Este es el bar que está de moda
Millones de españoles están descontentos y asqueados con la situación política y buscan, angustiados y desesperados, un cambio. Muchos afirman que la solución está en acabar con la actual ley electoral; otros afirman que la clave está en eliminar la financiación pública de los partidos políticos; la mayoría cree que hay que cambiar el sistema, como sea, cambiando las leyes y redactando una nueva Constitución que sea realmente democrática. Sin embargo, ninguno tiene razón porque nada cambiará si no cambiamos nosotros, ya que la sociedad no es nada mas que la suma de sus miembros. Si los españoles seguimos siendo cobardes, pillos, corruptos y políticamente analfabetos, España seguirá siendo un vertedero y nuestros políticos seguiran cubriéndose de ignominia, por mucho que cambien las leyes.
Presionado por los lectores, que demandan soluciones, además de críticas, llevo mucho tiempo reflexionando en serio y con profundidad sobre lo que hay que hacer para acabar con el drama de España y con la suciedad que nos envuelve, estimulada y alimentada desde las entrañas corrompidas de los grandes poderes. Sé que algunos lectores esperan que les hable de un nuevo partido político o de una nueva democracia con controles y cautelas mas severas, imposible de que sean violados por los canallas. Otros esperan que les diga que todo se resuelve llenando las cárceles de políticos. Tal vez se decepcionen con mi receta, pero creo haber encontrado la solución definitiva, una fórmula mágica que se define con el eslogan "¡Enciende tu luz!".
Con los políticos sólo hay una actitud decente: despreciarlos y jamás colaborar con el sistema que han creado, lo que significa votar en blanco o abstenerse. Cualquier participación en la política significaría ser cómplices del saqueo, la corrupción y el hundimiento del país protagonizado por una casta política que no merece permanecerni un minuto más en el liderazgo.
De nada nos sirve cambiar el sistema con nuevas leyes y normas porque, una vez cambiado, muy probto volverán a la escena los canallas y conseguirán corromperlo de nuevo. Incluso si construyímos un sistema blindado, con muchos cerrojos, controles y contrapesos, como es la verdadera democracia, es seguro que los delincuentes conseguirán pervertirlo y, tarde o temprano, harán saltar los cerrojos para imponer de nuevo el oprobio, la opresión y el delito.
Recordemos que la Revolución Rusa fue traicionada por los bolcheviques vencedores del zar, que crearon a los pocos días un sistema mas corrupto y opresivo que el anterior. Napoleón traicionó la Revolución Francesa y creó sobre sus cenizas una dictadura que sembró Europa de cadáveres. Cada vez que el hombre ha hecho la revolución, el nuevo régimen ha tardado porcos días en ser corrompido de nuevo y en la mayoría de los casos fue sustituido por otro más sucio y deleznable.
La única manera de solucionar el drama con garantías es cambiando nosotros mismos y consiguiendo que la masa de ciudadanos, en lugar de estar plagada de sinvergüenzas, esté cada día mas poblada de gente decente, responsable y ética.
El vicio, la corrupción y el abuso de poder germinan en la oscuridad, donde los robos y los comportamientos canallas apenas pueden verse. La oscuridad es el ambiente preferido por los golfos y el óptimo para que germine el mal, mientras que la luz impide que los delincuentes culminen sus fechorías. Donde hay luz, no puede haber corrupción, ni abuso, ni la enorme ristra de canalladas que protagonizan los dirigentes políticos españoles, desde el saqueo a la rapiña, sin olvidar el abuso, la arbitrariedad y la corrupción en sus múltiples facetas.
La clave para cambiar el mundo es que cada uno de nosotros encendamos nuestra luz. El eslogan es "¡Enciende tu luz!" y aplicando ese princiìo el mundo se iluminará, cambiará y será cada día mejor. Si todos encendemos las luces, los Zapateros, los Rajoy, los Bárcenas y los Mulas, entre otros muchos, se asustarán ante tanta luz y no podrán perpetrar sus faenas y fechorías.
