El gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez, ha salido al paso avisando al Gobierno de que va por el camino erróneo, que el desaforado gasto no resuelve la recesión, es necesario reducir y abrazar la austeridad, que está en peligro el sistema de pensiones y son precisas medidas correctoras, porque el erario público no se puede vaciar y agotar. El hombre, F. Ordóñez, quiso intervenir la Caja Castilla La Mancha (CCM), pero el Gobierno de ZP, se lo impidió para salvar a sus amiguetes socialistas colocados en el Consejo de Administración; luego, cuando se hizo, ya era tarde, habían mareado la perdiz innecesariamente" durante varios meses, lo que puso al borde del infarto financiero a la caja. La hambruna de estos politiquillos ha convertido las Cajas de Ahorro en refugio y pasto de sus ambiciones.
Pues bien, su diagnóstico, que ha venido a coincidir con las previsiones del FMI, advirtiendo que, en España, la recesión durará un año y medio o dos, el PIB caerá un 3% y, el año próximo, el paro llegará al 20%, ha hecho saltar, sin dilación, a varios ministros, atajando sus apreciaciones y tildándolo de alarmista y equivocado; ellos que nos han dejado caer en este desastre y no saben tomar las medidas oportunas, son los que impulsaron la fusión de CCM con otras cajas de ahorro, a sabiendas de que se producía sobre unas cuentas falseadas, y los que, no reconociendo la existencia de la crisis, para tomar a tiempo las medidas necesarias, han provocado una situación aún más grave, a la que el sistema financiero no puede ser inmune. El aumento del paro de marzo demuestra que la situación se agrava y que el problema económico-financiero, en España, va a durar más que en el marco europeo, por no haberlo atajado en su momento.
Las alegrías de ZP chocan contra las advertencias del FMI y del Banco de España; sus voces autorizadas, al pronosticar que la gravedad, lejos de amainar, irá en aumento, aconsejan racionalizar el gasto público; no siendo necesario recortar el gasto social, el Gobierno debe poner fin al derroche que suponen las autonomías y al dispendio, que bajo la etiqueta de cultura, sindicatos y otros inventos, se dilapida en financiar la propaganda encubierta de los partidos políticos. Si no se hace así, esta crisis de confianza se enquistará y ya no habrá remedio. ZP, al no querer ver sus errores y no enmendar sus políticas ineficaces, sólo hará que el enfermo caiga en coma y se apague definitivamente.
Además es preciso, y aquí los deberes corresponden a empresarios y gobierno, incrementar nuestra productividad, acomodándola a un modelo económico más competitivo y acorde con los tiempos. La Confederación de Cajas de Ahorro insta al Gobierno a entablar un plan de contingencia para el sistema financiero, que pueda responder a riegos catastróficos. Aquí, se requiere, no un cambio de ministros, sino un estricto proceso de austeridad y ahorro, una profunda reforma laboral, un cambio radical de política, en definitiva, un frenazo en seco, un corte por lo sano y convocatoria de elecciones.
C. Mudarra
Pues bien, su diagnóstico, que ha venido a coincidir con las previsiones del FMI, advirtiendo que, en España, la recesión durará un año y medio o dos, el PIB caerá un 3% y, el año próximo, el paro llegará al 20%, ha hecho saltar, sin dilación, a varios ministros, atajando sus apreciaciones y tildándolo de alarmista y equivocado; ellos que nos han dejado caer en este desastre y no saben tomar las medidas oportunas, son los que impulsaron la fusión de CCM con otras cajas de ahorro, a sabiendas de que se producía sobre unas cuentas falseadas, y los que, no reconociendo la existencia de la crisis, para tomar a tiempo las medidas necesarias, han provocado una situación aún más grave, a la que el sistema financiero no puede ser inmune. El aumento del paro de marzo demuestra que la situación se agrava y que el problema económico-financiero, en España, va a durar más que en el marco europeo, por no haberlo atajado en su momento.
Las alegrías de ZP chocan contra las advertencias del FMI y del Banco de España; sus voces autorizadas, al pronosticar que la gravedad, lejos de amainar, irá en aumento, aconsejan racionalizar el gasto público; no siendo necesario recortar el gasto social, el Gobierno debe poner fin al derroche que suponen las autonomías y al dispendio, que bajo la etiqueta de cultura, sindicatos y otros inventos, se dilapida en financiar la propaganda encubierta de los partidos políticos. Si no se hace así, esta crisis de confianza se enquistará y ya no habrá remedio. ZP, al no querer ver sus errores y no enmendar sus políticas ineficaces, sólo hará que el enfermo caiga en coma y se apague definitivamente.
Además es preciso, y aquí los deberes corresponden a empresarios y gobierno, incrementar nuestra productividad, acomodándola a un modelo económico más competitivo y acorde con los tiempos. La Confederación de Cajas de Ahorro insta al Gobierno a entablar un plan de contingencia para el sistema financiero, que pueda responder a riegos catastróficos. Aquí, se requiere, no un cambio de ministros, sino un estricto proceso de austeridad y ahorro, una profunda reforma laboral, un cambio radical de política, en definitiva, un frenazo en seco, un corte por lo sano y convocatoria de elecciones.
C. Mudarra
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