Hoy, 12 de octubre, debería ser el día que los españoles dedican a la regeneración y al resurgimiento, un día de libertad en el que soñemos y trabajemos juntos por recuperar lo que los malditos políticos nos han arrebatado: la grandeza. Si amamos a España, debemos amar también su dignidad, su grandeza y sus valores.
Desde el poder se han apoderado de la cultura, han comprado voluntades, medios y votos con nuestro dinero y nos están imponiendo un pensamiento rastrero y lleno de cobardía, culto a la mediocridad y desprecio al pasado glorioso de la nación.
Si amas a tu patria te llaman facha; si luchar por la prosperidad te llaman facha; si quieres una nación unida y fuerte también te llaman facha. Para la gente degradada que milita en las filas del odio y la corrupción, fachas somos los que queremos resurgir, los que amamos a nuestro Creador, los que queremos una Justicia independiente, valoramos el esfuerzo y el trabajo, los que respetamos a las empresas que son justas y crean empleo, los que respetamos a las víctimas del terrorismo, los que defendemos la propiedad privada, los que queremos un inmigración ordenada y de personas decentes, lo que queremos un Estado de Derecho, los que no queremos que el gobierno nos robe con impuestos confiscatorios, lo que deseamos la unidad de España, lo que odiamos la corrupción y el abuso de poder, los que respetamos las leyes y las cumplimos...
En la España que nos han creado las izquierdas gobernantes y las derechas cobardes y acomplejadas que las imitan y comparten bajeza con ellas, casi siempre unidas en obscenas alianzas con los nacionalismos que odian nuestra nación, ser facha equivale a ser decente, digno, valiente y demócrata.
Hoy, día de nuestra Fiesta Nacional, tenemos el deber de ser más rebeldes que nunca frente a la ignominia que nos quieren imponer desde el gobierno, donde piden austeridad al pueblo mientras ellos se suben los sueldos y derrochan, donde nos exprimen con impuestos injustos, donde benefician a los suyos y marginan a los que pensamos diferente, donde apuestan cada día por la decadencia y la injusticia, donde mandan los indeseables y se sientan en la mesa del Consejo de Ministro comunistas y totalitarios, donde la chusma que odia a España, compuesta por amigos del terrorismo, independentistas y golpistas, sostienen al presidente Pedro Sánchez y controlan la política y el Estado, donde la democracia y la Constitución son violadas a diario.
Los que nos gobiernan no tienen derecho moral alguno a hacerlo como lo están haciendo. Ganar unas elecciones, en auténtica democracia, no significa sentarse en la presidencia para desde allí hacer lo que se desee hasta el final de la legislatura. Los gobernantes están para hacer felices a sus ciudadanos y grandes y prósperas a las naciones. Si no cumplen con esos deberes y además son corruptos, injustos e indecentes, merecen ser expulsados del poder o forzados a dimitir.
Si el 12 de octubre celebramos la grandeza de España, el primer deber es recuperar esa grandeza, lo que equivale a sacudirse la decadencia, la injusticia, la corrupción, la bajeza, el despilfarro y la tiranía que gobierna nuestra nación.
Francisco Rubiales
Desde el poder se han apoderado de la cultura, han comprado voluntades, medios y votos con nuestro dinero y nos están imponiendo un pensamiento rastrero y lleno de cobardía, culto a la mediocridad y desprecio al pasado glorioso de la nación.
Si amas a tu patria te llaman facha; si luchar por la prosperidad te llaman facha; si quieres una nación unida y fuerte también te llaman facha. Para la gente degradada que milita en las filas del odio y la corrupción, fachas somos los que queremos resurgir, los que amamos a nuestro Creador, los que queremos una Justicia independiente, valoramos el esfuerzo y el trabajo, los que respetamos a las empresas que son justas y crean empleo, los que respetamos a las víctimas del terrorismo, los que defendemos la propiedad privada, los que queremos un inmigración ordenada y de personas decentes, lo que queremos un Estado de Derecho, los que no queremos que el gobierno nos robe con impuestos confiscatorios, lo que deseamos la unidad de España, lo que odiamos la corrupción y el abuso de poder, los que respetamos las leyes y las cumplimos...
En la España que nos han creado las izquierdas gobernantes y las derechas cobardes y acomplejadas que las imitan y comparten bajeza con ellas, casi siempre unidas en obscenas alianzas con los nacionalismos que odian nuestra nación, ser facha equivale a ser decente, digno, valiente y demócrata.
Hoy, día de nuestra Fiesta Nacional, tenemos el deber de ser más rebeldes que nunca frente a la ignominia que nos quieren imponer desde el gobierno, donde piden austeridad al pueblo mientras ellos se suben los sueldos y derrochan, donde nos exprimen con impuestos injustos, donde benefician a los suyos y marginan a los que pensamos diferente, donde apuestan cada día por la decadencia y la injusticia, donde mandan los indeseables y se sientan en la mesa del Consejo de Ministro comunistas y totalitarios, donde la chusma que odia a España, compuesta por amigos del terrorismo, independentistas y golpistas, sostienen al presidente Pedro Sánchez y controlan la política y el Estado, donde la democracia y la Constitución son violadas a diario.
Los que nos gobiernan no tienen derecho moral alguno a hacerlo como lo están haciendo. Ganar unas elecciones, en auténtica democracia, no significa sentarse en la presidencia para desde allí hacer lo que se desee hasta el final de la legislatura. Los gobernantes están para hacer felices a sus ciudadanos y grandes y prósperas a las naciones. Si no cumplen con esos deberes y además son corruptos, injustos e indecentes, merecen ser expulsados del poder o forzados a dimitir.
Si el 12 de octubre celebramos la grandeza de España, el primer deber es recuperar esa grandeza, lo que equivale a sacudirse la decadencia, la injusticia, la corrupción, la bajeza, el despilfarro y la tiranía que gobierna nuestra nación.
Francisco Rubiales
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