Si cada hombre enciendía su luz, el mundo se iluminaría y sería cada día mejor. La luz está vinculada al bien y la oscuridad al mal. Es posible que el mayor problema de nuestro mundo, el que está detrás del abuso de poder, de la injusticia, del sufrimiento humano y del hundimiento de los valores, sea la oscuridad. Demasiada gente ha apagado sus luces y la oscuridad ha avanzado demasiado. El Estado, que tiene la reserva de luz más grande de toda la sociedad, ha caido en manos de gente a la que les gusta lo oscuro y ha apagado sus luces. Los partidos políticos, que junto con el sistema judicial y la prensa, son los que tienen más potencia teórica de luz, están rodeados de penumbra. Los que dominan el mundo creen que en la oscuridad disfrutan de más poder y que sus injusticias, errores, desmanes y mentiras son menos visibles si las luces están apagadas. Tienen razón y por eso la única manera de mejorar el mundo es encendiendo nuestras luces de ciudadanos.
La democracia es pura luz y su sistema ha institucionalizado grandes focos de luz, como la prensa libre, los poderes del Estado separados y en competencia, la sociedad civil organizada, el protagonismo de los ciudadanos, el valor de la cultura, el libre debate... El problema es que los que gestionan las democracias han apagado todas las luces porque se sienten a gusto en los oscuro y lo opaco, sin prensa libre y crítica, sin ciudadanos vigilantes, sin una Justicia independiente, sin ese molesto resplandor que impide la corrupción, el amiguismo, el nepotismo, el abuso de poder, la mentira, la discriminación y la violencia contra las personas.
El evangelio de Jesús es, probablemente, la luz más pura que ha conocido el mundo. Nada genera tanta luz como el amor y la ayuda a los demás, núcleos de esa religión de iluminados, cuyas luces, por desgracia para el mundo, hoy están casi apagadas por la tibieza de los creyentes y la lejanía del mensaje original de Jesucristo.
El mejor generador de luz es el amor, pero también producen grandes resplandores la verdad, la justicia y el conocimiento. Todo aquello que odian los malvados produce luz: los valores, la solidaridad, la virtud, la franqueza, el apoyo mutuo, la lectura, la reflexión, el debate....
Este blog "Voto en Blanco" es pura luz que ilumina con verdad y crítica democrática. Hoy, mientras escribía este artículo, he decidido inyectar más watios a mis luces para acelerar la gran tarea de iluminar España. Pido a todos los lectores de este blog, que son o quieren ser gente de luz, que aprieten los dientes y aumenten sus watios. Recuerden que la luz siempre acaba con los canallas.
Presionado por los lectores, que demandan soluciones, además de críticas, llevo mucho tiempo reflexionando en serio y con profundidad sobre lo que hay que hacer para acabar con el drama de España y con la suciedad que nos envuelve, estimulada y alimentada desde las entrañas corrompidas de los grandes poderes. Sé que algunos lectores esperan que les hable de un nuevo partido político o de una nueva democracia con controles y cautelas mas severas, imposible de que sean violados por los canallas. Otros esperan que les diga que todo se resuelve llenando las cárceles de políticos. Tal vez se decepcionen con mi receta, pero creo haber encontrado la solución definitiva, una fórmula mágica que se define con el eslogan "¡Enciende tu luz!".
Con los políticos sólo hay una actitud decente: despreciarlos y jamás colaborar con el sistema que han creado, lo que significa votar en blanco o abstenerse. Cualquier participación en la política significaría ser cómplices del saqueo, la corrupción y el hundimiento del país protagonizado por una casta política que no merece permanecerni un minuto más en el liderazgo.
De nada nos sirve cambiar el sistema con nuevas leyes y normas porque, una vez cambiado, muy probto volverán a la escena los canallas y conseguirán corromperlo de nuevo. Incluso si construyímos un sistema blindado, con muchos cerrojos, controles y contrapesos, como es la verdadera democracia, es seguro que los delincuentes conseguirán pervertirlo y, tarde o temprano, harán saltar los cerrojos para imponer de nuevo el oprobio, la opresión y el delito.
