver a un cafre su crueldad, mientras en su fuero interno o conciencia se tenga por digno.
E. S. O., un andoba de Cornago
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