Si tuviera que elegir entre monarquía y república, en abstracto, me declararía republicano, pero si tengo que elegir entre la monarquía de Felipe VI y esa Tercera República Española que nos están promoviendo en las calles, heredera de la nefasta Segunda República, optaría por la monarquía, aun sabiendo que es un régimen con raíces medievales y poco acorde con una democracia de hombres libres.
Si la Tercera República Española estuviera inspirada en modelos como Estados Unidos, Alemania o Francia, muchos españoles de bien serían republicanos, pero ante una república alentada por izquierdistas irredentos, comunistas totalitarios y nacionalistas que odian a España, una monarquía como la española, a pesar de sus muchas carencias y vicios, es cien veces preferible.
Las leyes de la física son inamovibles y dicen que de padres totalitarios solo pueden nacer dictaduras y tiranías, del mismo modo que de los monos solo nacen monitos.
España es una nación harta de políticos y una República significa un político mas al frente del Estado, con su palacio, sus privilegios, sus aforamientos, sus dineros, sus ujieres, sus edecanes, su guardia de honor, su corte de funcionarios, burócratas y enchufados, sus familiares y amigos colocados y beneficiados y mas gasto, mucho mas gasto para un presupuesto español que ya no aguanta la inmensa horda de políticos que chupan a diario de la teta pública.
Resulta que la monarquía española es barata, mucho mas barata que las demás monarquías europeas y que las repúblicas mas acreditadas de Occidente. La Casa Real nos cuesta, oficialmente, poco mas de 8 millones de euros al año (aunque su coste real sea algo mayor), cantidad que no bastaría ni para pagar el vestuario y las vajillas de la monarquía británica o de la Presidencia de la República Francesa.
Se imagina usted a un Manolo Chaves como Presidente de la Tercera República Española? ¿No le entran ganas de ir al WC solo al pensarlo? ¿Se imagina a políticos como José Bono o Esperanza Aguirre paseando el nombre de España por el mundo, como presidentes de la República Española, sin saber idiomas y esparciendo el ridículo en foros y cónclaves interncionales?
Felipe VI lleva décadas preparándose, está formado ya y hemos invertido en él nuestro dinero. Sabe idiomas y ha aprendido a comportarse, lo que significa que ahorraremos en traductores y en ridículo mundial. Con un poco de suerte, Felipe dejará a España en buen lugar, al menos desde una óptica estética.
A la casta política española, despreciada, rechazada y hasta odiada por sus ciudadanos, le interesa que los españoles nos entretengamos en un debate estúpido entre Monarquía y República, cuando lo que España necesita es un debate serio sobre si queremos el sistema corrupto actual, una sucia oligarquía de partidos, o una verdadera democracia decente, un sistema que erradique para siempre a los corruptos, a los ineptos y a los delincuentes apalancados en el corazón del Estado.
Aceptaríamos en el futuro un referendum sobre si preferimos una Monarquía o una República, pero antes habría que preguntar a los ciudadanos si quieren o no un sistema con 17 autonomías descontroladas en gastos, en arrogancia y en luchas intestinas, o preguntar si queremos o no queremos un Estado tan gigantesco e inflado de políticos y enchufados como el que padecemos, en el que sobran un millón de funcionarios y 400.000 políticos que cobran del erario, sin otro mérito que tener carné de partido, sin aportar nada y sin ser necesarios. Mas importante que el referendum sobre Monarquía o República es el que pregunte a los ciudadanos si quieren partidos políticos tan corruptos, antidemocráticos y desvergonzados como los actuales, o si quieren o no que esos partidos, que son el verdadero cáncer de España, reciban subvenciones públicas y sean financiados con el dinero de nuestros impuestos.
Viendo la gente que promueve la Tercera República y los modelos que proponen, a cualquier español decente le entran ganas de vomitar y, aun sin querer hacerlo, se ve obligado a gritar ¡Viva el Rey!
Si la Tercera República Española estuviera inspirada en modelos como Estados Unidos, Alemania o Francia, muchos españoles de bien serían republicanos, pero ante una república alentada por izquierdistas irredentos, comunistas totalitarios y nacionalistas que odian a España, una monarquía como la española, a pesar de sus muchas carencias y vicios, es cien veces preferible.
Las leyes de la física son inamovibles y dicen que de padres totalitarios solo pueden nacer dictaduras y tiranías, del mismo modo que de los monos solo nacen monitos.
España es una nación harta de políticos y una República significa un político mas al frente del Estado, con su palacio, sus privilegios, sus aforamientos, sus dineros, sus ujieres, sus edecanes, su guardia de honor, su corte de funcionarios, burócratas y enchufados, sus familiares y amigos colocados y beneficiados y mas gasto, mucho mas gasto para un presupuesto español que ya no aguanta la inmensa horda de políticos que chupan a diario de la teta pública.
Resulta que la monarquía española es barata, mucho mas barata que las demás monarquías europeas y que las repúblicas mas acreditadas de Occidente. La Casa Real nos cuesta, oficialmente, poco mas de 8 millones de euros al año (aunque su coste real sea algo mayor), cantidad que no bastaría ni para pagar el vestuario y las vajillas de la monarquía británica o de la Presidencia de la República Francesa.
Se imagina usted a un Manolo Chaves como Presidente de la Tercera República Española? ¿No le entran ganas de ir al WC solo al pensarlo? ¿Se imagina a políticos como José Bono o Esperanza Aguirre paseando el nombre de España por el mundo, como presidentes de la República Española, sin saber idiomas y esparciendo el ridículo en foros y cónclaves interncionales?
Felipe VI lleva décadas preparándose, está formado ya y hemos invertido en él nuestro dinero. Sabe idiomas y ha aprendido a comportarse, lo que significa que ahorraremos en traductores y en ridículo mundial. Con un poco de suerte, Felipe dejará a España en buen lugar, al menos desde una óptica estética.
A la casta política española, despreciada, rechazada y hasta odiada por sus ciudadanos, le interesa que los españoles nos entretengamos en un debate estúpido entre Monarquía y República, cuando lo que España necesita es un debate serio sobre si queremos el sistema corrupto actual, una sucia oligarquía de partidos, o una verdadera democracia decente, un sistema que erradique para siempre a los corruptos, a los ineptos y a los delincuentes apalancados en el corazón del Estado.
Aceptaríamos en el futuro un referendum sobre si preferimos una Monarquía o una República, pero antes habría que preguntar a los ciudadanos si quieren o no un sistema con 17 autonomías descontroladas en gastos, en arrogancia y en luchas intestinas, o preguntar si queremos o no queremos un Estado tan gigantesco e inflado de políticos y enchufados como el que padecemos, en el que sobran un millón de funcionarios y 400.000 políticos que cobran del erario, sin otro mérito que tener carné de partido, sin aportar nada y sin ser necesarios. Mas importante que el referendum sobre Monarquía o República es el que pregunte a los ciudadanos si quieren partidos políticos tan corruptos, antidemocráticos y desvergonzados como los actuales, o si quieren o no que esos partidos, que son el verdadero cáncer de España, reciban subvenciones públicas y sean financiados con el dinero de nuestros impuestos.
Viendo la gente que promueve la Tercera República y los modelos que proponen, a cualquier español decente le entran ganas de vomitar y, aun sin querer hacerlo, se ve obligado a gritar ¡Viva el Rey!
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