Recordemos que la Revolución Rusa fue traicionada por los bolcheviques vencedores del zar, que crearon a los pocos días un sistema mas corrupto y opresivo que el anterior. Napoleón traicionó la Revolución Francesa y creó sobre sus cenizas una dictadura que sembró Europa de cadáveres. Cada vez que el hombre ha hecho la revolución, el nuevo régimen ha tardado porcos días en ser corrompido de nuevo y en la mayoría de los casos fue sustituido por otro más sucio y deleznable.
La única manera de solucionar el drama con garantías es cambiando nosotros mismos y consiguiendo que la masa de ciudadanos, en lugar de estar plagada de sinvergüenzas, esté cada día mas poblada de gente decente, responsable y ética.
El vicio, la corrupción y el abuso de poder germinan en la oscuridad, donde los robos y los comportamientos canallas apenas pueden verse. La oscuridad es el ambiente preferido por los golfos y el óptimo para que germine el mal, mientras que la luz impide que los delincuentes culminen sus fechorías. Donde hay luz, no puede haber corrupción, ni abuso, ni la enorme ristra de canalladas que protagonizan los dirigentes políticos españoles, desde el saqueo a la rapiña, sin olvidar el abuso, la arbitrariedad y la corrupción en sus múltiples facetas.
La clave para cambiar el mundo es que cada uno de nosotros encendamos nuestra luz. El eslogan es "¡Enciende tu luz!" y aplicando ese princiìo el mundo se iluminará, cambiará y será cada día mejor. Si todos encendemos las luces, los Zapateros, los Rajoy, los Bárcenas y los Mulas, entre otros muchos, se asustarán ante tanta luz y no podrán perpetrar sus faenas y fechorías.
Si cada hombre enciendía su luz, el mundo se iluminaría y sería cada día mejor. La luz está vinculada al bien y la oscuridad al mal. Es posible que el mayor problema de nuestro mundo, el que está detrás del abuso de poder, de la injusticia, del sufrimiento humano y del hundimiento de los valores, sea la oscuridad. Demasiada gente ha apagado sus luces y la oscuridad ha avanzado demasiado. El Estado, que tiene la reserva de luz más grande de toda la sociedad, ha caido en manos de gente a la que les gusta lo oscuro y ha apagado sus luces. Los partidos políticos, que junto con el sistema judicial y la prensa, son los que tienen más potencia teórica de luz, están rodeados de penumbra. Los que dominan el mundo creen que en la oscuridad disfrutan de más poder y que sus injusticias, errores, desmanes y mentiras son menos visibles si las luces están apagadas. Tienen razón y por eso la única manera de mejorar el mundo es encendiendo nuestras luces de ciudadanos.
La democracia es pura luz y su sistema ha institucionalizado grandes focos de luz, como la prensa libre, los poderes del Estado separados y en competencia, la sociedad civil organizada, el protagonismo de los ciudadanos, el valor de la cultura, el libre debate... El problema es que los que gestionan las democracias han apagado todas las luces porque se sienten a gusto en los oscuro y lo opaco, sin prensa libre y crítica, sin ciudadanos vigilantes, sin una Justicia independiente, sin ese molesto resplandor que impide la corrupción, el amiguismo, el nepotismo, el abuso de poder, la mentira, la discriminación y la violencia contra las personas.
El evangelio de Jesús es, probablemente, la luz más pura que ha conocido el mundo. Nada genera tanta luz como el amor y la ayuda a los demás, núcleos de esa religión de iluminados, cuyas luces, por desgracia para el mundo, hoy están casi apagadas por la tibieza de los creyentes y la lejanía del mensaje original de Jesucristo.
El mejor generador de luz es el amor, pero también producen grandes resplandores la verdad, la justicia y el conocimiento. Todo aquello que odian los malvados produce luz: los valores, la solidaridad, la virtud, la franqueza, el apoyo mutuo, la lectura, la reflexión, el debate....
Este blog "Voto en Blanco" es pura luz que ilumina con verdad y crítica democrática. Hoy, mientras escribía este artículo, he decidido inyectar más watios a mis luces para acelerar la gran tarea de iluminar España. Pido a todos los lectores de este blog, que son o quieren ser gente de luz, que aprieten los dientes y aumenten sus watios. Recuerden que la luz siempre acaba con los canallas.
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