Sánchez, todo un desastre de gobernante, amenaza con continuar cuatro años más destruyendo España, todo por culpa del partido hasta ahora hegemónico en la oposición, el PP, débil, titubeante y empeñado en una suicida guerra interna de celos y egos.
La situación de España es tan grave que el grito ya no es "ganar las elecciones" sino "salvar a España", un país que es líder mundial en enfrentamientos entre el gobierno y sus ciudadanos, en deslizamiento hacia la ruina y el fracaso, en corrupción, en procesos de sedición y ruptura, en impuestos abusivos, en acoso a las empresas, en precariedad laboral y el destrozo de ilusiones y esperanzas.
Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de Madrid, es la única persona en la vieja derecha del PP que ha demostrado saber conectar con el electorado y capacidad para derrotar a los socialistas y su corte de totalitarios, golpistas, amigos del terrorismo y enemigos de España. Pero esa opción provoca celos y ha desatado la hostilidad de los mediocres, encabezados por Pablo Casado, que dominan hoy el Partido Popular, al que han convertido en otro miembro de la cofradía de los miserables que está hundiendo a España.
La izquierda ha logrado unir a la basura y gobierna desde el estercolero. Sánchez y los suyos no están unidos por ideales, ni por el deseo de mejorar España, sino por el odio a la España de siempre, el ansia de poder y el deseo de repartirse el botín del Estado. Los socios comunistas de Sánchez y una parte importante del propio PSOE quieren destruir la actual España para construir sobre ella una dictadura de partido único. Los nacionalistas que le apoyan desde Cataluña y el país vasco no disimulan su odio a España y su obsesión por destruirla. Juntos configuran un gobierno de basura que gobierna desde el basurero.
El ex presidente Felipe González acaba de decir que los presupuestos que Sánchez está a punto de aprobar han sido pactados con los enemigos de España y que esos presupuestos, que son siempre el esqueleto de un proyecto de país, no pueden ser buenos para España.
La única voz que clama en el desierto en favor de un cambio profundo y regenerador es VOX, pero ese partido es toda una incógnita porque no ha gobernado y porque ha cometido ya, en su corta vida, errores incomprensibles, como el de otorgar poderes al sanchismo, con su voto, para que gestione a placer los fondos que llegan de Europa, una lluvia de oxigeno que dará nueva fuerza a la basura y al basurero.
A pesar de esos errores, no hay otra salida hoy que VOX para todo español que ame a su patria y desee regenerarla. Las otras rutas están podridas y bloqueadas por la basura, desde el socialismo al comunismo, desde el odio nacionalista a la herencia de los terroristas asesinos.
Las demás opciones, entre ellas la antigua esperanza del partido Ciudadanos, están tan débiles que no cuentan.
La única posibilidad de derrotar al basurero sanchista es con una derecha unida y rearmada, que se alíe con VOX, que abrace la verdadera democracia, que abandone el vicio del saqueo y coloque en la primera línea a lideres como Ayuso, capaz de hacer frente al Gran Mediocre Pedro Sánchez, el rey del basurero español, un tipo tan desquiciado y ambicioso que es capaz de aliarse y fundirse con la escoria y la basura, sin ni siquiera alterarse por el hedor y la pus que ese mundo desprende.
Ante el oscuro panorama que amenaza a España, un país que cuando murió el dictador Franco era la novena potencia mundial y que crecía más que nadie en Europa, pero que ahora, tras ser aplastado por la falsa democracia, es una piltrafa saqueada y aplastada por partidos y políticos corruptos e ineptos, los ciudadanos están confundidos y profundamente preocupados, conscientes del poder de la oscuridad que abandera Pedro Sánchez, el cual ha conseguido rodearse de sicarios malévolos como los periodistas sometidos, los medios comprados, los jueces politizados y otras fuerzas, todas ellas hijas de la oscuridad y la tiranía.
Francisco Rubiales
La situación de España es tan grave que el grito ya no es "ganar las elecciones" sino "salvar a España", un país que es líder mundial en enfrentamientos entre el gobierno y sus ciudadanos, en deslizamiento hacia la ruina y el fracaso, en corrupción, en procesos de sedición y ruptura, en impuestos abusivos, en acoso a las empresas, en precariedad laboral y el destrozo de ilusiones y esperanzas.
Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de Madrid, es la única persona en la vieja derecha del PP que ha demostrado saber conectar con el electorado y capacidad para derrotar a los socialistas y su corte de totalitarios, golpistas, amigos del terrorismo y enemigos de España. Pero esa opción provoca celos y ha desatado la hostilidad de los mediocres, encabezados por Pablo Casado, que dominan hoy el Partido Popular, al que han convertido en otro miembro de la cofradía de los miserables que está hundiendo a España.
La izquierda ha logrado unir a la basura y gobierna desde el estercolero. Sánchez y los suyos no están unidos por ideales, ni por el deseo de mejorar España, sino por el odio a la España de siempre, el ansia de poder y el deseo de repartirse el botín del Estado. Los socios comunistas de Sánchez y una parte importante del propio PSOE quieren destruir la actual España para construir sobre ella una dictadura de partido único. Los nacionalistas que le apoyan desde Cataluña y el país vasco no disimulan su odio a España y su obsesión por destruirla. Juntos configuran un gobierno de basura que gobierna desde el basurero.
El ex presidente Felipe González acaba de decir que los presupuestos que Sánchez está a punto de aprobar han sido pactados con los enemigos de España y que esos presupuestos, que son siempre el esqueleto de un proyecto de país, no pueden ser buenos para España.
La única voz que clama en el desierto en favor de un cambio profundo y regenerador es VOX, pero ese partido es toda una incógnita porque no ha gobernado y porque ha cometido ya, en su corta vida, errores incomprensibles, como el de otorgar poderes al sanchismo, con su voto, para que gestione a placer los fondos que llegan de Europa, una lluvia de oxigeno que dará nueva fuerza a la basura y al basurero.
A pesar de esos errores, no hay otra salida hoy que VOX para todo español que ame a su patria y desee regenerarla. Las otras rutas están podridas y bloqueadas por la basura, desde el socialismo al comunismo, desde el odio nacionalista a la herencia de los terroristas asesinos.
Las demás opciones, entre ellas la antigua esperanza del partido Ciudadanos, están tan débiles que no cuentan.
La única posibilidad de derrotar al basurero sanchista es con una derecha unida y rearmada, que se alíe con VOX, que abrace la verdadera democracia, que abandone el vicio del saqueo y coloque en la primera línea a lideres como Ayuso, capaz de hacer frente al Gran Mediocre Pedro Sánchez, el rey del basurero español, un tipo tan desquiciado y ambicioso que es capaz de aliarse y fundirse con la escoria y la basura, sin ni siquiera alterarse por el hedor y la pus que ese mundo desprende.
Ante el oscuro panorama que amenaza a España, un país que cuando murió el dictador Franco era la novena potencia mundial y que crecía más que nadie en Europa, pero que ahora, tras ser aplastado por la falsa democracia, es una piltrafa saqueada y aplastada por partidos y políticos corruptos e ineptos, los ciudadanos están confundidos y profundamente preocupados, conscientes del poder de la oscuridad que abandera Pedro Sánchez, el cual ha conseguido rodearse de sicarios malévolos como los periodistas sometidos, los medios comprados, los jueces politizados y otras fuerzas, todas ellas hijas de la oscuridad y la tiranía.
Francisco Rubiales
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