¿Quién ha prendido fuego a Notre Dame de París? La pregunta se extendió como la pólvora por todas las redes y medios de Internet en el momento de que las llamas conmovían al mundo. Nadie sabe si el fuego fue un accidente o un atentado, pero lo grave es que la sospecha del atentado se impone y que millones de ciudadanos sospechan que han sido los enemigos de Francia y de Europa los autores.
La quema de la catedral de París representará un antes y un después en la actitud de Europa frente a sus enemigos. Francia ha sido siempre la nación que marcaba el paso en la Historia moderna, desde que protagonizó una revolución a finales del siglo XVIII que transformó el mundo y hizo que la democracia se impusiera como sistema político en todo el planeta.
Ojalá se demuestre que la destrucción de la catedral, uno de los cinco templos más hermosos del mundo, no fue un atentado porque si se demostrara que sí lo fue, estallaría la guerra que lleva tanto tiempo larvada.
Francia es una de las naciones europeas más heridas por la invasión de los musulmanes rebeldes, esos que se niegan a integrarse, que se agrupan en guetos hostiles y que han declarado la guerra al país que les acoge, En París y otras ciudades francesas, hay barrios donde se aplica ya la Saría (ley islámica) y donde la policía no se atreve a entrar.
Si Francia se enfrenta a los invasores indeseables, aquellos que se niegan a integrarse y despliegan hostilidad contra los países que les acogen, el resto de Europa seguirá su ejemplo.
Y si no lo hacen, entonces el pueblo votará por partidos nuevos que incluyan en sus programas la defensa activa de Europa y sus raíces culturales y también la expulsión de los invasores rebeldes, algo que ya está ocurriendo con el imparable auge de las derechas radicales en Austria, Holanda, Italia, España, Hungría, Finlandia, la misma Francia y otros muchos países.
Los expertos saben que casi tan importante como descubrir quién ha sido el autor o autores del incendio es que la ciudadanía crea que ha sido un atentado del extremismo islamista. En el mundo moderno, la verdad real tiene menos importancia que lo que creen las mayorías.
Mientras Notre Dame ardía, la sospecha de atentado islamista prendía y se extendía como la pólvora por Internet. donde a pesar de que no hay pruebas ni versión oficial, millones de personas expresaban su rechazo y odio a los invasores violentos, a esa inmigración que los políticos, de manera irresponsable y sucia, han permitido que entre en las naciones de Europa, sin filtrar, sin los mínimos controles, aceptando a miles de delincuentes y canallas, junto con otras personas honestas que llegan con ánimo de integrarse y rehacer sus vidas.
Francisco Rubiales
La quema de la catedral de París representará un antes y un después en la actitud de Europa frente a sus enemigos. Francia ha sido siempre la nación que marcaba el paso en la Historia moderna, desde que protagonizó una revolución a finales del siglo XVIII que transformó el mundo y hizo que la democracia se impusiera como sistema político en todo el planeta.
Ojalá se demuestre que la destrucción de la catedral, uno de los cinco templos más hermosos del mundo, no fue un atentado porque si se demostrara que sí lo fue, estallaría la guerra que lleva tanto tiempo larvada.
Francia es una de las naciones europeas más heridas por la invasión de los musulmanes rebeldes, esos que se niegan a integrarse, que se agrupan en guetos hostiles y que han declarado la guerra al país que les acoge, En París y otras ciudades francesas, hay barrios donde se aplica ya la Saría (ley islámica) y donde la policía no se atreve a entrar.
Si Francia se enfrenta a los invasores indeseables, aquellos que se niegan a integrarse y despliegan hostilidad contra los países que les acogen, el resto de Europa seguirá su ejemplo.
Y si no lo hacen, entonces el pueblo votará por partidos nuevos que incluyan en sus programas la defensa activa de Europa y sus raíces culturales y también la expulsión de los invasores rebeldes, algo que ya está ocurriendo con el imparable auge de las derechas radicales en Austria, Holanda, Italia, España, Hungría, Finlandia, la misma Francia y otros muchos países.
Los expertos saben que casi tan importante como descubrir quién ha sido el autor o autores del incendio es que la ciudadanía crea que ha sido un atentado del extremismo islamista. En el mundo moderno, la verdad real tiene menos importancia que lo que creen las mayorías.
Mientras Notre Dame ardía, la sospecha de atentado islamista prendía y se extendía como la pólvora por Internet. donde a pesar de que no hay pruebas ni versión oficial, millones de personas expresaban su rechazo y odio a los invasores violentos, a esa inmigración que los políticos, de manera irresponsable y sucia, han permitido que entre en las naciones de Europa, sin filtrar, sin los mínimos controles, aceptando a miles de delincuentes y canallas, junto con otras personas honestas que llegan con ánimo de integrarse y rehacer sus vidas.
Francisco Rubiales
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