En “Perro callejero”, su hacedor, Martin Amis, nos presenta un nuevo tipo humano (para que lo agreguemos a la nutrida y ya clásica colección de máscaras) que, al parecer, hace furor y ha encontrado acomodo o su hábitat natural en las sociedades contemporáneas del primer mundo: el del imbécil, mas poseedor de un cociente intelectual superior a la media, quiero decir, una persona avispada, pero incapaz de sentir o tener los mínimos respeto, solidaridad y tolerancia por los idearios y las expectativas de los demás, de empatizar o simpatizar con los otros.
A quien se haya dado por aludido/a, le recomiendo con encarecimiento que lea la novela de cabo a rabo y con suma atención, por si se ve retratado/a fiel y hasta pintiparadamente en ella y, ante tan bochornoso, vergonzoso e inconcuso reconocimiento, decide cambiar con perentoriedad de actitud y comportamiento.
Ángel Sáez García
A quien se haya dado por aludido/a, le recomiendo con encarecimiento que lea la novela de cabo a rabo y con suma atención, por si se ve retratado/a fiel y hasta pintiparadamente en ella y, ante tan bochornoso, vergonzoso e inconcuso reconocimiento, decide cambiar con perentoriedad de actitud y comportamiento.
Ángel Sáez García